Alexey Kozlov. Bajé el móvil y lo quité de mi oreja. Mi ceño se frunció profundamente ante la información, pero bajé la ventanilla para tomar el aire.—Vamos a la suite… —ordené al chofer, y la notificación me mostraba que Ana también se dirigía al mismo lugar.Le marqué a Luka y luego escuché:—Señor…—¿De quién es la casa?—Se trata de una familia que pertenece a la iglesia a donde asiste la familia Ivanov… ellos… parecen amigos de la familia…—¿Dime los nombres de los miembros de la familia?—Estoy enviando la lista con sus fotos, señor…—Bien… ¿Cuánto tiempo estuvo allá?—Después de la casa de sus padres… salió un poco alterada, estuvo en la otra casa, más de una hora…Apreté mi mandíbula, y asentí.—Bien, espero la lista…—Señor… hay un chico aquí… y algunas fotos que se tomaron cuando ella estuvo fuera de la casa.—Envíalas ahora mismo…Cancelé la llamada, y recosté mi cabeza, entonces recibí otra llamada en el instante.Se trataba de una carga nueva, pero estaba totalmente fue
Anastasia. Estaba completamente aterrada, incluso cuando Alexey me alzó y quedé pegada a su rostro, fui a su boca y lo besé y esto fue formar el caos.Sin embargo, lo necesitaba.Nuestros cuerpos se pegaron a la puerta de inmediato de forma ruda. Había una mezcla de miedo y deseo dentro de mí por lo que él pudiera ser capaz, pero sus manos rastrillando mis pechos, y arrancándome la ropa, hicieron que el pánico pasara a segundo plano.—Me encantas, Ana… y te juro que quiero destruir todo… pero mi deseo por ti gana… —él dijo contra mi boca mientras mis entrañas se removían. Tomé su rostro de forma apresurada, y me dejé llevar, por lo que mi inconsciente reclamaba de él.Alexey me desnudó entera, y cuando me di cuenta, él tampoco tenía nada de ropa. Sus dedos se restregaron en mi boca, y cuando caí en el sofá solo escuché mi respiración agitada.—Escupe… —mis ojos se abrieron impactados.—¿Qué?—Escupe… hazlo allí… —bajé mi mirada mientras mi boca temblaba, y aunque mis mejillas ardían
Anastasia. Les había dicho a mis padres que Irina pasearía conmigo en un día libre que tenía y que incluso se quedaría unos días en mi casa ficticia. Pero ahora que ella iba sentada en el auto, rumbo a centro de Moscú conmigo, solo sonreí sabiendo que sería toda una sorpresa para ella, que mañana la llevara para la inauguración del edificio, que tenía su propio nombre.—¿Cuál es la sorpresa?—No sería sorpresa, si te dijera… —ella alzó los hombros torciendo su boca en su gesto más conocido.—¿Cuándo vendrá Alexey?—Llegará por la noche… de hecho, cenaremos juntos en un lugar genial… y… —me detuve por un momento—. Conocerás a su hermano… ¿Qué te parece?—¡Súper! ¿Es de mi edad? ¿Podré jugar con él?Me mordí la boca y negué.—No, cariño… él es… un chico más grande que tú… y tal vez… —pero entonces lo pensé, no podía predisponerla.—Bueno… espero que se parezca a Alexey…Sonreí negando.—Sí que se parecen…Miré un poco por la ventana y luego recordé. Me acerqué a ella y pregunté de form
Anastasia. No pude apartar la vista de Sasha mientras se alejaba, su presencia había despertado algo en mí, una sensación de intriga y al mismo tiempo, de temor. No entendía cómo podía estar ella aquí, en esta inauguración, como invitada especial. El corazón me latía con fuerza y mi mente intentaba procesar toda esta nueva información.Los últimos invitados llegaron por arte magia en lo que quedaba de tiempo, pero yo estaba demasiado intranquila, fría, y algo dispersa cuando escuché esa voz.—A tiempo, mi amor… —alcé el rostro para observar a Alexey en un traje impecable, y demasiado hermoso para ser verdad.El corazón me martillaba de forma condenatoria, y forcé una sonrisa para él. Sin embargo, sabía que era imposible que no se diera cuenta de mi descontento.—Bienvenido… —su ceño se frunció un poco, pero ya se estaba anunciando la iniciación, y solo lo invité a que pasara para irme de corrida.Hice todo mi esfuerzo por no observar como se daba cuenta de que Sasha estaba aquí, de h
