—Alejandro drogus... ven aquí en este inmediatamente...—una pelirroja muy enojada hablaba por todo el castillo, mientras un bello azabache de pequeña estatura se escondía de su madre, al saber que había sido descubierto, no había duda que el príncipe era un pequeño lleno de vitalidad, el cual hacía que su madre estuviera a punto de llegar a la locura—¿Ahora que hiciese pequeño tramposo...?—el pequeño azabache. Observo los ojos de su padre quien se veía bastante divertido con la situación, por lo que mordió su pequeño labio inferior al igual que lo hacía su madre cuando estaba un poco nerviosa, no había duda que su hijo aunque se pareciera tanto a él, tenía tantos gestos de su madre que lo hacían sentirse realmente fascinado con su bello hijo—Fue culpa de ella lo juro...— unos bellos ojos azules con tonos lilas se mostraban ante el rey, con el único fin que el fin de llegar al perdón de su padre, el cual había comprendido todo a la perfección. Sebastián no tenía que ser tonto para sa
Durante el esplendor de la luna roja, una mujer luchaba por intentar no pujar para que su pequeño hijo o hija no naciera en aquel momento, ella estaba desesperada, estaba tan asustada, estaba tan temerosa, pues aquello no podía ser cierto. Se suponía que su pequeño nacería en dos semanas más, pero su hijo o hija se había adelantado su nacimiento en aquel caótico momento.El reino de Murtis había sido atacado por el rey Sebastián, quien se había encargado de declarar guerra a aquel lugar al enterarse de que los integrantes de aquel majestuoso reino habían hecho algo ilegítimo, algo que no estaba concedido para los vampiros y aquello era desposar a los humanos. Los vampiros era la nobleza, los privilegiados, solo los vampiros se casaban con los vampiros y los humanos no eran más que comida, pero allí no acaba todo, el rey Sebastián se había enterado de que aque
—Debo ser una dama… no debo golpear a mi profesor... debo ser una dama y no correr por el castillo... debo ser una dama y no actuar tan imprudente... debo...ya me aburrí, por favor… lady Margaret prometo no escaparme más de la academia y ser una buena chica en las clases. es más, le prometo que no llegara ninguna otra queja de mi parte...— la mujer de cabello castaño y ropa refinada observo a la extraña pero bella chica, por lo que le dio una mirada al fino reloj de bolsillo que poseía en sus manos, para luego observar de nuevo a aquella chica ojos color lila tan claros que parecían ser completamente un farol que te llevaban a una fantasía irreal pero magnifica, la cual poseía un vestido rosa bastante sencillo pero hermoso y despampanante en ella, no había duda que aquella pequeña pelirroja desborda belleza, tal belleza que no necesitaba de ayuda de accesorios para demostrarla, era
Un hombre de ojos lila tan claros que parecían ser poco reales, los cuales proyectaban un color casi violeta, observa desde la ventana de la su oficina mientras se encontraba tan ensimismado en sus pensamientos, sin importarle nada más, este solo se preguntaba ¿qué haría él en aquellos momento? pues el concejo solicitaba su boda de manera inmediata, en que habían presentado un sin fin de candidatas, todas de sangre pura y de familias acaudalas, algunas princesas, otras condesas, pero ninguna era lo que él buscaba, ninguna era ella ¿dónde está? aquella era la pregunta que solía hacerse el azabache constantemente, pero de algo estaba más que seguro, y aquello era que en cuanto la percibiera, él la atraparía y no la dejaría escapara jamás.— Mi rey… por la sangre y la vida de nuestros antepasados me lleno de salud y sabiduria para inndicarle que sus
Las calle estaban cubiertas de una fina nieve, lo cual solo demostraba que el invierno había avanzado y que sería un invierno difícil, no solo para los humanos que se resguardaban bajo un techo, también lo seria para todos aquello chicos que vivían en la calle, entre ellos para luna, quien tenía un leve saco de lana, el cual habían robado de aquellos tendederos que solían ser descuidados por aquellas amas de casa, pero entonces la pelirroja noto como uno de aquello pequeños no tenía nada que lograra cubrirlo de aquella horripilante ventisca de invierno, no pudo evitar notar que este era el más pequeño y delgado del grupo, asi que sin más se retiró aquel pequeño abrigo y se lo ofreció al pequeño, quien lo acepto de manera inmediata, mostrando una brillante mirada de agradecimientos, bajo aquellos nostálgicos ojos oscurosLos huérfanos del lugar e
Sebastián observo a la chica en su cama completamente inconsciente, este solo esperaba impacientemente porque ella despertara, pues había pasado ya cinco días y ella no habría sus hermosos ojos, estaba tan increíblemente desesperado, no entendía por qué razón no despertaba, porque razón ella no reaccionaba, aquel médico de vampiros, que la había revisado había indicado que solo estaba agotada y necesitaba descanso y buena comida, pero ella no despertaba, algo que lo preocupaba porque si no despertaba¿cómo se supone que iba a comer? el rey estaba al punto de entrar en pánico, si aquellos asquerosos nómadas le habían hecho algo, él se sentiría realmente mal por no haberse encargado de hacerles pagar de una manera más dolorosa a aquellos asquerosos vampiros que osaron en ponerle un dedo encima a su pareja.—Majestad… el
—No… no… no puede ser verdad, no…—Luna negaba una y otra vez a todo lo que acaba de escuchar y al notar quien era aquel hombre había abandonado su habitación, se había llenado aún más de miedo, seguramente era una estrategia para torturarla, posiblemente era una manera de burlarse de ella.Luna tenía que escapar, tenía que alejarse de aquel vampiro lo más pronto posible, pues fuese o no fuese la pareja de aquel, ella debía huir, ella debía escapar de él, pues la única opción que tenía era lograr que no la encontrara que no lograra hacerle daño, además de que si era verdad ¿qué pasa si él llegaba a abusar de ella con la excusa de que ella le diera un heredero? ¿Y si solo la buscaba para ello y si al lograr su cometido, él la asesinaría de manera cruel? había tantas cosas en su cabeza qu
Luna observaba como todos los sirvientes preparaban aquella fiesta que habían llamado como la boda, mientras ella luchaba por escaparse, pero nada le había salido muy bien que digamos, pues sus salidas estaban cubiertas por todos los lugares era imposible que ella siquiera pudiera escapar, estaba perdida, pero de algo estaba más que segura, no la obligarían a casarse, ella se casaría con el humano o el vampiro que amara, se uniría aquel hombre sea humano o vampiro que no sintiera odio hacia ella, pues luna sabía muy bien quiera aquel, sus hazañas y de aquello de lo que se vanagloriaban los vampiros al tener un rey quien no permitía en lo más mínimo que seres como ella viviríanTodo era tan confuso y hasta irónico, pues este había dicho que odiaba a los mestizos, que no había elección para ello más que la muerte, había escuchado un sinfín de hist