LA ADHALIA NEGRA Lo último que podría esperar de mí misma es este pequeño sentimiento que siento por ella. Asunción se ha vuelto una parte extrañamente importante en mí, no sé cómo describir este sentimiento que tengo para ella, puedo decir que hasta cierto punto me duele saber que Santiago la tiene a sus pies sin que ella se dé cuenta. Nunca me he enamorado, nunca he querido amar, nunca he necesitado... amar para sentirme viva, ¿o es que nunca me he sentido viva?—El día que te conocí... debo admitir que pensé lo peor de ti. Santiago siempre ha tenido rivales y pues... No estabas exenta de serlo. Yo... lo amo y la necesidad de proteger a ese hombre siempre ha sido mayor. Espero me comprendas.Si tan solo supiera el tipo de persona que se esconde detrás de esa sonrisa de ángel. –Pero el tiempo me enseñó que eres una buena persona, tanto que me recuerdas a lo que antes era –, me mira con los ojos vidriosos y eso me hace sentir muy mal –. Verónica, ¿a qué llegaste? –, sonríe sarcástic
LA ADHALIA NEGRA NARRADORSantiago intento miles de veces de comunicarse con Alejandro, pero fue en vano. Los minutos pasaron y él ya no podía concentrase en su trabajo. Todo esto lo estaba matando.Sonó el teléfono y ni un segundo tardó en contestar pues tenía esperanzas de que fuera Alejandro.— ¿Alejandro? –Pronunció primeramente.—Eh, hola, Santiago siento no ser quien esperabas.—Lo siento, Bárbara ¿Sucede algo?—Sí, estoy muy preocupada por Asunción.— ¿Qué le pasó?—Tranquilo. Es sólo que no sé si te ha dicho algo de su estado de salud.—N...no, realmente, no.Un largo suspiro soltó Bárbara –. Santiago, Asunción ha estado un poco mal. Le dije que fuera a ver al médico y es hora que no sé nada.— ¡¿Qué tiene?!—Yo no lo sé exactamente, sus síntomas son... Extraños.Un sudor frío recorrió el cuerpo de Santiago – ¿Está enferma?—Ha presentado mareos, cansancio, náuseas y mucho dolor de cabeza.No en este momento podía ser así, era hombre pero tenía conocimientos de lo que siempre
LA ADHALIA NEGRA NARRADORElla ya estaba cansada de su poco interés, Alejandro era otra vez un estúpido que tomaba su cuerpo una vez y se largaba. Aunque ahora era distinto, él hacía tiempo que ya no la buscaba como antes. Y es que no era que ella lo amara, era que él era el único que la hizo sentir importante, al menos para algo, en este mundo.Sólo lo veía salir de la oficina con su “secretaria estrella” y eso sabía que era extraño, intentaba acercarse a él de cualquier forma pero este ya no lo permitía. Estaba harta de todo eso así que se dio valor, se vistió y salió decidida a hacerle frente a Alejandro.Natalia estaba inmersa en sus pensamientos, cubría su cuerpo con la sábana blanca hasta que llegó Alejandro ya vestido.—Tienes el día libre –, dijo secamente al verla acostada.—No, Alejandro, yo quiero ir a... a trabajar—No, Bella.—Te recuerdo que tienes que darme esa gran sorpresa.—Eres demasiado terca.—Solo dímelo.La miró y sonrió. –Eres candidata al puesto de ejecutiva
LA ADHALIA NEGRA AMELIADOS SEMANAS DESPUÉSEl público esperaba para juzgar lo que según ellos sería lo perfecto, ¿Qué me falta? ¿Qué tengo de más? ¿Qué hice y que no hice para estar aquí? Así es la gente, así es el mundo en el que vivimos¡Señores, la realidad es aquí, la realidad soy yo!Todo parecía ir bien pero los nervios me consumían, había hecho tanto para estar aquí y no porque realmente lo deseara, mi corazón ya no anhelaba el mundo que tengo frente a mí, mi corazón desea regresar el tiempo y sumergirme en lo que sentí hace unos días sabiendo el daño que estoy siendo capaz de hacer.Asunción no merece lo que le estoy haciendo pero, ¿qué hay de Santiago?Está jugando conmigo y terminado hoy, comenzará el juego del cuál va a desear no haberme siquiera conocido, tal vez ni siquiera haber nacido.Miles de recuerdos pasan por mi cabeza como seguro a las 2 chicas que tengo a cada lado de mí.Son hermosas y no lo negaré pero aquí solo una resultará ganadoraEl telón aún no sube, la