Alexey Kozlov. —¿Quieres a mi hermana? —parpadeé lentamente mirando en la dirección de Irina, que había recorrido toda la oficina y sin más se había detenido frente a mí para preguntar.—Claro… —respondí de forma vaga—. ¿Por qué lo preguntas?Irina se acercó alzando los hombros y sonreí.—¿Te puedo decir un secreto? —ella susurró y me puse alerta.—Por supuesto… puedes decirme cualquier cosa, y nunca diré nada…Irina miró a su espalda, y luego se giró hacia mí.—Papá dice que ella va a casarse con Dimitri en el futuro… que solo es cuestión de tiempo, mamá le dijo que no la presionara, y que prontamente tendrá que renunciar a este trabajo… —mis dientes se apretaron, entre tanto el aire se comprimió en mi garganta.Primero moría el padre, por muy trágico que sonara. Aunque a mí solo me facilitaba las cosas.—¿Cuándo? ¿Cuándo los escuchaste? —intenté parecer sereno.—En cada comida hablan del tema… yo quería decirles que ya tiene un novio exitoso como ella… pero se lo prometí a mi herma
Alexey Kozlov. —¿Tienes poco apetito? —Anastasia me miró tratando de ocultarse, y juro que, si no estuviera Irina presente, le estuviera haciendo el amor con ella pegada a este vidrio. Más por esconderse de mí. Odiaba que me ocultara cosas, pero a la larga sabría qué le había dicho Sasha. —Creo que comí unas cosas abajo… ya sabes. —No sé… te quedaste bastante tiempo mientras estaba aquí con Irina… —Esto está delicioso… —miré a Irina que enrollaba el queso derretido y le piqué el ojo y si Anastasia jugaba a ocultarme cosas por miedo, entonces también haría cosas a mi estilo. Estaba por meterme un bocado a la boca cuando mi teléfono resonó, el contacto de Iván de aquí de Rusia apareció en la pantalla e imaginé que ya estaba aquí. Pero ahora mismo no podía atenderlo, así que silencié el sonido. —Te espero esta noche… —Ana me miró—. Será una larga noche… —sonreí para ella y su boca se curvó un poco cuando asintió. —Vendré pronto… Y las cosas sucedieron rápido. Estábamos en la ca
Anastasia. —Fue lo mejor de mi vida… espero que mi hermana siga llevándome siempre a todos estos lugares… —sonreí mirando a Irina, y luego alcé mis ojos para ver la mirada de mi madre sobre mí.—Gracias… —negué varias veces—. Ya está casi lista la cena, ¿por qué no te quedas? —Ma… de verdad en esta ocasión voy apurada. No les había dicho, pero me pasaron a otro edificio… —Irina me observó agrandando sus ojos y yo reprimí el gesto—. Es una coincidencia, una de las hijas del dueño, se llama como nuestra hermana… el edificio se llama…—Irinius… —mi chica completó por mí, y papá arrugó el ceño.—Vaya… ¿Eres la economista allí? —pasé un trago.—Soy… la gerente general… —ambos abrieron los ojos exorbitados y hubo un silencio bastante largo.—¡Dios…! —mamá puso la mano en su boca.—Ana… ¿Cuánto tiempo es que ha pasado? ¿Tres meses?Asentí.—Sí pá… —alcé los hombros—. Parece que ellos han visto las capacidades en mí y confiaron… —algo que me hacía respirar, es que papá y mamá muy rara vez v
Anastasia. Las palabras de Alexey resonaron en mi mente, y sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Nunca había visto esa expresión en su rostro, y me di cuenta de que había despertado algo oscuro dentro de él… o nunca lo vi antes. Mi corazón se aceleró mientras trataba de asimilar lo que acababa de ocurrir.Había dicho sin ningún remordimiento que iba a matar a mi padre, y no titiló ni un minuto en su acomedido.—¿Qué has dicho? —pregunté en susurro, tratando de contener mi miedo—. Fue un momento de ira, últimamente, hemos tenido discusión tras discusión y…Tuve que detenerme cuando él me miró fijamente, en sus ojos llenos de furia y determinación, pude ver cómo luchaba por controlarse, pero su instinto protector estaba en pleno auge.Aunque ahora solo pensaba que no era solo su instinto protector, sino… asesino…Mi boca tembló en demasía y di dos pasas hacia atrás.—Mírame… yo he cambiado a sus ojos. Papá solo tiene miedo…—Eso no es excusa para levantarte la mano.—Soy su hija, A