Dos días después de haber ingresado a la clínica Elizabeth despertó y al ver a su alrededor se encontró con Emiliano dormido en una butaca y en una posición que seguro le garantizaría dolor de cuello, entró una enfermera y él se despertó sobresaltado, pero al verla con los ojos abiertos, se acercó. –¿Cómo te sientes? –Hoy me duele menos, así que puedo decir que estoy mejor. ¿Usted se quedó aquí anoche? –Sí, porque ayer en la tarde estabas sintiéndote muy mal y me preocupé, tuve una fuerte discusión con tu amiga Jessia, pero ella no había descansado desde que te ingresaron, así que la convencí de ir a su casa. –Gracias señor Riva. –El médico quiere que estés aquí un par de días más. –¿Y el trabajo?, todo se retrasó por mí. –No te preocupes por eso, si te sientes mejor retomamos la próxima semana, si no, volveremos en otra ocasión, lo importante es tu recuperación. –¿Estoy muy quemada?
De camino al hotel, Emiliano solicitó que prepararan el avión ya que no era necesario esperar hasta el otro día para regresarse, se sintió extraño al despedirse de Elizabeth y no tenía por qué alargar más su estadía en Londres.Comenzó a empacar y estaba a medio vestir cuando tocaron la puerta, al abrir se encontró con una sorpresa. –Quiero irme contigo. –Vaya que eres persistente Emily. –Cuando quiero algo no me detengo hasta conseguirlo. –Ya tienes a Trevor. –Te prefiero a ti. –Emily esta es una muy mala idea, te aconsejo que te vayas en sana paz. –¿No te gusto? –Eres muy bella, pero tienes novio y ese novio tuyo es mi socio, lo que te convierte en intocable para mí. –Lo he dejado, por eso vine a buscarte.Trevor había buscado a Emily para hablar con ella sobre lo sucedido con Emiliano, alcanzó a verla saliendo del edificio y le indicaron que había pedido el resto del día libr
Dos semanas después Elizabeth hacía su entrada al edificio de oficinas, ya tenía autorización del médico para incorporarse a sus labores habituales y había dejado todo marchando en Londres.Las quemaduras de sus piernas y abdomen estaban bastante mejor, solo su cuello y brazo izquierdo mantenían el proceso de sanación, pero el dolor había disminuido considerablemente, estaba de muy buen ánimo y el CFO Conti la recibió con mucha alegría.Emiliano la observó por las cámaras internas, durante la ausencia de su esposa, varias veces miró las pantallas para luego reprocharse por lo que llamó actitud de adolescente extrañando a alguien para quien no significa nada.Había trabajo acumulado y podía notar como Elizabeth se dedicaba sin distracción alguna a atacar la cantidad de pendientes que tenía sobre su escritorio.Elizabeth fue a la cafetería porque se le había pasado la hora del almuerzo, entonces en el ascensor escuchó la siguiente conversación: –Y bien, ¿cómo te va con el je
Seis semanas después, Emiliano abandonaba el hospital, aun debía mantener algunos cuidados, pero su pulmón había cicatrizado, las costillas también estaban curadas y su bazo funcionaba bien, el resto de sus heridas evolucionaron satisfactoriamente, así que podía regresar a su casa.Por disposición de su padre, terminaría de recuperarse en la casa familiar, durante ese tiempo, Elizabeth había revisado la propuesta que tenía Emiliano entre manos y al investigar más minuciosamente encontró que uno de los accionistas era Andréi Morosov, por lo que informó a Stéfano, quién a su vez se lo comunicó a Emiliano.Emiliano agradeció la gestión de Elizabeth y ordenó una respuesta para el rubio, rechazando su propuesta.Las comunicaciones entre la pareja se desarrollaban a través de Stéfano si eran de trabajo o por intermedio de don Leonardo quien solía informarle sobre el estado de salud de su esposo.Geraldine volvía loco a Stéfano, pero el abogado se mantenía firme impidiendo a toda costa que l
