LA ADHALIA NEGRA AMELIA Llevo ya 15 minutos de retraso. Parece que nunca llegaré, Bárbara no para de llamarme, tanto que decidí ya no contestar.Por fin llegué a la gran empresa que seguro ya era como mi segundo hogar de un tiempo para acá. Las recepcionistas me saludaron, otro tanto me dieron miradas que hacen evidente la envidia. Subo el elevador para poder llegar con Bárbara. No sé qué quiera hoy pero tenía urgencias que viniera y... Aquí estoy tocando la puerta de cristal antes de girar la perilla ya que su secretaria no se encontraba.–Adelante –, la escuché decir.Abrí la puerta y me di cuenta que era una pequeña reunión donde sabemos claramente quien estaba, otra vez esa niña tonta. Su sonrisa decía que la noticia de hoy era muy buena. También se encontraba Facundo y... ¿Alejandro?–Pasa –, dice riendo Bárbara –. No tengas miedo.Camine y saludé a cada uno de ellos a Alejandro tuve que darle un saludo más cariñoso.– ¿Y bien? –Digo retomando mi posición, todos estaban de pie.
LA ADHALIA NEGRA NARRADORAl día siguiente ella estaba más que feliz, no vio a su marido en todo el día anterior. Tuvo algunos compromisos pero ya se moría por verle y que le diera su opinión acerca de lo que había echo anteriormente. Santiago quedó de llegar esa tarde así que se tomó el atrevimiento de comenzar con esto de una vez por todas... Entre más pronto mejor.Se dejó el cabello suelto y se puso su vestido largo favorito. Era blanco con bonitos adornos en las orillas, no dejaba nada que no debiera al exterior. Ella era sencilla, ella era hermosa... Ella era la envidia de las mujeres y no por su belleza aunque la tenía, si no por no valerse de su belleza para ser hermosa. Preparó algunos bocadillos y espero a que llegara la visita tan esperada. Era una niña impaciente cuando se trataba de lo que amaba o... O lo que desconocía.AMELIA Mi carro se estacionó en la gran mansión a la que me habían citado. Suspiré dejando salir todo el estrés que ya sentía sin haber entrado aún con
LA ADHALIA NEGRA NARRADOR Ya era un poco tarde y por fin Natalia acabó su trabajo. Decidió visitar a su jefe después de que en todo el día no lo había saludado. Lo estuvo evitando todo el día.Recogió los papeles que le entregaría y tocó la puerta de su oficina. Su voz la hizo pasar, nerviosa entró.—Buenas noches, señor, aquí están los papeles que necesita para mañana, solo hace falta su firma y todo estará listo. Si no necesita nada más me iré –, le extendió los papeles.—Gracias, Natalia pero aún no puedes irte –. Natalia abrió los ojos sorpresiva. ¿Acaso quería que doblara turno?—Señor, creo estoy en todo el derecho de irme porque mi trabajo ya concluyó –, dijo molesta.—Lo siento, Natalia son mis reglas –, se levanta de su asiento de piel acomodando su corbata haciéndolo ver más coqueto de lo normal.—Pues me parece muy injusto de su parte.—No te alteres, hermosa –, se acercó a ella tanto que podía ya oler su fragancia —, debo de admitir que sigues igual de
LA ADHALIA NEGRA AMELIA Fue un día muy largo, Santiago, un hombre joven que me está haciendo este juego divertido. Asunción la niña tonta del cuento que hace que solo ría burlona ante sus acciones. No niego, quiere ayudarme para que todo salga bien pero no deseo eso, ahora deseo otras cosas y entre ella está ese hombre de perfectos ojos oscuros.Subí a mi habitación sin buscar a Natalia. Hemos cambiado bastante pero seguro ella está bien.Me levanté muy temprano. Quise salir a comprar algunas cosas que seguro me van a ser falta. La mañana era algo fría, esta vez no había primavera. El hermoso día que estaba acostumbrada a ver.Después de pasar al centro comercial, iría con Asunción. Tenemos mucho que hacer hoy o al menos eso dijo. ¡Dios, esa niña es tan tonta!No me interesa ganar ese famoso concurso debería saberlo. Todo esto lo hago por Santiago y tenerlo como juguete nuevo, hace tiempo que no me divertía así desde los inicios de un juego.Escogí bastante ropa que me será muy útil
