Emiliano salió de la casa de su padre y don Leonardo al ver que el auto de su hijo cruzaba el portón principal, buscó a Elizabeth, encontrándola con la nariz roja y sus ojos cristalizados. –¿Qué te hizo mi hijo ahora? –Me dijo que si me divorciaba iba a revertir todo lo de mi padre. –Él no puede hacer eso, no hay penalización establecida, lee bien el acuerdo para que tengas respuesta la próxima vez que intente amenazarte con algo así. –¿Por qué se comporta así? –Porque todas las mujeres que ha conocido le hicieron el camino fácil, aunque la mayoría solo busca obtener un beneficio económico de él, que por cierto es bastante dadivoso en ese sentido, afortunadamente produce dinero en cantidad, de lo contrario ya no tuviera nada que ofrecerles a sus amantes. –Bueno viéndolo así, incluso yo soy una más de esas que se acercaron a él por dinero. –Tú tenías una buena razón, además fui yo quien ofreció el trato
Cuando terminó la jornada del viernes Elizabeth salió apresuradamente de la oficina, ya que don Leonardo estaba esperándola para partir juntos hacia la casa de campo que quería visitar.El viaje fue ameno con una agradable conversación llena de anécdotas sobre la casa de campo ya que tenía muchos años en la familia y había comenzado siendo apenas una gran habitación en medio de muchos árboles.Apenas el automóvil frenó muchos recuerdos vinieron a la mente de Elizabeth. “Es la misma casa que visité a mis trece años, ¿será posible que Emiliano sea ese chico de antes?, sus ojos me han hecho dudar, pero aquel era un jovencito muy dulce y amable, no debe ser el mismo”. –Adelante Elizabeth, esta es la casa de campo, ¿qué te parece? –Es muy hermosa –dijo ella mientras miraba alrededor y buscaba el camino que comunicaba esa casa con la de los vecinos donde ella se hospedó en esa época. –Las habitaciones están arriba, por aquí es la cocina y en la parte de a
Emiliano recibió el anuncio de que tenía la visita de su padre y enseguida autorizó su entrada, se levantó y lo abrazó efusivamente, don Leonardo lo miró extrañado: –Sé que me quieres, pero hoy no es mi cumpleaños. –Me alegra verte, eso es todo, llamé a la casa el fin de semana y Aura me dijo que habías salido, después me ocupé y no volví a llamar, ¿dónde estabas? –Fui con Elizabeth a la casa de campo. –Me hubieras avisado, hace muchos años que no voy a esa casa. –Lo pensé, sin embargo, me dije que, siendo fin de semana seguro tendrías cosas mejores que hacer. –¿En serio?, no sería que Elizabeth te dijo que no me quería allí. –No se lo mencioné a ella.Estaban conversando animadamente cuando apareció Celeste de improviso. –Buenas tardes, me enteré de que tu padre estaba aquí y quise pasar a conocerlo, hace poco estaba hablando con Elizabeth sobre él. –Mucho gusto, pero me da muc
Llegó el día de la fiesta de despedida de Elizabeth, también sería su último día en la empresa, ya su escritorio estaba prácticamente vacío.En los días anteriores Emiliano veía a través de su Tablet como ella cada fin de jornada iba retirando sus efectos personales, dejando solo los implementos de trabajo, el vacío que él notaba en su oficina lo estaba sintiendo también en su propio ser.El lugar del evento era el hermoso salón del mejor hotel de la ciudad, ya que todos los empleados habían confirmado su asistencia, unos porque realmente apreciaban a Elizabeth quien había sido muy amable con ellos en todo momento, otros por simple curiosidad de que en tan poco tiempo ella se hubiese ganado el afecto de los directores de la empresa.Cuando la invitada de honor hizo su aparición del brazo del CFO Conti, todos quedaron maravillados, ella naturalmente era hermosa, pero su arreglo de esa noche deslumbró a los presentes, quienes la vieron avanzar hasta el centro del salón como una visión ú
