Lentamente los ojos de Melissandre se va adaptando cuando los abre a la luz artificial del hospital. El cabello negro se esparce por toda la almohada como rapunsel. Su cabellera es hermosa, Melissandre es una mujer divina la cual se gana el corazón de las personas debido a su forma de ser tan linda.

Al levantar su cabeza un poco puedes matar al hombre que yace dormido como un niño. Se muere de amor al verlo, sin embargo, aun no recuerda como llego aquí, lo único que su mente lanza es el momento en la oficina donde se daba una nueva discusión entre su esposo y su primo.

—Bjork— habla acariciando el cabello sedoso de su esposo quién al sentir las manos de Melisandre y su dulce voz de inmediato se despierta.

—Melissandre, mi ángel ¿Cómo te sientes? —dice irguiéndose y acariciando su rostro.

—¿Dónde estoy amor? — se olvida por completo de los problemas que tienen al verlo tan preocupado por ella ya es más que suficiente para que su mente se nuble.

—En el hospital te desmallaste mi hambre