LA ADHALIA NEGRA AMELIARealmente es increíble que un hombre como él sepa manejarse también dentro de la cocina. Lo veo danzar de un lado a otro y me doy cuenta que solo emana paz.Desde el momento en que lo conocí pude notarlo, es realmente excepcional en todos los sentidos.Su bella sonrisa, su inteligencia, el amor que es capaz de poner en claro frente a todos, su perfecto físico, todo. Es perfeccionamiento de la naturaleza.Se mira a leguas que solo él es capaz de poseer en sí la esencia de lo que es. Un hombre feliz, sonriente, amoroso y guapo.Cómo se nota que la vida no le ha mostrado su otra cara...- ¿Pasa algo? -Pregunta Santiago sonriendo.-No… no -digo un poco sorprendida.-Déjame adivinar, ¿pensaste que solo verías aquí comida vegetal y ese tipo de cosas?Suelto una risita juguetona y eso basta para que él conozca mi respuesta ante lo que dijo. Claro que lo esperaba, un hombre como él necesita cuidados.- ¿En verdad no tienes hambre?-Comienza a darme un poco -, le respo
LA ADHALIA NEGRA NARRADOR Esa noche que ese hombre de mal corazón le hizo la propuesta sobre viajar le emocionó mucho. Es algo que aunque no quería, su corazón anhelaba o tal vez no su corazón pero sí su deseo.¿Era tan imbécil para creerle? Amelia ya no sabía nada sobre ella, si supiera que Natalia está en los peores caminos no la dejaría ni a sol ni a sombra.Sonó su celular y contestó de mala gana al ver en la pantalla el nombre de su jefe.- ¿Si?-Hola, Natalia. ¿Cómo amaneciste?-Eso no importa lo que importa es que te sirva como empleada, ¿no?- ¿Por qué estás enojada? Deberías estar feliz porque te di 2 días libres.-Pues no, no lo estoy.-Espero te ponga feliz la noticia sobre un viaje -, la risa tonta de Alejandro se escucha al otro lado de la línea - ¿Que dices, ah?El corazón de Natalia palpita más fuerte al escuchar esas palabras, las cuerdas vocales se le cierran y es imposible decir palabra alguna.-Me encantaría ver tu reacción pero no tengo tiempo así que en 1 hora u
LA ADHALIA NEGRA — ¿Y siquiera sabes hacerlo?—Claro. Soy un genio haciendo esto.Santiago sacaba de la vitrina cosas tan desesperado que me sorprendía esa ligereza.— ¿Te ayudo?— No, quédate ahí sentada.Dos semanas que mi vida se ha visto divertida, jovial, llena de aventuras, sueños y todo en un determinado tiempo. Más que preparación para mi gran concurso, siento que es una manera de hacerme sentir parte de alguien tan importante como lo puede ser Santiago. Son momentos que me hacen pesar en mi pasado.—Ven, princesa, ¿por qué te enojas con tu hermana?—No estoy enojada, mamá.— ¿Piensas que dejamos de hacerte caso por ella?—Desde que nació ella ha sido la preferida.—No digas eso.—Es que... Es que...–. Las lágrimas comienzan a salir.—Escucha, mi amor –, el cariño de mi madre se hace presente —. Nunca cambiará el amor que siento por ti ni por tu hermana. Es un cariño único y muy grande que no se compara con nada. Te amo por ser mi primer angelito, el ángel que la vida me dio,
LA ADHALIA NEGRATerminó de bañarse y colocó la ropa de trabajo. No podía dejar de pensar en la noche anterior, simplemente no podía dejar de pensar en cómo amaneció.La sábana blanca cubriendo su hermoso cuerpo, la sábana siendo testigo de lo que ni ella era capaz de aceptar. Alejandro no amaneció a su lado pero, ¿qué más daba? Acababa de estar con ella.Estúpida, estúpida, Natalia.No tenía cabeza para volver al trabajo estando al lado del hombre que le hacía hervir la sangre y la hacía salir de este mundo.“El deseo se apaga con deseo y eso eres Alejandro, eres mi deseo, sólo eso.”La habitación era demasiado grande y todo parecía tan pequeño ahora con lo que acaba de pasar.Alejandro entró a la habitación sin tocar. Natalia estaba sumergida en sus pensamientos colocando su ropa en su lugar.— ¡Alejandro! –Expresó ella intentando sonar muy natural.— ¿Cómo amaneciste? –Ni siquiera la miraba.— ¿Qué haces aquí?—Es mi casa, te recuerdo. ¿Esperabas que apareciera con el desayuno para