3/ EN WASHINGTON

Nada más abrirnos el chofer la puerta, baje mirando aquella mansión, sabiendo que ya no habia vuelta atras, seria la esposa en unos días de ese hipócrita hombre si o si. 

— Bienvenida señorita Miller, me llamo Sofia, soy la ama de llaves del señor Taylor, por favor sígame le enseñaré dónde está su dormitorio — me dijo una mujer de unos cincuenta años, morena, que vestía con un uniforme muy extraño para mi

Subimos por unas grandes escaleras, que daban a un pasillo muy largo donde habían varias puertas cerradas, haciéndome pensar, que sería bueno, mirar todas esas habitaciones cuando viviera como su esposa, ya que me gustaba curiosear.

— Este es su dormitorio, como puede ver tiene su propio cuarto de baño, supongo que querrá descansar antes de que el señor Taylor se encuentre con usted — me dijo

— Gracias Sofía, todo es precioso — le dije sonriendo, pero sabiendo que no le caía nada bien a esa mujer

Me tumbé en la cama saltando, ya que quería saber si era cómoda, entré en el cuarto de baño, quedé alucinada, ya que la grifería era de oro y todo lo demás era de mármol blanco brillante, pensé que sería de lo más caro del mercado. No se cuanto tiempo paso, cuando de pronto escuche como tocaban la puerta del dormitorio. 

— Adelante — dije desde la cama, donde estaba sentada, viendo entrar a Sofía

— Señorita Miller, el señor Taylor la espera — me dijo Sofia

— Por favor Sofía, no me gusta el tratamiento de usted, llameme Vanesa por favor, ese es mi nombre – le dije

— Como quiera señorita Vanesa, si así lo desea — me dijo muy seria

Conforme andabamos, se me formó por un momento un nudo en el estómago, hasta que la ama de llaves, se paró delante de una de las puertas tocando con sus dedos, abriendo segundos después

– Señor Taylor, la señorita Miller está aquí – le dijo

— De acuerdo que pase — escuche su voz, latiendo mi corazón cada vez más fuerte

Cuando entre en aquel impresionante despacho, me quede sin aliento, ya que cuando estuvo ese hombre en la casa de mis padres, parecia mas viejo, pero ahora que lo tenia enfrente de mi, con solo una camisa blanca abierta por dos botones y pantalones vaqueros negros, pude ver bien su perfil, Era mucho mas alto que yo, impactando sus profundos ojos azules, su piel bronceada, lo que pude ver de su torso, bien marcados y su negro pero brillante pelo, teniendo unos labios carnosos que invitaban a besar.

— Nos volvemos a ver Vanesa, espero que te portes aquí bien y no seas tan impertinente como fuistes conmigo en la casa de tus padres — me dijo

— Le digo lo mismo señor Taylor, no he cambiado de opinión — respondí

— Pues es una lastima, ya que lo único que me interesa de ti es que me des un hijo, dándote las mayores comodidades que pueda y así ayudar a tus padres,--- me dijo siendo muy natural y tranquilo 

— Señor Taylor, ¿no le parece que esta boda va a ser una tontería?, no nos conocemos de nada, ¿y cree que me voy a abrir de piernas solo para darle un hijo? — le respondí, teniendo mi respiración algo acelerada

— No te preocupes por eso, vamos a estar mucho tiempo juntos y llegaremos a conocernos muy bien, tus padres son muy amigos de mi padre y creo que deberias respetar su situación que no es para saltar de alegría —- me dijo, haciéndome pensar en que tenía razón

— Yo le comprendo, pero casarse no es como comerte un helado que ya has pagado, esto me hace sentir como una de esas chicas alegres, porque usted le ha pagado a mis padres por tenerme solo un ratito en su cama — le respondí aun mas enfadada

– Mi querida niña, todo se puede decir que es una asociación que he hecho con tu padre, tu me das lo que deseo y tu padre es socio en mi empresa, todos ganamos — me dijo

— Ah todos, y mi opinion segun creo no vale — 

— Mira, yo necesito una esposa que me de a mi hijo y se que tu vas a ser perfecta — me dijo metiéndose las manos en los bolsillos de su pantalón

— Me estás hablando como si fueras a contratar a tu asistente, que tiene que estar todo el dia esperando tus órdenes — le respondí alterada

— Si eso es lo que quieres pensar, eres libre de hacerlo — me dijo fijándome en cómo le brillaban sus profundos ojos azules

— Si he aceptado en venir hasta aquí, es para convencerte de que reconsideres lo de nuestro matrimonio, ya que no tengo ninguna intención ni de casarme tan joven y mucho menos la de dar a luz a un bebe de un desconocido 

— Tan clara como el agua, ¿NO? — me dijo viendo en sus labios una preciosa sonrisa

— Aaron todo esto es muy absurdo, vale que mis padres ahora están bien, ¿pero yo? ¿por qué? — le dije sintiendo unas enormes ganas de llorar

— Por que ya no puedes negarte, podría demandarte y así meter a tu familia entre rejas niña insolente, además ya no puedes hacer nada, en breve serás mi esposa, te guste o no — me dijo viendo como se iba alterando

— ¿No crees que esto es un golpe bajo a mi estima? – pregunte

— Serás mi esposa te guste o no ya te lo he dicho, igual que espero pronto que te quedes embarazada, Vanesa te repito que no puedes negarte a casarte conmigo, ya que no puedes hacerle esto a tus padres, sé que nunca te perdonarian que los mandaras al mundo mas bajo y más rastrero que hayan conocido — me dijo haciendo que me cayera la primera lágrima por la mejilla

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP