LA ADHALIA NEGRA NARRADOR Ya era un poco tarde y por fin Natalia acabó su trabajo. Decidió visitar a su jefe después de que en todo el día no lo había saludado. Lo estuvo evitando todo el día.Recogió los papeles que le entregaría y tocó la puerta de su oficina. Su voz la hizo pasar, nerviosa entró.—Buenas noches, señor, aquí están los papeles que necesita para mañana, solo hace falta su firma y todo estará listo. Si no necesita nada más me iré –, le extendió los papeles.—Gracias, Natalia pero aún no puedes irte –. Natalia abrió los ojos sorpresiva. ¿Acaso quería que doblara turno?—Señor, creo estoy en todo el derecho de irme porque mi trabajo ya concluyó –, dijo molesta.—Lo siento, Natalia son mis reglas –, se levanta de su asiento de piel acomodando su corbata haciéndolo ver más coqueto de lo normal.—Pues me parece muy injusto de su parte.—No te alteres, hermosa –, se acercó a ella tanto que podía ya oler su fragancia —, debo de admitir que sigues igual de
LA ADHALIA NEGRA AMELIA Fue un día muy largo, Santiago, un hombre joven que me está haciendo este juego divertido. Asunción la niña tonta del cuento que hace que solo ría burlona ante sus acciones. No niego, quiere ayudarme para que todo salga bien pero no deseo eso, ahora deseo otras cosas y entre ella está ese hombre de perfectos ojos oscuros.Subí a mi habitación sin buscar a Natalia. Hemos cambiado bastante pero seguro ella está bien.Me levanté muy temprano. Quise salir a comprar algunas cosas que seguro me van a ser falta. La mañana era algo fría, esta vez no había primavera. El hermoso día que estaba acostumbrada a ver.Después de pasar al centro comercial, iría con Asunción. Tenemos mucho que hacer hoy o al menos eso dijo. ¡Dios, esa niña es tan tonta!No me interesa ganar ese famoso concurso debería saberlo. Todo esto lo hago por Santiago y tenerlo como juguete nuevo, hace tiempo que no me divertía así desde los inicios de un juego.Escogí bastante ropa que me será muy útil
LA ADHALIA NEGRA AMELIARealmente es increíble que un hombre como él sepa manejarse también dentro de la cocina. Lo veo danzar de un lado a otro y me doy cuenta que solo emana paz.Desde el momento en que lo conocí pude notarlo, es realmente excepcional en todos los sentidos.Su bella sonrisa, su inteligencia, el amor que es capaz de poner en claro frente a todos, su perfecto físico, todo. Es perfeccionamiento de la naturaleza.Se mira a leguas que solo él es capaz de poseer en sí la esencia de lo que es. Un hombre feliz, sonriente, amoroso y guapo.Cómo se nota que la vida no le ha mostrado su otra cara...- ¿Pasa algo? -Pregunta Santiago sonriendo.-No… no -digo un poco sorprendida.-Déjame adivinar, ¿pensaste que solo verías aquí comida vegetal y ese tipo de cosas?Suelto una risita juguetona y eso basta para que él conozca mi respuesta ante lo que dijo. Claro que lo esperaba, un hombre como él necesita cuidados.- ¿En verdad no tienes hambre?-Comienza a darme un poco -, le respo
LA ADHALIA NEGRA NARRADOR Esa noche que ese hombre de mal corazón le hizo la propuesta sobre viajar le emocionó mucho. Es algo que aunque no quería, su corazón anhelaba o tal vez no su corazón pero sí su deseo.¿Era tan imbécil para creerle? Amelia ya no sabía nada sobre ella, si supiera que Natalia está en los peores caminos no la dejaría ni a sol ni a sombra.Sonó su celular y contestó de mala gana al ver en la pantalla el nombre de su jefe.- ¿Si?-Hola, Natalia. ¿Cómo amaneciste?-Eso no importa lo que importa es que te sirva como empleada, ¿no?- ¿Por qué estás enojada? Deberías estar feliz porque te di 2 días libres.-Pues no, no lo estoy.-Espero te ponga feliz la noticia sobre un viaje -, la risa tonta de Alejandro se escucha al otro lado de la línea - ¿Que dices, ah?El corazón de Natalia palpita más fuerte al escuchar esas palabras, las cuerdas vocales se le cierran y es imposible decir palabra alguna.-Me encantaría ver tu reacción pero no tengo tiempo así que en 1 hora u
