Anastasia. Necesitaba controlar mi respiración porque en otros tiempos, esto no me hubiese espantado a tal modo.Dimitri era un líder de la iglesia, hijo de una familia respetable, y al que en un pasado mi madre me mencionó como mi posible esposo.Eso ya lo sabía.Sé que para mucha gente esto podría ser una estupidez, pero era nuestra forma de vida, todos los matrimonios quedaban en una misma organización religiosa, por eso del tema del yugo desigual, que, de alguna forma, guardaría nuestra generación.Pero yo ya la había corrompido, era bastante evidente que no había pensado en esto en lo absoluto.Quité la mirada de Irina, y la llevé a mi padre. Si no supiera que querían lo mejor para mí, estaría muy enojada. Sin embargo, en algún tiempo como familia habíamos hablado de este momento, pero en medio de todo lo que estaba pasando nuevo en mi vida, lo había olvidado por completo.—Cariño… Dimitri y su familia… —me dije a mí misma que iba a mantener el control cuando mamá me señaló.—Bu
Anastasia. —¿Qué ocurre? —me giré de golpe cuando papá llegó a la puerta y frunció su ceño al ver a Luka parado detrás de ella. —Papá… es del trabajo… necesito contestar… —¿Qué? ¿A estas horas? ¿Cómo es posible? —mi boca se abrió algo inestable. —Ya te cuento… ¿Vale? Debo atender esta llamada. A pesar de su reticencia, cerré la puerta y tomé el teléfono de Luka. Lo que menos quería hacer era un escándalo, y menos con Alexey escuchando. —Hola… —dije muy bajo. —¡Anastasia! —cerré mis ojos, su voz era algo ruda, y casi nunca me llamaba así. Eso además del tono algo lleno de furia. —Perdona… estoy con mis padres… —Eso lo sé… pero, no respondes mis llamadas. —No es nada… solo cenaba con ellos. —Eso también lo sé… además que hay visita en tu casa. ¿De qué se trata? —mis manos temblaron un poco y miré a Luka. —Son unas personas de la iglesia, amigos de nosotros desde hace años… Hubo un silencio largo. —¿Y estabas allí de casualidad? —Se supone que cualquier persona puede visita
Anastasia. Retrocedí unos pasos ante la confesión del chico, y juro que estaba por entrar en una crisis.Primero, había buscado a un hombre imposible de presentar a mis padres, y segundo, aunque la culpa no era del chico, tenía un hijo, y eso jamás lo aceptarían.Sentí como si mi cuerpo se llenara de sudor frío, y tuve que sentarme en el sofá de atrás para intentar procesar, pero no, necesitaba aire.—Señorita Ivanova… el jefe…—Suéltame… —intenté zafarme de Luka cuando insistió.—No puedo dejarla ir… por favor, espere…—¡No… déjame…! —estaba intentando llegar al ascensor en medio de mi crisis, cuando las puertas se abrieron, y el rostro de Alexey apareció en el instante.—Suéltala… —las manos de Luka me soltaron y yo di dos pasos hacia atrás cuando él salió del ascensor.Su perfume y su aroma me dijo que acababa de bañarse, lo había extrañado a mares, y me dolía la piel de no abrazarlo.—Señor… Damien está en la oficina… no sé cómo llegó aquí… —Alexey frunció el ceño, y luego asinti
Anastasia. —Nunca tuve tanto miedo… ni siquiera cuando me dijiste que querías corromperme… —noté su sonrisa curvada, y sus dedos bajaron por mi espalda para acariciar mi piel.Dejé mi rostro en su pecho, y luego inhalé su olor.—Para tener tanta fe… eres desconfiada… ¿O solo lo haces por lo que soy? —él se despegó de mí para mirarme a los ojos.—Olvídalo… Sibel va a casarse pronto… hablé con ella… —él despegó su mirada y asintió.—¿Y por qué el cambio repentino de tema? Hablo con Iván siempre… seré el padrino de bodas…—No quiere a nadie en su boda… creo que…—Estás conmigo, y Sibel te aprecia, así que… estaremos allí cuando vengan.Asentí de forma lenta y no dudé en decirle:—¿Puedes perdonarme? Realmente ese chico es… bastante astuto. No lo vi venir, créeme.—Se llama Damien… es un Kozlov puro… así que sí, es un hijito de put@ también…Asentí y me levanté un poco para mirarlo. Desde hace unas horas nos habíamos trasladado a la suite, y yacía completamente desnuda frente a él.—¿Tus
Anastasia. Habíamos pasado todo el día en la suite, pero a la mañana siguiente supe que de cierta forma debía retribuir mi desconfianza en Alexey.Me levanté muy temprano y preparé un desayuno, y cuando abrí la puerta de la habitación, Alex estaba restregándose los ojos.—Buenos días para ti… —saludé con la bandeja en las manos, y él me ofreció una sonrisa.—¿Y esto?—Es mi forma de disculparme… —dejé la bandeja en una mesa, y luego sentí cómo él atrapó mi cintura.—No necesitas hacer nada de esto… —quedé encima de su torso, mientras él metió las manos por la camiseta que ni siquiera me había quitado y acarició mi espalda—. No quiero que cocines ni hagas nada… solo que estés para mí…—Soy tu CEO… así que es imposible que no haga nada. Por cierto, tengo muchas noticias… —él tomó mi rostro y besó mi boca.—Escucho…—Inauguraremos el viernes… me gustaría traer a Irina… inventaré algo a mis papás…Alexey sonrió ampliamente y tocó mi nariz.—Ya se te hace muy fácil, ¿no es así? —mi sonris
Anastasia. Sequé algunas lágrimas que había en mi mejilla, y pasé las cuadras hasta llegar al auto. Dimitri vivía a solo unos vecindarios más de aquí, y el llegar a su casa me tomaría unos cinco minutos o menos en auto.Indiqué la dirección al chofer que me miró por el retrovisor, y le dije que me esperara frente a la iglesia a donde mi familia se congregaba, porque a solo unas casas de este lugar, quedaba la casa de su familia.No sabía con qué valentía estaba haciendo esto, pero uno de los objetivos principales era alejar a la familia de Dimitri de Alexey.Al fin y al cabo, ellos no tenían la culpa de nada.En el corto camino recordé la discusión con papá. Me sentía como la peor hija del mundo, incluso haberle llevado la contraría a papá, me tenía fuera el aliento.Toqué con fuerza cuando llegué a la casa mientras la luz del día iba desapareciendo con apenas unos rayitos de sol que estaban siendo arropados por las sombras.La madre de Dimitri fue la que abrió, y ver la sonrisa con
Alexey Kozlov. —¿Por qué un restaurante y no la mansión? Pudimos pedirle a un chef que nos cocinara… —Damien torció los ojos, y tuve que sentarme frente a él.Se suponía que hablaríamos en la intimidad, y odiaba un poco los lugares públicos para este tipo de charlas.—Sasha vendrá en unos minutos… y en la mansión no la dejarían pasar… —fruncí mi ceño inconforme.—¿Y qué se supone que hará ella aquí?—Hablar como personas civilizadas… porque ustedes solo discutieron en Suecia… y estoy harto de sus problemas maritales… —Apreté mi mandíbula, y respiré.—No hay problemas maritales entre nosotros… sabes que ella se aprovecha de tu cariño.—Alex… —su forma de llamarme solo me conectaba con Ana—. Fue ella quien estuvo para mis todos estos años… —Alcé mis hombros y desabotoné mi chaqueta.—Tú lo decidiste así… lloraste como niña cuando ella se quería ir…—Tenía cuatro años…—¿Y qué? Lloraste como niña de todas formas… —Damien negó.—Eres imposible…—Tú eres imposible… y ¿Qué harás ahora? Te
Alexey Kozlov. Bajé el móvil y lo quité de mi oreja. Mi ceño se frunció profundamente ante la información, pero bajé la ventanilla para tomar el aire.—Vamos a la suite… —ordené al chofer, y la notificación me mostraba que Ana también se dirigía al mismo lugar.Le marqué a Luka y luego escuché:—Señor…—¿De quién es la casa?—Se trata de una familia que pertenece a la iglesia a donde asiste la familia Ivanov… ellos… parecen amigos de la familia…—¿Dime los nombres de los miembros de la familia?—Estoy enviando la lista con sus fotos, señor…—Bien… ¿Cuánto tiempo estuvo allá?—Después de la casa de sus padres… salió un poco alterada, estuvo en la otra casa, más de una hora…Apreté mi mandíbula, y asentí.—Bien, espero la lista…—Señor… hay un chico aquí… y algunas fotos que se tomaron cuando ella estuvo fuera de la casa.—Envíalas ahora mismo…Cancelé la llamada, y recosté mi cabeza, entonces recibí otra llamada en el instante.Se trataba de una carga nueva, pero estaba totalmente fue