Se acerca la época del año más esperada por todos los vecinos de la Ciudad de la Ilusión, pero sobre todo para Esperanza y su padre, ya que ponían en práctica toda su inventiva y hacían verdaderas obras de arte.
Tras el acto de la pirámide, la cabeza de Esperanza ya estaba pensando en la actividad siguiente y en cómo podía ayudar a su padre para sorprender a todos los vecinos. Estaba contando los días que quedaban para que empezara el adviento, ya que era preludio de la Navidad y cada día había tareas distintas en la ciudad, relacionadas con esas fechas.
Este año los niños habían propuesto ante el alcalde que las actividades estuvieran destinadas a fomentar la amistad, el compañerismo, la generosidad y la bondad y habían sugerido un montón de actividades. Para Esperanza y su padre, era un año distinto y, por lo tanto, esa Navidad iba a tener un significado especial, por lo que la ilusión que tenían era lógica.
La mujer vio un álbum con fotos de su familia, se emocionó y se acordó de un amigo muy especial, uno que hacía mucho tiempo que no veía, pero que ese año tan difícil para ella y su familia siempre había estado a su lado, dándole ánimos y muchas veces se olvidaba de él para darle a ella. A pesar de la distancia, ese amigo se las había apañado para que le sintiera muy cerca. Este hombre, era único, ella sabía que, pasase lo que pasase y por mucho que se pelearan, siempre estaba a su lado.
Empezó a escribir los motivos por los que debía contar con él para preparar el adviento, aunque no se vieran, aunque estuviera lejos, ya que le iba a ayudar mucho y a lo mejor así conseguiría que se pudieran ver, pero esa será otra historia para más adelante.
Ese año la chica y su padre habían pensado hacer un belén gigante de mazapán y chocolate y, al final de las Navidades, venderlo por partes para dar el dinero a los niños huérfanos, a Esperanza le hacía mucha ilusión esto.
A parte de esto, la muchacha quería hacer algo especial, para alguien que le había demostrado quererla de verdad. La mujer empezó a buscar fotografías y a hacer bocetos de las casas, figuras, caminos... Para echarle una mano a su padre, ya que estaba muy ocupado y sabía lo perfeccionista que era.
Más o menos sabía como quería que fuera el belén y empezó a plasmarlo en un papel. Luego, comenzó a plantear dónde pondría las luces y las figuras, pensando como poner algunas con movimiento, pues quedaría muy bien e impactaría mucho a la gente.
—¿Esperanza, qué es lo que estás haciendo? —le preguntó su padre.
—Papi, estoy haciendo el boceto del belén de este año, para ayudarte, ya que estás muy ocupado —contestó la mujer.
El hombre siguió trabajando y dejó a Esperanza con su boceto, aunque lo que había visto le había encantado.
—Papi, ¿crees que una persona sin verte, sin apenas conocerte y sin haber salido contigo, te puede decir que se siente el hombre más afortunado del mundo y decirte que eres la mujer adecuada para él? —interrogó Esperanza a su padre.
—Hija, lo importante es lo que tú sientas cuando te lo dice y si en las malas te lo demuestra. La distancia sólo está en la mente y cuando el corazón quiere, es capaz de convertirse en energía para unirse con el tuyo. Es lo que a mí me pasó con tu madre —respondió el hombre tras meditarlo unos segundos.
—Papá, escucha este audio y dime si crees que es sincero.
—Hija, son las palabras más sinceras que he oído nunca y si quieres que te diga la verdad, me gustaría a mí haberme expresado así con tu madre —contestó el hombre tras escuchar el audio sin poder evitar que se le escaparan las lágrimas.
Esperanza le dio un abrazo a su padre y los dos se pusieron a llorar de emoción.
—Gracias, papi. Por mis inseguridades y mis miedos, por extrapolar lo que he vivido y vivo, tengo miedo a perder a ese amigo tan especial, por no aprovechar la oportunidad, cuando se me ha presentado —comentó la mujer.
—Hija, eso no va a pasar, porque te quiere de verdad y es un caballero muy noble y generoso, aparte, si es cierto lo que me has contado, en las malas siempre va a estar contigo y creo que eso lo has comprobado y eso es mucho de valorar. Has tenido mucha suerte en conocerle —dijo el padre.