LA ADHALIA NEGRA — ¿Y siquiera sabes hacerlo?—Claro. Soy un genio haciendo esto.Santiago sacaba de la vitrina cosas tan desesperado que me sorprendía esa ligereza.— ¿Te ayudo?— No, quédate ahí sentada.Dos semanas que mi vida se ha visto divertida, jovial, llena de aventuras, sueños y todo en un determinado tiempo. Más que preparación para mi gran concurso, siento que es una manera de hacerme sentir parte de alguien tan importante como lo puede ser Santiago. Son momentos que me hacen pesar en mi pasado.—Ven, princesa, ¿por qué te enojas con tu hermana?—No estoy enojada, mamá.— ¿Piensas que dejamos de hacerte caso por ella?—Desde que nació ella ha sido la preferida.—No digas eso.—Es que... Es que...–. Las lágrimas comienzan a salir.—Escucha, mi amor –, el cariño de mi madre se hace presente —. Nunca cambiará el amor que siento por ti ni por tu hermana. Es un cariño único y muy grande que no se compara con nada. Te amo por ser mi primer angelito, el ángel que la vida me dio,
LA ADHALIA NEGRATerminó de bañarse y colocó la ropa de trabajo. No podía dejar de pensar en la noche anterior, simplemente no podía dejar de pensar en cómo amaneció.La sábana blanca cubriendo su hermoso cuerpo, la sábana siendo testigo de lo que ni ella era capaz de aceptar. Alejandro no amaneció a su lado pero, ¿qué más daba? Acababa de estar con ella.Estúpida, estúpida, Natalia.No tenía cabeza para volver al trabajo estando al lado del hombre que le hacía hervir la sangre y la hacía salir de este mundo.“El deseo se apaga con deseo y eso eres Alejandro, eres mi deseo, sólo eso.”La habitación era demasiado grande y todo parecía tan pequeño ahora con lo que acaba de pasar.Alejandro entró a la habitación sin tocar. Natalia estaba sumergida en sus pensamientos colocando su ropa en su lugar.— ¡Alejandro! –Expresó ella intentando sonar muy natural.— ¿Cómo amaneciste? –Ni siquiera la miraba.— ¿Qué haces aquí?—Es mi casa, te recuerdo. ¿Esperabas que apareciera con el desayuno para
LA ADHALIA NEGRA También pensaba en Natalia y nunca quise hablar con ella, ella tenía metas al igual que yo aunque fueran muy distintas pero yo no podría interponerme a eso. Ese día mi celular sonó, era un número desconocido pero no dude en contestar pensando que podría ser Alejandro.—Sí, diga.—Amelia –, la escuché pronunciar mi nombre. Dejé la taza de café que estaba tomando y centré toda mi atención en ella.—Dios, Natalia, ¿cómo estás?—Por favor, Amelia, no preguntes cosas que no te interesan. Quiero ser muy clara y directa, yo...— ¿De qué hablas? –Por la frialdad con la que me estaba hablando sabía que nada iba bien.—No puedo creer que haya podido convivido todo este tiempo con una maldita arpía, no puedo creer que siempre justifiqué tu forma de ser por lo todo lo que te había pasado, pero, ¿sabes una cosa? El destino te dio lo que tal vez merecías y también quiero que sepas que no soy nadie para decir que te mereces y que no.— ¿De qué hablas malditas seas? –Un dolor agud
LA ADHALIA NEGRA NARRADOR ¿Extrañaba su forma de ser? Por supuesto que sí, extrañaba lo que era ese hombre que conoció, ella tampoco era la misma desde ese día que él le echó en cara las palabras que dijo a la prensa sobre su, ahora, esposo. No estaba arrepentida, estaba dolida porque Santiago parecía avergonzarse de ella, de ese amor que dice tener.Cada día es peor, Bárbara, sus padres... Su hermana. Extraña lo que era su vida antes, lo extraña todo.Su estado emocional está ya deteriorado, tanto que, su físico ya lo siente también.Náuseas, dolor de cabeza y ese cansancio no puede ser normal. Está perdiendo todo, todo hasta su bienestar.¿Qué te está pasando?AMELIA Todo mi mundo se vino abajo con unas simples palabras. Tatiana con esa confesión y Natalia con esa despedida. Ya era nada desde ese momento. Después de todo tomé mi mejor atuendo y me dispuse a ponerlo. A la vida le gusta que siempre seas una dama que espera complaciente por ella. ¿O qué eso no es lo que me demuestr