Después de la ducha, volvimos al dormitorio para vestirnos, viendo una sonrisa en los labios de mi esposo, sin dejar de mirarme como yo tampoco podía apartar mi mirada de él. Nos marchamos después al salón, acercándose Aaron al mueble, poniendo dos vasos de whisky, dándome uno a mi, sentándose después a mi lado— Me ha gustado mucho lo que me has hecho en la ducha, pero ¿hablabas en serio cuando me has dicho que quieres ser mía? eso me ha dejado un poco desconcertado — me dijo Aaron— ¿Por qué? estamos casados y aunque aún sigues sin caerme muy bien, intentare ser una buena esposa para ti, pero con una condición — respondí sonriendo— ¿Qué condición? tu eres mia Vanesa, te compre a tu padre y el único que puede poner aquí las condiciones soy yo, te gusten o no te gusten — contestó dando después un sorbo a su vaso de whisky— Quiero ser libre de hacer lo que quiera y cuando quiera — respondí, escuchando como Aaron se reía— Primero tienes que cumplir con tu marido que soy yo y darme es
Entramos los dos a su despacho, dándome cuenta de que echó el pestillo a la puerta, se quitó la chaqueta dejándola en el colgador que había, sentándose después en la esquina de su mesa mirandome.— Ya estamos aquí, ¿qué desea mi jefe? — pregunte— Subete la falda, quiero ver lo que es mio — me dijo haciendo que me diese la risaAaron se levantó acercándose cada vez más a mi, cogiendo mis brazos con sus manos, mirándonos los dos muy serios— No juegues conmigo, soy tu marido y el dueño de ti y de tu cuerpo, no le pague a tu padre para que tu y yo juguemos a las casitas, ya sabes lo que quiero de ti, si en un año no me das a mi hijo, me divorciare de ti, y tu y tu familia os quedareis mendigando en la calle — me dijo mientras rozaba sus labios con los míos—- Suel-ta-me, — le conteste muy seria— Subete la falda, es una orden y no voy a repetirla — me dijo el — Si mi amo — respondí, sin apartar mi mirada de sus ojosAaron se apartó unos centímetros de mi, volviendo a sentarse en la esq
Era la hora de marcharnos, la jornada de trabajo de mi compañera y la mia ya habia concluido, estabamos recogiendo nuestras cosas, cuando el telefono empezo a sonar con insistencia, contestando yo a la llamada— Empresas Taylor, digame, soy la asistente del señor Taylor – conteste, escuchando después una voz femenina y muy sensual— Quiero hablar con Aaron Taylor — me dijo— De parte de quien señorita — respondí— De una íntima amiga, él conoce mi voz enseguida — me contestó, sintiendo como un fuerte pellizco me azotaba mi estómago— Lo siento pero si no me da por lo menos su nombre, no la puedo pasar la llamada —- le dije algo confundida— Dígale que le llama Blanca, el sabe muy bien quien soy, nos conocemos muy bien — me dijo haciendo que me enfadara aún más— Espere un momento por favor — le dije, dejando el teléfono descolgado a un ladoMe dirigí al despacho de mi esposo, abri la puerta algo confusa, levantando Aaron de pronto su cabeza de los documentos que estaba mirando, para c
Aaron dejó su vaso encima de la mesa, acercándose a mí muy despacio, sin apartar su mirada, haciendo que mi cuerpo empezara a temblar como una hoja que cae de un árbol. Cuando ya estaba a mi altura, me cogió el brazo con fuerza con su mano, arrastrándome con él hacia las escaleras y a nuestro dormitorio después, cuando entramos cerró la puerta, echando el pestillo, tirándome boca a arriba en la cama. Le vi como se iba despojando de parte su ropa, pero cogio el cinturon de su pantalón enrollándose en su mano— ¿Qué crees que vas a hacer? — le pregunté, sintiendo el primer azote en mis piernas haciéndome gritar— Aaron no, por favor, haré lo que me pidas, pero no me sigas pegando — le suplique cayendo una lagrima por mi mejilla— Eso es lo que todas decis, hasta que el amo pide más y entonces huis como las cobardes que sois — me dijo dándome dos azotes con el cinturón en mis nalgas— Eso fue lo que me dijo Andrew, que debía de obedecerte, ¿quién eres tú? no eres el hombre con quien me c