LA ADHALIA NEGRA AMELIA 22 HORAS DESPUÉSMe veía demasiado hermosa, mis ojos resaltaban entre la hermosa y cara ropa que llevaba puesta. Todo era color dorado, mi cabello estaba atado en una alta coleta con adornos alrededor, mi vestido era largo y tenía unos hermosos adornos, llevaba unos zapatos altos de tacón de aproximadamente 15 centímetros, pulseras y collares caros, el maquillaje hacia un contraste perfecto, era natural, donde mis labios fueron los que hablaban por si solos.—La salida está próxima Verónica –, dice una de las trabajadoras de Bárbara. Ella se encargó del maquillaje.—Lo sé, ¿Bárbara llegó?—No y es preocupante. Ella debería estar aquí ya—Tú necesitas estar tranquila. El concurso es tuyo y Bárbara vendrá.—Gracias, Milena, ¿Santiago ya llegó?Una sonrisa invadió a Milena. –Él fue el primero en llegarUn alivio se tornó en todo mi ser. El estaría viendo todo y yo, yo no podía fallar.Los minutos siguieron pasando hasta que regresó nuevamente Milena muy alterada
LA ADHALIA NEGRA AMELIAVerónica Dantes, ese nombre resonó por todo el lugar. Todos aplaudían pero mi mundo paró en ese momento.—La ganadora es... ¡Verónica Dantes, representando a la empresa Fashion!Todos se levantaron a aplaudir ese gran momento, volteé a mirar a mi contrincante. Se notaba a leguas que no podía creer que le hayan pegado en su ego. La miré y sus ojos estaban cristalizados, mi mirada de superioridad acabó por destrozarla.Terminé dando unos pasos frente al público en dónde me coronaron como la reina de la belleza, me entregaron unas rosas y pusieron en mi frente hermosas joyas que me irían poniendo las encargadas. Yo no cabía de felicidad, miraba a todo el público dándome cuenta que el mundo ya era mío. No pude esperar por ver a Natalia, se veía hermosa y ahora me regalaba una media sonrisa sin dejar de aplaudir, Alejandro admiraba el momento sin esperar nada a cambio.Asunción y Santiago estaban de pie aplaudiendo, en un momento de felicidad, él la abrazó y juntos
LA ADHALIA NEGRAAMELIA DOS DÍAS DESPUÉSEstuve estos dos días encerrada en mi habitación, saliendo para lo indispensable.Bárbara jamás me habló o algo por el estilo si quiera para saber qué pasó con el concurso. Dudo que esté enterada de mi logro.Santiago llamó en la mañana para saber cómo estoy. Piensa que me fui a dar unas vacaciones bien merecidas.Tal vez hoy sería el día en que me dignara a salir y ver a Asunción. Es la única que tengo, quiera o no aceptarlo.Me puse ropa deportiva. Sinceramente no tenía ganas de enfrentar la vida, sé que después de esta gran victoria se vendría una vida bastante difícil. Un poco parecida a la Santiago, tal vez.Momentos como este me dan ganas de terminar con todo el contrato y regresar a mi vida pero creo tengo el suficiente odio como para no dejar esto a un lado. Quiero encontrar a los seres más asquerosos que me dieron la vida y llenarlos de arrepentimiento hasta que caigan al suelo de rodillas.En cuanto a Santiago, solo quiero que sepa q
LA ADHALIA NEGRAAhora todo se mostraba lleno de lastima y sin vida. La gente ya comenzaba a enterarse del gran dolor por el que pasaba Santiago.Cuando el doctor le dijo eso quiso acelerar todo, el cuerpo de su mujer estaba irreconocible y por la memoria de ella no dejaría que estuviera más tiempo así. Su noche se tornó activa mientras que la de Verónica perdió color, Alberto no la dejaba ni un segundo, tuvo un ataque de nervios en ese momento, tanto que el doctor se vio en la necesidad de colocarle un tranquilizante.Santiago movía cielo y tierra por qué todo se hiciera rápido, eran las 3:00 a.m. y mucha gente parecía negarse a ayudarlo, sus guardaespaldas también hacían lo que podían por él.Bárbara no se había comunicado para nada y Santiago estuvo tentado a llamarla pero algo dentro de él lo detenía cada vez que lo intentaba.—Señor Santiago, el ataúd ya está listo –, informó uno de sus hombres.Limpió sus lágrimas y asintió –. Gracias, haz que preparen todo.—Sí, señor, con perm