Alexey Kozlov.Los reportes se escandalizaban cada diez minutos.Autos explotados en filas, centros comerciales, edificios, casa, mansiones, y todo tipo de negocios que involucraran a Luzhin, estaba quedando de cenizas.Solté el humo en mi boca y miré la última guarida desde mi edificio, al que nadie sabía que me pertenecía. Podía notar la agitación de su sótano, y sonreí.Nikolái debía estar sonsacando a sus últimos aliados y contactos para que lo ayudaran, pero había utilizado todo de mí para este momento.Un hombre me mostró otra llamada del contacto de Luzhin y negué.No iba a negociar ni un ápice con él, pero el momento en que escuché cómo detonó una fuerte explosión de ese sótano, me giré ante la llegada de Luka.—¿Cómo está Damien?—Los están atendiendo… el chico es fuerte… —solté el aire y asentí.—¿Ana?—Está muy nerviosa, y me pidió que le diera un recado…—Bien… —me giré, y luego tomé el arma en mis manos—. En una hora, entraremos…—Señor… ¿No quiere el recado?—No ahora…—
Alexey Kozlov.Luzhin abrió los ojos lentamente, y su mirada se encontró con la mía. Pude ver el odio y el desprecio en sus ojos, pero también había un rastro de miedo. Sabía que su final se acercaba.Sonreí, aunque la sangre brotaba de mi boca cuando tosí.—Hola, Luzhin… ¿Cómo se siente estar en tu posición?Él se rio a carcajadas.—Se siente bien… tú también morirás como un perro…Mi boca se extendió, y con mi mano limpié mis labios ensangrentados, tomé mi daga, y la clave en su cuello, teniendo cuidado de no cortar una arteria.El grito que prosiguió me hizo cerrar los ojos. Era placentero escuchar su dolor.—Maldito… ¡Mátame de una buena vez…! —le mostré mi dedo negando.—Nunca… incluso, te dejaré moribundo toda esta noche, frente a la plaza… goteando, desangrándote… sufriendo.Le di un puño en el estómago, y él trató de toser, pero por su posición, no podía hacer mucho.—¿Sabes? El poder no radica en las armas ni en el dinero, Luzhin. Radica en la determinación y en la convicción
Anastasia.La sala de espera del hospital estaba llena de tensión y mi ansiedad estaba consumiéndome por completo.A pesar de la situación, dejé a Irina, Damien, aunque estaba en reposo, se había quedado con ella, y un par de enfermeras me aseguraron que todo estaría bien.Estaba sentada, sosteniendo el teléfono en mis manos temblorosas, mientras esperaba noticias sobre el estado de Alexey. Mi corazón latía rápidamente, lleno de preocupación y miedo, incluso me temblaba el alma, porque no podía pasar por esto de nuevo.Limpié mis lágrimas y miré a Luka que estaba en la misma sala, a pesar de que lo interrogué por largo rato, él no me supo decir nada, y ya había pasado dos horas desde que ingresaron a Alex allí adentro.Estaba desesperada.De un momento a otro tuve que levantarme, caminar de aquí allá, hasta que me pegué a la pared y sollocé ante el estrés que estaba experimentando.—Doctor… —salté al escuchar la voz de Luka y me giré para ver a un médico que hacía acto de presencia.—
Alexey Kozlov.Desperté de golpe, bañado en sudor y jadeando. Mi corazón latía desbocado, y tardé unos segundos en darme cuenta de que estaba en una habitación de hospital. El dolor punzante en mi costado me recordó la realidad de lo que había sucedido. Miré a mi alrededor, buscando desesperadamente a Anastasia, pero solo encontré una reunión de personas, que se aceleraban por hacer algo, y cuando miré mi mano, ya no la sostenía.—¡Ana! —grité.Traté de incorporarme, y sentí como lo que estaba conectado en mis venas, se reventó, y vi los hilos de sangre en mis brazos. Ignoré el dolor agudo que recorría mi cuerpo, y volví a toser.Mi dorso se llenó de sangre de nuevo, y sentí el sabor de hierro en mi boca.—Señor Kozlov… —una enfermera llegó a mí—. No puede levantarse, acaba de salir de cirugía… usted no puede…—¿A dónde la llevan? —mis ojos solo estaban en la imagen, de Ana en brazos de un médico, y la sacaban de este lugar.—Tranquilo… —ella intentó hacer todo de nuevo, pero yo negué
