— ¡Esto es inaudito! — el grito de Craig retumbó por todo el salón del Concejo, ahora vacío a excepción del jerarca y del grupo de cazadores.
El salón era perfectamente circular, con grandes columnas cubiertas de mármol negro y rojo alrededor. En el suelo de pulido mármol blanco, se veían una tras otra las insignias de cada Raza de la Noche, dibujadas ante las fastuosas sillas que los líderes de las castas debían ocupar.
Siete asientos se hallaban dispuestos en forma semicircular, disminuyendo en tamaño desde el centro hacia los extremos. Los sitios de los límites exteriores habían quedado vacíos desde hacía más de medio siglo, uno dedicado a los Terceros Descendientes, y otro a una casta que nadie recordaba, o que al menos nadie mencionaba.
Le seguían dos asientos que eran ocupados por las razas huésped: &
— ¡Para! ¡Por favor, detente! ¡Te diré lo que quieras!— ¡Basta! — la orden del Comandante fue impasible y seca, aquella ni siquiera parecía su voz.Evan llevaba más de seis horas gritando, y Siena el mismo tiempo golpeándolo y torturándolo. Sólo ellos tres habían entrado en el cuarto de interrogatorios, el resto de los sorian se hallaban en la habitación donde Lara dormía, investigando cuidadosamente cada libro o artilugio que Rianna había recolectado de la pequeña recámara de la casona.Por el momento, Siena martirizaba al prisionero y Dominic observaba; y a pesar de los alaridos de dolor de Swels se había mantenido indiferente. Ni siquiera el resto de su vida de tortura le parecía suficiente al Comandante para hacerle pagar la forma en que había hecho sufrir a Lara.— Muy bien, ya que quier
La Casa de las RazasLa habitación se había quedado vacía a excepción de Lara, que se movía en la cama como si largas pesadillas la rodearan, y de Dominic, que sentado en el borde del lecho intentaba calmarla y despertarla. En los últimos días la muchacha solo había tenido malos sueños, pesadillas con el señor Swels, que la convertía en un monstruo; con sus padres que la dejaban sufrir sin hacer nada; con su hermana, que le reprochaba el haberla olvidado, con Khan y Silver Moon asesinados por un par de balas. Y los pocos momentos de lucidez que había tenido… bueno, ni siquiera podía distinguir cuándo había estado lúcida y cuándo no.— ¡Pequeña! — Lara reconoció el acento de aquella voz — Pequeña ¿me escuchas?Abrir los ojos fue una alegría extraña y p
Evan dejó escapar una risa de desaliento y pena. Ni siquiera la misma Madre hubiera podido revertir ya lo que había hecho con ella.— No puedo. Ni siquiera yo sé qué diablos eres ahora. El procedimiento salió mal, te convertiste en una criatura diferente… ¡Te matarán tarde o temprano, y si tu Comandante se rehúsa a hacerlo, lo matarán a él también!— ¡Aaaaaaaaaaaaaah! — la impotencia de Lara pareció repercutir en cada pared de la mansión, y afuera, guardando su puerta, Maxwell y Boogs sonrieron por lo bajo, satisfechos con el final que tendría el Tercer Descendiente.La espalda de Evan golpeó sobre la mesa de caoba, derribando todo lo que había sobre ella, luego de que la muchacha lo lanzara con fuerza lejos de sí; pero después de tantos golpes uno más no hizo una gran diferencia en moretones y huesos
— ¿Eres una criatura de la noche? — el ánimo de Lara pareció encenderse nuevamente mientras las uñas se extendían con vehemencia, rayando la portada del libro que sostenía.— ¡Por favor! — la interrupción del joven fue inmediata antes de que su rabia cobrara fuerzas — ¡Por favor busca qué son los Mensajeros!Lara estuvo a punto de arrancar las hojas mientras intentaba encontrar el texto preciso, al tiempo que luchaba por controlar los instintos de saltar sobre Evan y comérselo.— “Mensajeros: — leyó por fin — En la sociedad de la noche se les considera una raza consejera. Son criaturas que nacen bajo la forma de animales cazadores y nunca cambian. Tienen su origen en el espíritu de otros stark que han muerto, y que regresan como tutores de los recién conversos stark. Son los encargados de entrenar y de transmitir l
Algún lugar en la frontera sur de Francia— ¿Cuánto nos falta para llegar?— Un día y medio de camino, más o menos, el rastro es muy intenso y está fresco. Lo que me preocupa es que sé a dónde nos va a dirigir. La ciudad es demasiado populosa como para que pasemos desapercibidos, enseguida llamaríamos la atención.— Estoy de acuerdo, pero eso sólo significa que tendremos que esperar hasta la madrugada para acercarnos. Es un riesgo de que cualquier forma debemos correr.— ¿Sabes qué me ha intrigado desde que localizamos el segundo rastro, el que venía de la casona?— ¿Qué?— La razón por la que se llevaron también al Tercer Descendiente. No logro comprender para qué lo quieren. ¡Está visto y comprobado que el imbécil ni siquiera puede
La Casa de las Razas— Debes presentarla como una cazadora. — decidió Maxwell — Es mejor, para la tranquilidad del Concejo, que aparezca vistiendo uno de nuestros uniformes. No podemos correr el riesgo de que la vean como una stark cuando tiene tantos atributos que la acercan a ellos.Dominic había dado varias vueltas por las dependencias de la mansión destinadas a la Fuerza de Exterminio, dando órdenes con su Segundo al Mando pegado a sus talones.No se arrepentía de su decisión de haber llevado a Lara con Ius, eso la había salvado, y por más delicadas que parecieran las circunstancias él creía en su buen juicio, Ius jamás lo había decepcionado.— Lo sé. Pero debo confiar en que Lara estará a salvo. ¡Max, si la traje fue porque confío en Craig! Es el regente de las Razas de la Noche, le servimos des
Dominic iba delante, encabezando la comitiva con paso firme y ceremonioso; tras él Lara caminaba con actitud decidida, con Maxwell y Garth a sus costados, y Rianna los seguía, cargando los pesados volúmenes de la Memoria Histórica. Boogs y Lionel, por su parte, medio arrastraban al Tercer Descendiente que al fin parecía despertar. Y por último el resto de los cazadores penetraron en la estancia en perfecta formación, ataviados todos con regios uniformes.Lara se asombró por las dimensiones y la concurrencia del salón. Frente al semicírculo de asientos, casi todos ocupados, había sido colocado un pequeño estrado destinado al descanso de los libros durante la lectura; y entre el Concejo y ella se mantenían de pie cerca de doscientas criaturas de la noche, convocadas por sus líderes para el concilio.Paseó la vista por los asientos principales, intentando reconoc
Su voz sonaba desesperada y autoritaria y Dominic dio un paso adelante lleno de odio, dispuesto a corregir en un segundo el grave error de no haberlo matado antes; pero Rianna y Maxwell se lo impidieron colocándose a ambos lados frente a él. No era prudente demostrar una sola emoción frente al Concejo, especialmente cuando Siena ya se estaba haciendo cargo, golpeando varias veces a Evan hasta silenciarlo.Un pequeño destello de duda invadió a Lara. A punto de morir tantas veces y por tan poco y Swels aún tenía fuerzas para rebelarse contra cualquier cosa que ayudara a Craig. Sin embargo aquello no se trataba de Evan y de su misión como criatura de la noche, se trataba de ella, que había sido convertida contra su voluntad y que debía usar cualquier recurso a su disposición para no ser vista como un fenómeno por una corte de criaturas ya extrañas de por sí. Se obligó a no pe