—Eres su hermano, coño… —Alex… —Déjalo mamá… realmente quiero hablar con papá un rato. Mila entró en ese preciso momento, todas las miradas se tornaron para ella, y sintió que ella estaba en el momento equivocado. Mikhail frunció el ceño, y luego se preguntó que hacía ella aquí. —¿Quieres que me quede? —Sara llamó la atención de Mikhail y él negó. —No… ustedes tienen que irse, es tarde… —Vendré mañana, Mikhail… —Alex le dijo levantándose de la cama. —¿No hablaremos? —¿Y dejar que tu mamá se devuelva sola? —Mikhail sonrió. —Claro, ¿cómo no lo pensé…? No la dejas respirar… —Ana fue hasta la cabeza de Mikhail y lo abrazó. —Yo quisiera quedarme. —No hace falta mamá, hay una enfermera… —Y nunca dormirás en otra cama, él ya es un hombre… —Alexey concluyó, y luego le dio una palmada en el rostro a Mikhail para luego poner un beso en su cabeza—. Claro que hablaremos largo y tendido… cuídate… Sara también abrazó a su hermano, y luego Mikhail observó a Mila. —Que te mejores… —Dam
—Mila… —Ana dijo un poco compungida, porque ahora mismo estaba entendiendo que ella también lo decía, mientras Sara se estaba arrepintiendo de su señalamiento.—Creo que es mejor que busque un hotel… —ella estaba a punto de subir las escaleras cuando Alexey la detuvo.—No estoy diciendo que te vayas…—Me voy por sí sola, señor… no soy responsable de las acciones de nadie, y si no dije nada, es porque Sara es mi hermana, pero ya veo que ella… —Mila negó y Sara se puso de pie.—No es así, espera…—Quiero irme… ustedes necesitan su espacio de familia… —Ella subió las escaleras rápidamente, y se limpió una que otra lágrima mientras arreglaba su maleta.Quería pedirle a Sergei que la acercara a un lugar, pero tampoco quería hablar con él en el momento.Estaba echando sus cosas en la maleta, cuando Sara entró a su cuarto.—No quise decir lo que dije… —Mila se detuvo por un momento, pero siguió metiendo sus cosas—. Mila, escúchame… no quise decir lo que dije… solo… —Sara sollozó un poco—… po
Mikhail observó a Mila con detenimiento, disfrutando del leve rubor que coloreaba sus mejillas, pero era evidente que sus ojos no podían dejar de comérsela. Ella era… —¿Qué? ¿De qué…? Mikhail se acomodó en su silla, mirando a Mila con ojos penetrantes que dejaban claro que no se perdía ningún detalle y solo le mostró el asiento. Ella se sentó frente a él, tratando de mantener la compostura a pesar de la incomodidad que sentía. —Bueno, Mila, parece que tienes la capacidad de distraer incluso al empresario más centrado… ¿Es esta la nueva estrategia de trabajo en Kozlov Enterprises? —dijo Mikhail con tono sarcástico. Las mejillas de Mila estaban a punto de estallar, y negó todas las veces. —No sé de lo que hablas… —Y aprovechando que estaban sentados, Mikhail se acomodó su pantalón con una sonrisa en la boca. —Por supuesto, no sabes… La pelusa es un alma inocente. —No dije eso… —¿Ah, no? —Se supone que estoy aquí para ponernos en marcha con el proyecto, Mikhail… Mikhail tenían
Sergei suspiró profundamente antes de responder a las preguntas directas de Mila. Su expresión se volvió seria, y Mila podía percibir la tensión en el ambiente. Dejó escapar un suspiro largo y se levantó de su silla para caminar, caminó hacia la ventana, mirando hacia afuera como si buscara encontrar las palabras correctas. —Mila, no es tan simple como piensas. Nuestra relación con Mikhail es complicada, y últimamente, ha empeorado. No puedo simplemente decirte todo, pero sé que mereces algo de claridad de mi parte. Sergei se giró y luego ambos se miraron. Mila frunció el ceño, sin comprender del todo la gravedad de la situación. —Son asuntos personales no resueltos. Hubo un tiempo en los que éramos cercanos, como hermanos, pero sus decisiones, la mafia y… algunas diferencias complicando todo. —Recuerdo cuando éramos niños, mirabas a Mikhail como si fuese tu héroe… lo recuerdo por qué… —Era el héroe de todos, incluso el tuyo… —Mila apretó la boca y bajó la cabeza. —Éramos unos
