Ya me estaba quedando sin opciones para convencer a ese perfecto hombre de que era todo una locura, asi que decidi atacar por otra parte, YO MISMA
— Mi deseo y mi ilusión antes de que mi padre me obligara, era estudiar en la universidad para hacerme doctora — le dije intentando que cediera a dejarme ir
— Puedes estudiar aquí, aun estando embarazada — me contestó haciendo que me enfadara aún más
— Supongo que siendo tu esposa, claro — contesté, sabiendo que no había servido de nada
— Siendo ya mi esposa, si, aquí hay buenas universidades y no tendrás problemas para estudiar —- me dijo sonriendo
Sin saber el porque, de pronto me recorrió por todo el cuerpo un escalofrío, pensando en que lo joven que era, pronto sería su mujer, estaria embarazada y el seria mi marido con todo su derecho sobre mi
— Mira Vanesa, hazte a la idea, ya que no te puedes marchar y en breve estaras casada conmigo, ahora será mejor que Sofia le diga a la cocinera que te prepare algo para cenar, esta noche tengo una reunión muy importante y no sé a qué hora volveré a casa — me dijo tranquilamente
— Si, será mejor que coma algo, — le dije, quedando los dos mirándonos sin que Aaron dejara de sonreír
AARON
Si era verdad que tenía una reunión importante, pero con mi mejor amigo y una amiga que solo la utilizaba para mis noches solitarias en mi cama. Cuando las dos chicas que nos acompañaban se fueron a retocar el maquillaje al cuarto de baño, mi amigo Andrew me pregunto
— ¿Qué tal te ha ido con tu futura esposa? — me pregunto mi amigo sonriendo
— Sigue sin querer casarse y menos que la deje embarazada — le respondi, dandole un sorbo después a mi vaso de whisky
— ¿No quiere casarse con el soltero más rico del país? no me jodas Aaron,¿ me estás diciendo qué te ha rechazado? la primera mujer que lo ha hecho, amigo bien por ella — me dijo riendo,
Mire a mi amigo queriendo matarlo por su burla, lo odiaba cuando me hacia eso cualquiera que fuera la ocasión
— Deja ya de reírte Andrew, me estas tocando los cojones, por favor, no estoy ahora para tus tonterías— le dije muy enfadado
— Perdona Aaron, pero es que no me lo termino de creer, todas las mujeres se matarían por ser la esposa del magnate millonario Aaron Taylor y precisamente la elegida por ti, es la que no quiere casarse contigo — me dijo
Deje escapar un suspiro, mirando el local donde estabamos, viendo que había mujeres que con tan solo yo hubiera movido un dedo, me hubieran dicho que sí sin pensarlo, mi amigo tenía razón, la única que había elegido, era la que me estaba volviendo loco.
— Creo que me he equivocado con ella, no se que esperaba cuando decidi que viniera dias antes de la boda, soy un idiota — le dije
— No digas eso amigo, es una niña mimada que quiere hacer lo que ella desea, sin comprometerse a nada, lo que me extraña es que esto lo has hecho para salvar a sus padres ¿no ha cedido aun sabiendo lo que se jugaba? — preguntó mi amigo
— No, le da lo mismo, esperaba que si veía donde iba a vivir, y que tipo de vida llevara casándose conmigo aceptaria sin discutir, pero nada, ella es una cabezona y tengo que aprender a domarla — le dije, volviendo a escuchar cómo se reía Andrew
—- Como todas las mujeres se ponen de rodillas delante de ti cuando chiclas los dedos, ¿esperabas que ella hiciera lo mismo? no me lo puedo creer Aaron — me dijo sin dejar de reir
— Se que no iba a suceder, pero si que he visto como me miraba esta tarde cuando nos hemos encontrado en mi despacho, sus ojos al cruzarse con los míos le han brillado y no veas de qué manera — le dije sonriendo
— No te parece que te estas comportando como un vanidoso, vamos que yo tambien podria tener a la mujer que quisiera — me dijo
— Vale Andrew, si es verdad, ¿dónde está esa mujer? — le pregunté riéndome
— Ahora mismo en el cuarto de baño, junto a la que se va a enfadar cuando se entere de que su hombre la deja por una mas joven — me dijo
— ¿Dejarla? no, con Vanesa solo me casare con ella para que sea legal mi hijo cuando nazca, — respondí
— Sabes que creo Aaron, te admiro por haber ayudado a sus padres, pero creo que no deberías casarte con ella, aunque dicen que el roce hace el cariño, pero por lo que me estás contando, vas a tener con ella un roce si, pero justo —
— Andrew, esa chica es la perfecta esposa que necesito, ya lo verás además quiere ir a la universidad, quiere ser doctora, ¿qué más puedo pedirle? esta un poco loca, pero es educada, con formación académica importante y encima cuando se saque el doctorado, los socios de nuestra empresa van a alucinar con ella — le dije convenciendome yo mismo
— De verdad que empiezo a dudar de ti Aaron, ¿qué es lo que verdaderamente quieres? — pregunto Andrew
— Se de siempre que podía elegir a cualquier mujer porque sin pensárselo me hubieran dicho que sí, pero una vez que me casara, se que no dudarán en sacarme hasta el último centavo que tuviera, ya que se aprovechan de las ventajas que es casarse conmigo, dinero, apellido, posición, todo, y se que Vanesa no es así, ella no tiene intereses ninguno de esa clase, por eso se que es la mujer perfecta para mi — le dije a mi amigo, viendo como se quedó asombrado por mi decisión
— De todas maneras, le harás firmar un contrato de matrimonio supongo, poniendo tus clausulas bien claritas
— Eso no lo dudes ni por un momento, porque si las cosas no van como espero, no quiero que se lleve ni un centavo, aunque a su padre le respetare el acuerdo que tenemos