—Papá, quiero pedirte algo muy especial.
—Te haré lo que me pidas, hija mía.
Se dieron un fuerte y caluroso abrazo, tras el cuál, Esperanza se puso a preparar la sorpresa para su amigo.
Esperanza había pedido a su padre que le hiciera una corona de la Almudena, rellena de trufa de chocolate negro y decorada con corazones de crema de frutas del bosque, ya que quería que su amigo supiera lo mucho que le quería y lo importante que era para ella, a pesar de todo lo que había pasado.Al mismo tiempo, se sentía muy unida a él y le tenía muchísimo cariño. Era alguien muy especial, ya que sabía leerla como nadie, le entendía como si se conocieran de toda la vida y siempre sabía lo que tenía que hacer para que ningún malentendido llegara a una gran crisis.Esperanza empezó a escribir la siguiente carta, en parte teniendo en cuenta lo que le había dicho su padre.“Mi queridísimo amigo, Deseo:Te escribo esta carta para darte las gracias por todo lo que haces por mí y para expresarte lo que siento y me pasa contigo.Sabes que para mí eres muy especial, mucho más que un amigo e incluso que un hermano y de ti lo único que recibo es cariño, bon
Esperanza iba a ir a la “Travesía de la Verdad”, lógicamente tenía miedo, no sabía lo que se iba a encontrar y descubrir de sí misma, pero, una vez más, Deseo estaba a su lado de una forma u otra. Le había enviado el siguiente mensaje:"Esperanza, no tengas miedo y confía en ti misma, sé que no va a ser fácil, por lo que si tienes miedos o dudas, aquí me tienes. Siempre puedes contar conmigo para lo que necesites, cariño".Ese escrito le dio la seguridad y la fuerza necesaria para adentrarse y descubrir su verdad más oculta.Otras veces lo había sabido afrontar sola, encontrando las respuestas que necesitaba, pero esta vez tenía una sensación extraña y sentía que iba a encontrar algo nuevo y no se equivocaba.La "Travesía de la Verdad" estaba llena de espejos, donde se reflejaba tu yo más íntimo, ese que no muestras a nadie y dejas al descubierto tu verdadera esencia, tu verdad más absoluta e íntima.Los primeros espejos fueron como otras veces, mo
Esperanza se quedó en casa ese día, para ayudar a su padre y reflexionar sobre lo que le había pasado.Estaba despistada y el hombre se dio cuenta de eso y le dijo que le contara lo que pasaba.—Papi, te hice caso y fui a la "Travesía de la Verdad" y descubrí algo que no sabía, y el Sabio me dijo que tenía miedo de perder a Deseo, que era el único capaz de curar mi corazón y que sentía que no me merecía ese amor —contó la muchacha.—Esperanza, cielo, yo no sé lo que tú sentirás, pero te digo que vales muchísimo, a mí me ayudas mucho y todo el mundo te quiere. Creo que debes dejarte querer, y si alguien quiere darte ese amor que te mereces deberías dejar que te lo diera. Debes estar con alguien que te proteja como yo, que te ame y aprecie, pero que al mismo tiempo llegue hasta donde yo no puedo.La mujer le contó lo que le había pasado en el bosque de la decisión.—Es cierto que mi amigo siempre tiene las palabras justas que necesito, me quiere much
Quedaba muy poco para el comienzo del Adviento y Esperanza era la encargada de preparar el primero de los actos.La mujer fue al jardín de los deseos a ver si estaba todo listo para el domingo y así era. Estaban los rosales y también el árbol de la esperanza. Estaban ultimando los candelabros y ya habían traído todo lo necesario para la exhibición de floriescultura, así que se quedó mucho más tranquila.Había llegado una caja con adornos del mundo y tan solo quedaba el espectáculo final, que ultimaría por la mañana.La chica se puso a escribir lo que quería hacer durante todos los días, pero en un momento dado se puso a redactar una carta para el árbol de la esperanza, donde ponía lo siguiente:"Estoy perdiendo la esperanza y me siento desolada. Necesito que si me arriesgo, y sigo lo que mi corazón me dice, no me equivoque.Si me decido por Deseo, quiero que me salga bien y que me trate como me merezco, pudiendo ser feliz y vi