Mikhail miró a Mila con una chispa traviesa en los ojos, como si estuviera disfrutando de su sorpresa. El rugido de una motocicleta resonó en el aire, y Mila se dio cuenta de que la apuesta de Mikhail iba más allá de las apariencias. —Esperando la respuesta… —preguntó Mikhail, con una sonrisa desafiante. Ella lo miró con incredulidad. La idea de subir a una motocicleta no solo desafiaba su sentido de la cordura, sino que también era una expresión de confianza que no estaba segura de estar lista para conceder. Y sabía perfectamente que Mikhail estaba yendo muy lejos. —No puedo creer que me estés retando a esto aun cuando vez mi ropa, y que vamos directo a trabajar… —Bien, entonces será por las malas… —Mikhail, no te atrevas… Mikhail no chistó cuando se agachó y la tomó por las piernas y la subió a sus hombros, mientras todas las cosas de Mila, cayeron al suelo. —¡Espera, no… mis cosas…! —Mikhail la sentó con cuidado en la moto grande, y luego la miró. —Será mejor que abras las
Los hombres de la mesa observaron la escena con una mezcla de sorpresa. Mila, por otro lado, se sintió como si estuviera parada en el centro de un huracán de emociones contradictorias.Estaba aturdida, completamente sacada del mundo sin poder apartar los ojos de Mikhail. Estaba completamente convencida de que él no podía saber todo lo que le hacía, y si bien estaba jugando con sus emociones para que estos hombres se metieran en el negocio, estaba al mismo tiempo acabando con su estabilidad.Mikhail, sin embargo, parecía disfrutar del desconcierto que había provocado al presentar a Mila como su novia oficial. Él no la soltó, incluso afirmó más su agarre y sonrió a sus socios.Y sí, podía sentir su temblor que lo estaba excitando más de la cuenta. Así que soltó el aire de su boca cuando ellos hablaron.—Encantados de conocerte, Mila Vasíliev —dijo uno de los hombres, extendiendo la mano en un gesto amistoso.—No, ella no toma la mano de nadie… —Mila parpadeó mirando a Mikhail, y el homb
Mila estaba tecleando rápidamente en su computadora, sentada justo en la silla de la oficina de Mikhail, y adaptando todos los archivos que Gary le había facilitado.Ella guardó el archivo, y luego soltó un suspiro mirando por el vidrio hacia la ciudad.Faltaba una semana para irse a Estados Unidos, y aunque no había informado de nada en lo absoluto a Marco sobre sus avances, sabía que su propuesta sería la bomba de toda la organización.Se recostó en su asiento y miró hacia toda la oficina.Todo allí era plano, Mikhail no acostumbraba a venir, y era Gary el que prácticamente se encargaba de todo.Cerrando los ojos y apretando su cuello, recordó aquel beso con el que incluso había tenido pesadillas. Sus fibras se removían cada noche cuando volvía a ese momento, y los ojos de Mikhail se habían incrustado en su cabeza de una manera cínica.—Señorita Mila… —ella saltó un poco, pero al ver a Gary sonrió.—Buenos días, Gary…—Buenos días… madrugó…Mila asintió poniéndose derecha.—Quería a
Mila se sintió incómoda bajo la intensa mirada de todos en la sala. Ana y Alexey intercambiaron una mirada significativa, y Mila tuvo la sensación de que estaban al tanto de algo que ella no sabía. Sin embargo, decidió ignorar las miradas y mantener la compostura.Mikhail, en cambio, quitó su mirada seria y de forma descarada, y todo lo sinvergüenza que era, barrió los ojos por toda ella, haciendo que el momento fuese más tenso que nunca.—Definitivamente, va a ser la sensación de la fiesta esta noche, baby…Los ojos de Mila se abrieron y Ana casi se atragantó.—¿Ustedes…?—Mikhail solo bromea… —Mila interrumpió rápido, y se acercó un poco—. Tenemos unos negocios andando y… ya saben cómo es esto. Lo acompañaré a la fiesta y varios de sus socios invertirán en mi organización…Ana asintió un poco más tranquila, pero Alexey se rio como un descarado.—¿Negocios? —dijo en tono burlón—. Eso es lo que todos los hombres décimos para…Inmediatamente, Mikhail le dio un codazo, y luego lo abrazó