Desde muy joven, Lady Casilda se había dedicado a la magia negra y a la hechicería diabólica. Siempre fue una niña hermosa proveniente de una familia de aristócratas quién, desde muy adolescente, fue introducida por su madre en todos los artes oscuros como la nigromancia, el vudú y la invocación demoníaca. A la edad de 30 años, cuando su hermosura natural había llegado a un esplendor maravilloso, Lady Casilda hizo un pacto con el Diablo para preservarse joven y bella por siempre. El pacto incluía presentar el sacrificio de tres doncellas, cuya cabeza debía ser cercenada ante el altar satánico.
Lady Casilda (cuya verdadera edad nadie conocía, pues siempre lucía de 30 años), sedujo al Rey Heriberto III, y se casó con él. No fue difícil para ella seducirlo, por la gran belleza que poseía y por sus artes mágicos. Si
Todas las culturas del mundo tienen relatos similares sobre licántropos y hombres bestias. Seres humanos o que alguna vez lo fueron, transformados en monstruosas criaturas que se alimentan de la carne humana.No soy muy amiga de escribir historias, especialmente mis casos policiales. Pero Samael me ha recomendado que haga un informe detallado de los acontecimientos, de manera más personal que los impersonales reportes policiacos.Mi nombre es Katrina Drej, agente especial de la SEP, nacida en Bosnia y especializada en la investigación de tipo paranormal. Me encontraba en Guatemala, investigando los brutales asesinatos de mujeres jóvenes en la frontera entre México y Guatemala al lado de Samael Valenzuela, también agente de la SEP, costarricense y de mucha experiencia a sus casi 50 años. Algunos de los altos jerarcas sospechaban de autoría sobrenatural en los homicidios, así que Samael y yo fuimo
Francine y Gustav se encontraban sumidos en un acto de pasión sexual, dentro del vehículo sedan azul del segundo, amparados por la soledad inhóspita de páramos boscosos de lóbrega soledad. Situados en lo profundo de un viejo sendero pedregoso que finalizaba en un claro bordeado por un escarpado precipicio, y cubiertos por las sombras de una noche estrellada de luna llena, Francine se movía eróticamente sobre las caderas de Gustav, ambos absolutamente desnudos con cuerpos sudorosos sumidos en el candor del encuentro.Después de todo, había sido un primoroso Día de San Valentín para Gustav que celebraba sus dos años de noviazgo con la comercial festividad que en Alemania, como en muchos otros países se conmemoraba con un despliegue de materialismo manufacturado engarzado en sentimentalismo culposo. Gustav se tomó todas las consideraciones que su estrato de clase
—¡Venga por acá, Majestad! —me dijo mi lacayo, un sujeto de baja estatura y largos cabellos, tosco, fornido y de muy poca inteligencia. Caminábamos dentro de un viejo castillo abandonado, donde aún habían remanentes de osamentas humanas desperdigadas por todo el lúgubre lugar. Gigantescas telarañas habían sido tejidas por entre los bastos y lóbregos corredores, y una humedad pestilente se respiraba en el ambiente. Todo lo de valor en el castillo había sido robado hace mucho...En el interior de una habitación aparentemente especial, se encontraban los huesos del rey y la reina que alguna vez gobernaron el feudo, y sobre una especie de enorme cripta mortuoria, reposaba durmiendo un cuerpo humano cubierto por sábanas blancas.—¿Quién es? —pregunté aún sin quitar las sábanas, aunque se destacaban eróticos co