Esperanza fue a dar un paseo para ver de nuevo más tranquilamente el jardín de los deseos y terminar de recoger los restos de la ceremonia.De repente, apareció una niña pequeña que no llegaba a meter la carta en el buzón.La mujer se acercó y le ayudó a echarla levantándola.La pequeña se agarró a su cuello abrazándola, dándole un beso y las gracias. —¿Cómo te llamas? —preguntó Esperanza dejándola en el suelo.—Mi nombre es Amor y tengo cinco años —comentó la pequeña.—Precioso nombre y eres muy guapa, cariño mío, ¿dónde están tus padres? —replicó la mujer, mostrando la mejor de sus sonrisas.—Mi papá trabajando y mi mamá está en la pastelería comprando y me ha dicho que podía venir a echar la carta para Papá Noel. Por cierto, me gustó mucho el espectáculo de ayer y tu discurso hizo llorar a mis papás porque les recordó mucho a ellos, ¿te puedes quedar conmigo hasta que venga mi mamá? —respondió la niñaEsperanza asintió y le
Esperanza no podía dejar de mirar la bola de nieve que le había regalado su amigo, siempre conseguía sorprenderla, pero la situación no era fácil y más y sobre todo tomar la decisión adecuada, ya que quería tener todo controlado, pero las cuestiones del corazón son complicadas de controlar.Esa bola le dio una idea para completar y rematar el belén. Iba a poner un parque con un enorme árbol de Navidad en el centro y niños alrededor jugando y cantando villancicos. Se lo contó a su padre que le llevó el boceto y le encantó.Ya estaba casi todo preparado, ya que el viernes se inauguraba junto con la iluminación.Querían que fuera perfecto, muy especial y que todos recordaran. Iba a ser una apuesta arriesgada, ya que al estar hecho de mazapán, chocolate y azúcar, instalar mecanismos para movimiento, agua en las fuentes y ríos y poner iluminación, tenían que hacer verdadera magia, pero ni a Esperanza ni a su padre le importaban los retos.Se pusieron a fabrica
Por fin había llegado el día en que se inauguraba la Navidad.Era uno de diciembre, el día que se encendía la iluminación y empezaba el adviento, algo que a Esperanza le encantaba. Cada día se levantaba para sacar la sorpresa del calendario, pero sobre todo esperaba con ansia e ilusión los detalles que le tenía preparadas Deseo para esos días.A parte de la iluminación, se abría el belén que con alegría habían elaborado Esperanza y su familia.Debido al frío que hacía, la madre había preparado su famoso chocolate navideño para que la gente se calentara al entrar a verlo.El padre había elaborado sus famosos panettones de chocolate, el clásico y el especial suyo de bailys.La mujer comprobó que había platos y vasos de plástico suficientes y que las chocolateras ya estaban listas.Llegó la hora prevista y se abrieron las puertas. La gente empezó a entrar y todo funcionaba perfectamente. Las figuras se movían, el río corría
Era un día más o menos tranquilo en la Ciudad de la Ilusión a falta que mañana se inaugure la pista de hielo y ya había quedado con Amor y sus padres.Esperanza quería hacer un regalo especial para la niña, ya que la causaba mucha ternura y le había robado el corazón. Escribió a Deseo para explicarle lo que le había ocurrido y lo que quería hacer redactándola una preciosa carta: "Queridísimo amigo:He querido escribirte para explicarte lo que me ha pasado estos días.He conocido una niña que es un encanto y me ha conquistado el corazón. Le he dado la bola de nieve que me regalaste, me imaginé que no te importaría y a ella le encantaba.Sus padres son todo un amor y se parecen tanto a nosotros, que hasta me imagino viviendo una historia así como la suya. Si alguna vez, estamos juntos y tenemos una niña, me gustaría llamarle Amor y sería como un homenaje a ese amor por el que tanto habríamos luchado.Pienso mucho en ti y cada