— Espero que esa mujer sepa cuál es su papel, si los socios se entera de que no es un amor de tiempo, las acciones podrían caer y ser nuestra ruina, ¿lo sabes verdad? — me pregunto
— Ya lo se, por eso en el contrato quedarán todos los cabos bien cogidos, a ella no la conoce nadie y es más fácil que la gente se crea lo que quiera decirle — le dije a mi amigo
Los siguientes días pasaron muy rápidos para mí, Para cuando me quise dar cuenta, ya estaban en mi dormitorio a parte de Sofía, tres mujeres más, la peluquera, la modista y la maquilladora, para ayudarme a arreglarme para mi boda con el viejo de Aaron Taylor. Una vez que ya estaba vestida y preparada, me mire al espejo sintiéndome algo extraña, ya que jamás pensé que con diecinueve años me casaría con un hombre mucho más mayor que yo. Aunque sabía que ese dia era el de mi boda, lo tomé como si fuera un día cualquiera, no estaba ilusionada si no temerosa para cuando llegara la noche y ese hombre quisiera tomar posesión de lo que seguramente él pensaba que ya le pertenecía— ¿Estás bien Vanesa? — me pregunto Sofía, mirando las dos al espejo— Si, tranquila, todo esta bien.--- le dije después de estar unos minutos callada— Tranquila señorita, el señor Taylor es un buen hombre y estoy segura de que la hará feliz — me respondio ella— Si, supongo que todo saldrá bien, pero extraño a mi ma
La limusina paró en la misma puerta de la iglesia donde me iba a casar con Aaron, fijandome en que no había mucha gente, aunque lo que más me sorprendió, fueron unos cuantos paparazzi, ya que era la boda del año, porque que iba a casar el soltero más deseado por las mujeres, con una desconocida para el mundo. Andrew me ayudó con el vestido para bajar del vehículo, entrando los dos seguidamente en la iglesia, cogiéndome de su brazo, viviendo a Aaron en el altar mirandome mientras sonreía. Una vez que llegue al altar, Andrew le dio mi mano, dándome mi futuro esposo un beso en la mejilla.— Estas bellisima — me dijo— No te hagas muchas ilusiones Aaron – le dije sonriendo— Tranquila querida Vanesa, en cuanto te ponga el anillo, ya seras mia — me dijo entre susurros mirandome mientras sonreía.El sacerdote, tenía un libro en sus manos leyéndolo mientras nos miraba a los dos, hasta que por fin, decidió que Aaron y yo diéramos nuestros votos. Una vez que terminamos, Aaron me cogió con del
Me llamo Vanesa y tengo diecinueve años, mis padres son ricos y por ser hija única me dan todos los caprichos que deseo, no soy para nada fea, tengo el pelo castaño y muy liso, siendo el color de mis ojos como la miel, marrones muy claritos, mi figura no es como las de las modelos pero no estoy nada mal, tengo muchos amigos en la universidad y si, hay uno de los chicos que me tiene como loca, a pesar de que mi amiga Loren dice que no es para mi, que mi mundo está a punto de dar un giro de ciento ochenta grados,, hay mi adivina loquita, que poco se equivocaba en eso, aunque me reí de ella y de sus predicciones— Venga mi niña levántate ya de la cama, duchate y baja a la cocina a desayunar, tu padre te necesita en su despacho después, tiene una importante visita y quiere verte — me dijo la señora que yo llamaba nana— No, quiero nada, déjame dormir un poco más, anoche vine a casa muy tarde y estoy cansada — le respondí— Levántate ya Vanesa vamos, una señorita con tu edad tiene que ser
Dos días después de la visita de ese hombre a mi casa, estaba en un despacho de abogados, sentada enfrente del que iba a ser mi esposo, junto con su abogado sentado a mi lado, mientras mis padres me esperaban en la sala de espera—Señorita Miller, le ruego que firme el documento de confindelidad y el contrato de matrimonio — me dijo el abogado— ¿Puedo leerlos primero? no voy a firmar nada sin saber que han puesto ustedes en estos contratos — les dije aunque no tenía ni idea de lo que deberían de poner en un contrato matrimonial, pero quise hacer como si todo lo supiera— De acuerdo ¿desea quedarse sola? — me pregunto el abogado, viendo una sonrisa picara en mi casi ya prometido— No hace falta, ¿Que?¿Me tengo que ir a vivir con él?¿por qué? aún no estamos casados — les dije— La gente que los conoce, no debe sospechar que esto es un acuerdo, El señor Taylor no la tocara ni dormirán juntos hasta que la boda se celebre, así como el tampoco tiene intención de obligarla después si usted
Nada más abrirnos el chofer la puerta, baje mirando aquella mansión, sabiendo que ya no habia vuelta atras, seria la esposa en unos días de ese hipócrita hombre si o si. — Bienvenida señorita Miller, me llamo Sofia, soy la ama de llaves del señor Taylor, por favor sígame le enseñaré dónde está su dormitorio — me dijo una mujer de unos cincuenta años, morena, que vestía con un uniforme muy extraño para miSubimos por unas grandes escaleras, que daban a un pasillo muy largo donde habían varias puertas cerradas, haciéndome pensar, que sería bueno, mirar todas esas habitaciones cuando viviera como su esposa, ya que me gustaba curiosear.— Este es su dormitorio, como puede ver tiene su propio cuarto de baño, supongo que querrá descansar antes de que el señor Taylor se encuentre con usted — me dijo— Gracias Sofía, todo es precioso — le dije sonriendo, pero sabiendo que no le caía nada bien a esa mujerMe tumbé en la cama saltando, ya que quería saber si era cómoda, entré en el cuarto de b