—¿Mikhail te hizo algo? —Mila miró a Sergei que sostenía su brazo y negó.—No… yo… ¿Sabes? Ni me gustan estas cosas…—Lo sé… solo estás complaciendo a Sara… —Sergei podía sentir su mano en Mila, y la tuvo que quitar.Sabía perfectamente que Mila era ajena a todo lo que podía sentir por ella, y no decía que estaba enamorado, pero mentiría si negara que Mila le atraía de alguna forma.Todo había comenzado cuando sintió que de alguna forma debía protegerla, al igual que sus hermanos había compartido desde muy niño con Mila, así que el tiempo le había sumado a pensar que él era de alguna forma parte de ella, como ella lo era de él.—Podemos irnos si quieres… —Ofreció, y ella negó.—No me gustaría tener a Sara como enemiga, se enojaría mucho…—De acuerdo, aquí está tu bebida…Mila lo miró, y tomó la copa para tomársela de golpe.Tenía el cuerpo tensionado, y un frenesí dentro de su pecho que le amargaba la existencia. Ella deseaba no sentir toda esta revolución que la volvía loca cuando es
Mikhail se estiró un poco y luego miró a Carla en su cama, totalmente desnuda.Sus ojos se torcieron, y se sentó de golpe, cuando la cabeza le taladraba.Después de la fiesta de Sara hace dos días, había seguido con Carla a otras fiestas que había sido invitado, y le dolía el estómago de tanto licor que había ingerido.Se levantó al baño y se duchó, y luego se puso una ropa deportiva para ir a hacer ejercicios como parte de su rutina.Durante el trote vio una notificación del asistente que era su mano derecha en la empresa principal Kozlov, porque, aunque él no era un CEO, sino un mafioso, Era la cabeza principal de todas las empresas “legales” que poseía su familia.El mensaje decía: “Urgente”Pero lo pasó por el momento.Terminó su rutina y llegó a su suite principal, para notar que Carla aún dormía. Tomó otro baño cuando el celular no dejó de timbrar.Seguía siendo su asistente.—¿Qué pasa?—Señor, buenos días… —Garry parecía agitado—. ¿Usted puede venir a la empresa? Es urgente…—
—No tienes que ir… —Sergei tomó su brazo, y Mila lo miró un poco enfadada. Mikhail ya no estaba en la oficina de Sergei, pero ella incluso podía sentir su presencia. Incluso se preguntó por qué todo iba en contra en su poca relación. —Pensé que la empresa sabía de tu donación, Sergei, ¿o cómo creías que íbamos a trabajar en el proyecto? —Aún podemos hacerlo… —¿Sí? ¿Y cómo? Si la persona que toma las decisiones generales no estaba al tanto… —Mila… —ella negó soltándose. —Lo dejaremos así… mira… no pasa nada, encontraré otros donantes, Sergei, pero lo último que quiero, es enemistarte contra tu propio hermano ¿Por quién me tomas? Sergei frunció el ceño y negó. —Mi relación con Mikhail no tiene nada que ver contigo, tenemos asuntos personales, es todo… —Pues no quiero involucrarme en “sus asuntos personales” ¿sabes lo que pensará Sara si sabe de esto? Ella por supuesto estará del lado de Mikhail… —Mila… —ella negó todo el tiempo sintiéndose horrible, pero su teléfono, vibrando,
Mila se mantuvo en silencio mientras el apretón de manos con Mikhail sellaba su acuerdo. Aunque la oferta era tentadora, no podía evitar sentir una oleada de temor recorriendo su cuerpo. Sabía que trabajar con Mikhail implicaría adentrarse a mucho, sobre todo porque ella siempre le mostraba una debilidad evidente, así que tenía que ser impermeable de ahora en adelante.Además, ni siquiera sabría la reacción de su padre antes esto, ni la reacción de Sergei cuando fue desplazado en segundo lugar, ni nadie… definitivamente, les tomaría por sorpresa.Pero también era consciente de que necesitaba este apoyo para que su proyecto se convirtiera en realidad. Y por ahora, nada sería mejor que esto.Mikhail rompió el silencio y soltó su mano, dejando en el aire un aura de misterio.—Entonces, tenemos un trato… —ella asintió expectante—. Imagino que serás muy profesional, ¿no es así? Mila asintió con seriedad.—Estoy dispuesta a asumir cualquier reto. Sé que trabajar contigo no será fácil, pero