Elizabeth se despertó sobresaltada y se encontró rodeada de unos brazos masculinos, enseguida todo vino a su mente, trató de salir del abrazo de Emiliano y solo escuchó que él entre sueños le dijo: –No me dejes Elizabeth, no quiero que te vayas.Ella aguardó unos minutos hasta que la respiración de él le indicó que se había quedado rendido nuevamente, salió de la cama y se vistió lo más rápido que pudo, la noche anterior había llegado allí con Conti, así que debía tomar un taxi y eso fue lo que hizo, aunque razonablemente le pidió al chofer que parara en una farmacia antes de llegar a su destino.Revisó el reloj y tenía tres horas para llegar al aeropuerto, se tomó dos pastillas del día después, “por las dudas” –se dijo–, ya tenía todo su equipaje listo, solo debía darle un gran abrazo a don Leonardo, agradecerle, una vez más, por todas sus atenciones y salir de Italia con la intención de no volver nunca más.Ya en el avión, sacó una pequeña libreta y escribió:Luego de 13
Trevor y Jessia habían recibido a Elizabeth en el aeropuerto, allí le entregaron un portafolios con todo lo que necesitaba para representarlos en la nueva sociedad que habían establecido y que era un cargo ideal para ella, estaban seguros de que lo desempeñaría con mucha eficiencia y responsabilidad.Le informaron que el presidente de la nueva empresa la esperaba en un hangar privado, ella sería la vicepresidenta, le desearon todo el éxito posible y la acompañaron hasta el lugar de reunión, desde donde partiría a su nuevo y lejano destino.Al llegar al sitio Elizabeth contuvo el aliento al ver quien la estaba esperando. –Andréi Morosov, ¿qué haces aquí? –Soy el presidente de la Corporación MW mi querida Elizabeth Mancini. Mi recorrido ha sido largo, y ya que no logré la fusión con la firma Riva, continué mi búsqueda hasta encontrar una excelente oportunidad de negocio con los Williams, soy paciente, pero muy persistente y de una u otra forma tenía que lograr ac
Era una noche bastante fresca y el grupo ejecutivo de Corporación MW sede Moscú se encontraba en una terraza disfrutando de una agradable cena con la cual celebraban los resultados obtenidos durante el primer semestre de actividades.Todos habían recibido un generoso bono y se encontraban más que dispuestos a poner todo su empeño para que el próximo fuera aún más jugoso, Andréi alzó su copa y brindó: –Por la excelente gestión de nuestra vicepresidenta Elizabeth Mancini. –Salud por Elizabeth –dijeron en coro los presentes. –Oigan, no me hagan sonrojar –protestó ella riendo.Terminada la velada, Andréi se acercó a Elizabeth: –¿Te llevo a tu edificio? –Traje mi auto Andréi y ya soy una experta manejando en estas calles, pero gracias por tu atención. –Sabes que lo hago con mucho gusto, Elizabeth, ¿cuándo me darás una oportunidad? –Andréi, así estamos muy bien, estoy totalmente convencida de que si cruzamos
Sin dejar de pensar en Elizabeth, Emiliano se dedicó a retomar completamente sus labores, estaba revisando los informes de gestión de Londres, cuando uno de los anexos llamó su atención porque el encabezado indicaba a una Corporación MW que hizo clic en su cerebro de inmediato.Buscó entre los documentos que tenía sobre su escritorio, chequeó en el listado de propuestas incluso en las rechazadas, verificó en los remitentes de los correos del año, en ninguna parte volvió a ver ese nombre, no obstante, sabía que no era la primera vez que escuchaba de esa Corporación.Stéfano llegó a buscarlo para asistir a una junta con los directores y eso lo distrajo de la intriga que se había instalado en su mente debido a esa empresa.La reunión fue agobiante, pero todo llegó a buen término, Emiliano volvía a ser el CEO eficiente que dirigía exitosamente todas las operaciones de su empresa, nadie tenía duda de su liderazgo y atendían gustosamente todas sus indicaciones, al salir de la sala de juntas