Jessia buscaba en su mente qué decirle a su amiga cuando uno de los teléfonos que estaban sobre la mesa de café en la terraza, comenzó a sonar. Jessia respiró aliviada cuando anunció: –Es el mío, tengo que atender –tomó el celular y se alejó hacia la sala para hablar en privado, Elizabeth la vio hacer todo el recorrido y alzó una ceja, por primera vez en su vida estaba dudando de la sinceridad de su amiga.Pasó un buen rato antes de que Jessia regresara a la terraza y al hacerlo comenzó a contarle toda su conversación con su prometido Gary. –Jes pareces muy enamorada de Gary. –Él es el indicado, es muy atento conmigo. –¿Qué sentirías si yo te digo que no te conviene? –Tendrías que darme una razón muy poderosa para convencerme de dejarlo. –Una razón como la que tú tienes contra Emiliano, supongo.Jessia quedó boquiabierta con la deducción de Elizabeth, entonces colocó una de sus manos en su estómago y la otra en su
Emiliano y Orlena llegaron con envases de comida china, la niña le contaba la película a su madre con mucho entusiasmo siguiéndola en su camino, mientras ella colocaba la mesa para los tres.Al terminar la comida, Emiliano se quedó en la terraza mientras Elizabeth bañaba y cambiaba a Orlena para acostarla ambos, según petición de la niña.Él se sentía muy bien en su nuevo papel de padre y deseaba sinceramente poder hacer una vida familiar en un lugar donde estuvieran los tres juntos.Esa idea era recurrente en él quien definitivamente había efectuado un cambio radical en su estilo de vida, solamente por el amor de Elizabeth.La hermosa rubia de ojos violeta lo llamó y juntos entraron a la habitación de su hija.Jessia los había sentido llegar, pero se mantuvo “oculta” en la habitación, no obstante, estaba atenta a todo lo que sucedía afuera, por eso cuando escuchó a la pareja en el pasillo salió para comentar con ironía: –Emiliano, ¿aún por aquí?, ¿es que no piensas volver
La entrada de la pareja al colegio atrajo muchas miradas y cuando Orlena notó su presencia una gran sonrisa iluminó su rostro, por primera vez, y a la vista de todos, estaba su padre junto a su mamita como una familia y eso la hacía inmensamente feliz.Luego de la asamblea general dirigida por la directora del colegio, cada grupo de padres se reuniría con la maestra correspondiente, Elizabeth y Emiliano recibieron el informe de rendimiento de Orlena, además de los certificados emitidos por los profesores especiales.La niña obtuvo la máxima calificación en todas las materias de primaria por lo que la consideraban lista para ingresar a la preparatoria a pesar de su corta edad.Emiliano era partidario de contratarle un grupo de profesores y adecuar un espacio para que recibiera las clases de educación media, ya que en el colegio estaría rodeada de chicos que le doblaban la edad y podían crearle un ambiente hostil a su pequeña.Ella es extraordinariamente inteligente –alegaba Emiliano–,
Luego de cerrar la puerta Elizabeth apoyó su frente en la misma, de pronto sintió que la abrazaban por las piernas y era su pequeña, quien también mostraba un semblante triste.Caminó con ella aferrada a sus muslos hasta un sillón, tomó asiento y subió a la niña a su regazo, se abrazaron y guardaron silencio por un buen rato. Elizabeth pensaba en el momento tan grato que estaban disfrutando tan solo unos minutos atrás, luego de esa llamada todo se volvió sombrío, pero ella sentía algo más en su interior.Por su parte, Emiliano abordó el avión y se sentó reflexivo, a través de la ventanilla vio alejarse las luces de la ciudad donde dejaba a su hija y a la mujer que amaba con cada fibra de su ser, lo sabía ya, pero ese momento en el que se separaba de ella le dejó media vida y esa sensación ya la había vivido cuando regresó tres veces más a la casa de campo y no volvió a encontrar a la chica de ojos violetas de la que se había enamorado.Esperaba encontrar pronto a su padre para poder r