La muerte de mi compañero de la universidad fue la gota que derramó el vaso. Cientos de personas mueren o desaparecen misteriosamente cada año, como en cualquier país del mundo. Eso no tiene nada de extraño. Pero yo sabía que la responsable de la muerte de mi compañero y amigo de la U, Keneth, era una criatura demoniaca.Investigué el asunto con devota minuciosidad, visité a brujos, a viejos sacerdotes católicos que parecían extraídos de tiempos remotos, teólogos, catedráticos de la Universidad de Costa Rica, científicos, y demás. Todo apuntaba a que la criatura era un tipo de demonio súcubo, es decir, un demonio femenino que mataba a sus víctimas por medio del sexo. Mi propio padre desapareció aquella noche de 1 de abril de 1975 sin dejar rastro, a pesar de que toda mi familia sabía que era un hombre responsable que amaba a su espo
Natalia caminaba por los pasillos abandonados de la cárcel de la Isla San Lucas. Las penumbras de la noche invadían lóbregamente el lugar generando un ambiente asfixiante y claustrofóbico. Un pánico creciente se fue apoderando de forma gradual de la mente de Natalia conforme se adentraba en las insondables brumas del lugar maldito.Sentía súbitos escalofríos, una sensación de ser observada le disparaba emociones paranoicas y provocaban que su corazón retumbara frenéticamente en el pecho.Frías gotas de sudor brotaron de los poros de Natalia, al tiempo que ahogaba un grito de desesperación en su garganta atormentada. Era una mujer hermosa, delgada y de largos cabellos negros. Pero su rostro estaba en ese momento poseído por una mueca de temor y su cuerpo compungido por el estrés y el miedo.Escuchó el sonido estridente de cadenas arras
No recuerdo bien lo que pasa cuando estoy transformado en la bestia. Todos mis recuerdos son brumosos, confusos, perturbados, imposibles de dilucidar. Son emociones puras, difíciles de describir con palabras. Sentimientos de hambre, sed de sangre, pasión. Correr por los potreros ramonenses de noche, iluminado por la luz de mi eterna compañera, la luna. No puedo describirlo como no puedo describir el ver a un ciego de nacimiento.No siempre fue así. Todo comenzó aquella noche de 1925, en San Ramón. Mi nombre es Rómulo Lemos del Valle, nací en una familia de clase media alta, en 1896, hijo de una pareja de exiliados liberales que se vieron forzados a dejar la capital por presiones políticas. Aunque su acomodada situación económica les permitió comprar unas fincas ganaderas y dar educación profesional a sus hijos.Estudié medicina en Chile, y regresé
Reflexionaba en medio del bosque, de forma bastante pacífica. Me había escapado del colegio con esa única función. Viajar al bosque, a la orilla de un río, y meditar arrullada por el correr de las aguas. Claro que hice mi círculo apropiadamente, y traje conmigo a mi perro pastor alemán, Fenris, como protección extra. Hice el círculo de flores y por supuesto, lo hice en mi mente con luz verde. Puse a quemar incienso traté de conectarme en la naturaleza. Aún tenía puesto mi uniforme colegial, pero ahora tenía las faldas por fuera y el pantalón algo sucio.Por un momento sentí como mi mente viajaba a planos superiores de consciencia. Como salía en astral y como me conectaba con la Madre Tierra a mi alrededor. Lo cierto es que la súbita percepción de una presencia cercana me trajo de vuelta (¿de vuelta?) al plano material.F
La llegada del Libro de los Nombres Muertos, mejor conocido como el Necronomicón, a Costa Rica fue un evento que generó bastante preocupación entre las élites religiosas y esotéricas del país que fueron las únicas que se enteraron ampliamente.Sucedió en 1985 cuando la Universidad de Costa Rica recibió un ejemplar traducido al español del Necronomicón que le donó la Universidad de Mizkatonic, una renombrada universidad de la ciudad de Arkham, en Nueva Inglaterra, Estados Unidos. En realidad no fue una donación sino un intercambio cuando se le entregó a la Universidad de Mizkatonic una copia de antiguos pergaminos indígenas encontrados en Talamanca. De hecho, similares intercambios se dieron con la Universidad Nacional Mexicana y la Universidad Católica de Chile, que tienen sus respectivos ejemplares del Necronomicón en español.