Anastasia. La emoción y la sorpresa llenaron mi corazón mientras observaba la pequeña imagen en la pantalla. Un torrente de emociones recorrió todo mi ser, dejándome sin palabras. Estaba embarazada, llevaba en mi vientre la maravilla de la vida. La doctora sonrió comprensivamente mientras me pasaba un pañuelo para secar mis lágrimas. Sabía que este era un momento especial y único, y me permitió tomarme un momento para asimilar la noticia. Todo era real. Después de unos minutos, recuperé la compostura y la miré con gratitud y emoción en mis ojos. —Yo… solo estoy conmocionada… Estoy embarazada, vamos a ser padres —susurré, dejando que la realidad de la situación se asentara en mi corazón. La doctora asintió como si lo comprendiera todo y luego tomó mi mano como si con eso me hiciera sentir su respaldo. —Es una bendición maravillosa. Felicidades, Anastasia. Ahora, tenemos que asegurarnos de que lleves un embarazo saludable. Te proporcionaré todos los cuidados y la orientación neces
Anastasia.—Un paso a la vez… —Alexey alzó la mirada un poco enojado y negó.—¿Se supone que estoy inválido? Aquí la que requiere cuidados eres tú… estoy bien, caminaré solo…Solté el aire negando, y luego me crucé de brazos.—Solo han pasado tres días… y aún no estás del todo bien. Parecía un berrinche lo que hiciste en el hospital…—Que se jodan todos…Ale dio los pasos y me puse a su lado para mirar a Luka que arreglaba las cosas alrededor y bajaba sus maletas.Y antes de que incluso llegáramos a la puerta, esta se abrió, y pude ver a Irina con una sonrisa en la boca.—¡Damien! ¡Han llegado! —sonreí ante su entusiasmo, y Alex me miró con intriga.—Te lo contaré luego… —él asintió, e Irina dejó de correr hacia nosotros cuando le alcé la palma.—Ten cuidado, cariño… él tiene una herida… —ella asintió mirando a Alex y él le guiñó el ojo.—¿Es cosa mía o estás más bonita? —la sonrisa de Irina se amplió y luego se puso de su lado como si quisiera ayudarlo.—Damien también se ha recupera
Alexey Kozlov. —Un paso a la vez… —Alexey alzó la mirada un poco enojada y negó. No sabía a quién más llamar para contarle, no había tenido una noticia que quisiera gritarle al mundo como esta, y cuando estuve sentado en el auto, con la mano de Ana sobre mi pierna, solté el aire pensando que esto era otro nivel. —Sibel va en camino… Asentí cuando ella finalizó la llamada. —Le dije a Iván que también viniera… ¿Crees en los padrinos y toda esa joda? Ella alzó los hombros de forma dudosa. —No sé mucho del tema… mi familia era protestante, así que no se bautizan a los niños… Fruncí mi boca ante el enredo de las religiones y que ninguna se ponía de acuerdo para hacerte más fácil la vida. De hecho, todas habitualmente eran un parapeto. —Bueno… revolvemos todo eso… ¿Qué te parece? —Ana mordió su boca y vi que intentó negociar. Ella era muy buena en ello. —Ya veremos… ¿Estás nervioso? —me preguntó, aunque no se me notara en el rostro, estaba aterrado. Estábamos yendo al médico, Ana
Anastasia.Era de esperarse que Alexey quisiera hacer todo al revés, pero en este momento, no me importaba menos.Negociamos sobre mi trabajo, no iría todos los días, pero continuaría con mi trabajo en la nueva empresa, que no quería dejar por nada.La muerte de mis papás, era una campana latente cuando me quedaba sola, o cuando meditaba por alguna cosa, era imposible sacar sus palabras de mi mente, e incluso vivir sin el hecho de que iba a comer, o a pelear con ellos, hacía que un vacío se instalara en mi estómago en cada momento.Me levanté después de un tiempo en el escritorio, y me asomé a la panorámica. Hoy era un día soleado, y acaricié mi vientre de cinco meses.Irina ahora asistía a una escuela muy costosa por petición de Alex, al parecer a ella le había encantado el ambiente campestre y había hecho algunas amigas. Aunque su unión con Damien, me angustiaba un poco.¿El motivo? No sabía qué haría Damien en cualquier momento, tenía unos sueños bastante locos con seguir los pasos