Saliendo del aeropuerto tomaron un taxi que las llevaría a las oficinas del grupo empresarial Riva, estaba una de las antiguas recepcionistas que, obviamente no la reconoció, ella solicitó a Emiliano y le dijeron que él no estaba disponible, pero le ofrecieron ponerla en contacto con el director Conti, quien estaba a cargo, por lo que aceptó de inmediato.Solicitó dejar sus maletas en recepción y se lo permitieron, subió hasta la oficina de su antiguo supervisor y éste la miró con incredulidad porque si bien le dijeron que lo solicitaba Elizabeth Mancini, esa no era la asistente que él recordaba. –Si soy yo, estos son mis colores originales tanto en el cabello como en mis ojos. –Qué barbaridad Elizabeth, si te topaba en la calle pasaba de largo, bueno no, mentira, seguro tus bellos ojos hubieran llamado mi atención, con todo el respeto que te mereces. ¿Cómo estás?, qué bueno verte aquí, ¿y esta niña?, ¿es tuya?, ay perdón estoy divagando. –Estoy bie
Cuando Stéfano regresó a la oficina se encontró con el jefe de investigaciones furioso por haberse ido a hablar con la principal implicada sin considerar siquiera notificárselo.El hombre le decía todos los inconvenientes que podría causar con su comportamiento impulsivo, la razón de su presencia allí era garantizar el bienestar del secuestrado y apresar a los secuestradores, pero que si comenzaban a trabajar por su cuenta solo harían su trabajo más difícil.Stéfano aguantaba estoicamente todo lo que el detective le soltaba, de vez en cuando miraba de reojo a Emiliano, quien se hacía el desentendido estando a solo dos metros de distancia de él, ya se las pagaría.Cuando finalmente terminaron los reproches, le contó con lujo de detalles todo lo que habló con Sofía, el agente le informó que mientras él regresaba a la oficina, ya había ordenado el traslado de la mujer a una de las delegaciones, estaban investigando a todas y cada una de las personas que la habían visitado en todo su tiem
Elizabeth no le avisó a nadie sobre su viaje, solo su jefe y su esposa estaban al tanto de lo que estaba sucediendo en ese momento de su vida. Tal vez los cambios de clima entre los países, un virus o algo emocional, lo cierto es que ya desde el avión Orlena le manifestó a su madre que tenía mucho malestar.Así que luego de aterrizar tomó un taxi que la llevara hasta su apartamento donde le tomaría la temperatura y le daría los primeros auxilios a su pequeña. Le avisó a Emiliano de su llegada mediante un mensaje de texto, pero no le informó del malestar de la niña para no preocuparlo, consideró que ya tenía bastante con la situación de su padre.Orlena pasó la noche relativamente tranquila, pero en la mañana devolvió el estómago, le subió la temperatura y se quejaba de dolor de cabeza, entonces Elizabeth decidió llevarla a la clínica.En el camino le avisó al pediatra que la ingresaría por emergencia, él le prometió que llegaría en poco tiempo. –¿Desde cuándo está así? –pr
Orlena se despertó temprano y manifestó que se sentía mejor, el doctor Adrián Larsson la examinó con mucha dedicación nuevamente, le hizo algunas preguntas y sonrió satisfecho al tiempo que le decía que podía regresar a casa para continuar un tratamiento doméstico. –Elizabeth, ya pueden regresar a su casa, prepararé los documentos del alta y las indicaciones para continuar medicándola por 8 días más, así nos aseguramos de erradicar totalmente la infección que la aqueja. –De acuerdo Adrián, muchísimas gracias por tu atención. –Elizabeth, ¿cuánto tiempo estarás aquí? –El tiempo suficiente para renunciar, vender algunas cosas que no podré llevarme y cancelar el contrato de arrendamiento. –¿Por qué viniste sola a hacer todo eso? –El padre de Emiliano fue secuestrado, él está ocupándose de cumplir las exigencias de los secuestradores para poder liberarlo, yo no podía acompañarlo y antes de esperar sentada consumiéndome