Leonardo Riva no se imaginó el estrago que hicieron sus palabras en la humanidad de su hijo, Emiliano sentía que, para su registro personal, el hecho de que su esposa le pidiera el divorcio era catastrófico, además era la primera mujer que no había caído rendida a su atractivo.Él sabía muy bien cuál era la intención particular del médico de Londres y no era precisamente curar las quemaduras de Elizabeth.Por otro lado, estaba el beso, él recordaba el beso, ¿cómo era posible que ella no lo hiciera?, se sintió como años atrás cuando besó a la chica de ojos violeta siendo el primer y último beso que se dieron, ese no podía ser el único beso que obtuviera de Elizabeth, además se lo debía porque lo mordió y no le correspondió como es debido.Realmente tenía muchos pendientes por resolver, pero no apartaba de su mente lo dicho por su padre, clasificaron el trabajo, separando lo que podía hacer Elizabeth y él se ofreció a llevárselo a su oficina.Su padre lo observó salir con los papeles en
Al quedar solo, Emiliano activo las cámaras de la oficina de Elizabeth en su Tablet, ya que necesitaba la computadora y se había jurado estar atento a las visitas del pelirrojo porque cada vez que él apareciera se iba a quedar con las ganas ya que estaba muy dispuesto a sabotearlo, ni se le ocurriera pensar que tendría alguna oportunidad con su esposa.Vio a Elizabeth inmersa en los documentos que le había dado y eso lo calmó un poco, él también se dedicó a su parte y así pasaron las horas, ninguno de los dos hizo gestión alguna para almorzar, pero la nueva asistente de Emiliano sí le llamó la atención sobre la comida, entonces ordenó pedir para él y para Elizabeth, quien quedó gratamente sorprendida por el gesto de su esposo.Tampoco era que iba a desaprovechar esos momentos en los que Emiliano parecía ser una persona decente y considerada, se comió todo y le envió un mensaje de texto dándole las gracias.Él la había visto comer y notó cuando tomó su celular y escribió, al recibir el
Emiliano la observó dormir por un rato, tenía tres cosas en su mente que difícilmente olvidaría:-La blanca azucena de su esposa.-Su virginidad.-Le confesó que le gustaba, pero lo dejaría porque él no la respetaba.Le costó mucho conciliar el sueño, él ni por un momento habría llegado a pensar en establecerse con una sola mujer, siempre ha estado disfrutando de todos los placeres femeninos sin compromiso alguno, tal vez hubiera dejado unos cuantos corazones rotos en el camino, pero él nunca prometió nada.Obtenía gozo y lo brindaba también porque siempre se aseguraba de que su acompañante quedara satisfecha, tampoco era un desalmado, sus amantes siempre la pasaban bien y eso a veces era un problema, porque luego querían quedarse con él en una relación.Se casó por darle gusto a su padre, pensó que ella se conformaría con el título de esposa y una buena vida económicamente holgada donde cada quién viviría en lo suyo sin estorbarle al otro. ¿Por qué su padre tuvo que escoger a una muj
Emiliano salió de la casa de su padre y don Leonardo al ver que el auto de su hijo cruzaba el portón principal, buscó a Elizabeth, encontrándola con la nariz roja y sus ojos cristalizados. –¿Qué te hizo mi hijo ahora? –Me dijo que si me divorciaba iba a revertir todo lo de mi padre. –Él no puede hacer eso, no hay penalización establecida, lee bien el acuerdo para que tengas respuesta la próxima vez que intente amenazarte con algo así. –¿Por qué se comporta así? –Porque todas las mujeres que ha conocido le hicieron el camino fácil, aunque la mayoría solo busca obtener un beneficio económico de él, que por cierto es bastante dadivoso en ese sentido, afortunadamente produce dinero en cantidad, de lo contrario ya no tuviera nada que ofrecerles a sus amantes. –Bueno viéndolo así, incluso yo soy una más de esas que se acercaron a él por dinero. –Tú tenías una buena razón, además fui yo quien ofreció el trato