Atrapada en medio del caos, con el estruendo de los disparos y las luces parpadeantes que iluminaban la escena esporádicamente, Mila se aferró a la pared, mirando en todas las direcciones. No sabía a quién pertenecían esos disparos ni por qué estalló la balacera en el bar. Su mente giraba en círculos tratando de entender la situación y, al mismo tiempo, buscando a Sara.Aunque lo ultimó que vio de ella fue, cuando ese hombre literalmente la arrastró alguna parte, y ella esperaba que para protegerla.El pánico se apoderó de ella cuando no pudo encontrar a su amiga en medio de la confusión. Gritó el nombre de Sara una y otra vez, pero su voz se perdió en el tumulto. La multitud estaba en un frenesí, tratando de escapar y buscar refugio. Las mesas y sillas volcaban, las botellas se rompían y el humo de la pólvora llenaba el aire.Ella utilizó su móvil y envió la llamada varias veces a Sergei, pero ninguna de ellas fue respondida. Así que yendo a su chat envió su ubicación, y luego puso
Entonces, la mirada seria y furiosa de Mikhail cambió drásticamente. Su boca se torció un poco y Mila supo que iba a golpear demasiado fuerte.—Pues… ¿Qué Crees Mila Vasíliev? Tuviste que recurrir a una persona como yo para poder solventar tus problemas…Mila abrió la boca.—¿Mis problemas?—Si… tus problemas, que son graves, déjame decirte… —ella arrugó el ceño.—No sé de lo que hablas… y deberíamos ir a un hospital, Mikhail, tu hombro no deja de sangrar.—Tienes problemas jodidos… —él siguió como si no la hubiese escuchado—. Que son preocupantes en serio… Tú… quieres ganar, ser la líder de tu organización, así tengas que venderte al mismo diablo…—Mikhail… no te permito…—Si me permites… —Él se acercó mucho más, incluso Mila podía sentir su aire caliente y se sofocó—. Me permites porque dependes de mí para esto, y no te importa… solo quieres ese jodido premio, solo quieres que el mundo sepa, que ayudas a los necesitados, y que no te ensucias las manos como tu padre… o el mío… o yo m
—¿Y no crees que no te contesta porque la jodes demasiado?—Es mi hija, y se supone que estaba en tu casa… ¿Cómo es posible que permitas que esté en medio de una balacera?—Lo investigaré, pero no me grites, no puedo colocarle una cadena en sus pies… Sergei ya viene en camino con ella…—¡Sergei es un imbécil! Espero que Mila tampoco quiera algo con él… —Y Alex esbozó una sonrisa.—¿No prefieres que su virtud quede en la familia?—¡Cállate maldit* hijo de put@! —Sibel colocó una mano en la espalda de Iván, y abrió mucho los ojos—. Este maldit* me desquicia la paciencia, es un desgraciado…—Calma…—Hazle caso a Sibel… —y entonces Ana le arrancó el teléfono a Alex.—Iván, siento mucho lo que pasó, ya sabemos que Mila está con Sergei, y vienen a la casa, yo me haré cargo, ¿de acuerdo?—No tienes que darle explicaciones… —Alex se sentó en el sillón e hizo un ademán, mientras Ana negó.—Lo siento de verdad…La llamada ya había finalizado, cuando Ana se cruzó de brazos.—Esto es culpa de Sar
—Eres su hermano, coño… —Alex… —Déjalo mamá… realmente quiero hablar con papá un rato. Mila entró en ese preciso momento, todas las miradas se tornaron para ella, y sintió que ella estaba en el momento equivocado. Mikhail frunció el ceño, y luego se preguntó que hacía ella aquí. —¿Quieres que me quede? —Sara llamó la atención de Mikhail y él negó. —No… ustedes tienen que irse, es tarde… —Vendré mañana, Mikhail… —Alex le dijo levantándose de la cama. —¿No hablaremos? —¿Y dejar que tu mamá se devuelva sola? —Mikhail sonrió. —Claro, ¿cómo no lo pensé…? No la dejas respirar… —Ana fue hasta la cabeza de Mikhail y lo abrazó. —Yo quisiera quedarme. —No hace falta mamá, hay una enfermera… —Y nunca dormirás en otra cama, él ya es un hombre… —Alexey concluyó, y luego le dio una palmada en el rostro a Mikhail para luego poner un beso en su cabeza—. Claro que hablaremos largo y tendido… cuídate… Sara también abrazó a su hermano, y luego Mikhail observó a Mila. —Que te mejores… —Dam