Despues de la sesion de sexo, entramos en el cuarto de baño para ducharnos, lavando mi esposo mi cuerpo y la cabeza con delicadeza, cuando ya terminamos volvimos al dormitorio, para vestirnos, — Quiero que solo lleves por la casa, esa bata de seda transparente que tanto me gusta verte puesto — me dijo mi marido— Sí mi señor, como usted guste — le dijeNos sentamos los dos encima de la cama, acariciándome Aaron la mejilla con su mano, mientras yo miraba al suelo— Vas a ser una excelente sumisa, estoy empezando a sentir algo por ti Vanesa, no lo estropees por favor — me dijo— No mi señor, soy su esposa y le debo obediencia — contesté, sintiendo momentos después, los calientes labios de mi esposo en los míos, besándonos con frenesí y deseo.Al dia siguiente, me levante yo antes que Aaron, entre en el cuarto de baño, me asee, volviendo al dormitorio viendo que Aaron ya estaba sentado en la cama, acariciando su miembro mientras mirandome estaba sonriendo, me acerque hasta la cama, poni
Una vez que estaba vestida, con una falda demasiado corta, un top que me estaba bastante ajustado a mis pechos, lencería fina del mismo color que el top, zapatos de tacón de aguja, me pinte con colores suaves, pero que me hacían estar demasiado sexy. Cogi mi bolso marchando del dormitorio hacia el salon, cuando entre los hombres se quedaron mirandome sin saber que decirme, acercándose Aaron a mi— Vas demasiado atrevida, sube ahora mismo al dormitorio y cambiate — me dijo muy serio— ¿Qué dices tío? tu mujer está demasiado, diría yo, si vas a estar celoso, yo no lo soy, que me dices Vane ¿nos vamos los dos a la empresa? — me dijo Andrew, ofreciendome su brazo— Adiós señor esposo, me voy con tu amigo que ya es muy tarde — le dije cogiéndome del brazo de Andrew marchandonos los dos hacia el exterior de la casa,Subimos a su coche, subiendo mi falda dejando ver algo mis muslos. De camino hacia donde estaban las empresas Taylor, Andrew no dejaba de mirar mis piernas, mientras yo miraba p
Ya no vi a mi esposo en toda la mañana hasta la hora del almuerzo que mi compañera y yo, nos fuimos hacia el ascensor para bajar a la cafetería a almorzar. Nada más entrar, casi todos los hombres que habían dirigieron su mirada hacia mí, sintiéndome una mujer muy poderosa en ese momento, ya que sabía que por la ropa que me había puesto para ir al trabajo llamaria la atencion, Nos acercamos a la barra Gigi yo, mirándonos los camareros con ojos de deseo, acercándose uno de ellos a nosotras sonriendonos— Joder tia, estas buenisima — me dijo el muchcacho, haciendome reir— Deja de ligar con mi compañera y pon dos capuchinos y dos croissants — le dijo mi compañeraUna vez que ya teníamos en la mano lo que le habíamos pedido al camarero, nos sentamos en una mesa que había libre de espaldas a la barra, para poder así desayunar tranquilas, hasta que una conocida voz, nos hizo girar la cabeza— Hola Kevin, ¿qué tal el día? — le pregunté— ¿Me puedo sentar con vosotras? Vanesa hoy estás radian
— ¿Se puede saber porque cojones lo has hecho? ¿o es que no sabes tocar a la puerta?— preguntó lleno de rabia — No he hecho nada, tienes que firmar estos documentos, los están esperando — respondí— Al diablo con eso Vanesa,--me dijo cogiendolos para tirarlos en la mesa– ya me has jodido hoy dos veces, no sabes bien el castigo que te espera cuando lleguemos a casa — me dijo— La culpa no es mia, tu te lo has buscado, follandote a la amante sabiendo que tu mujer puede entrar en cualquier momento, tu eres el culpable no yo — le dije, mientras Aaron se acercaba a mi, teniendo que ir retrocediendo Aaron puso sus dedos en mis pómulos, apretando haciendo que diera un pequeño grito de dolor, acercando sus labios a los míos— Lo que yo haga a ti no te importa, por lo que respecta a ti, ya sabes que si quiero dejar a tu familia en la puta calle lo hare, asi que sera mejor que me tengas más respeto y me obedezcas en lo que te diga, — me dijo tirándome al sofá que tenía en su despacho, boca ab