CAPÍTULO 19. Unas horas para rezar

CAPÍTULO 19. Unas horas para rezar

Sobraba decir que Grayson Blackwell no tenía ni la más mínima idea de cómo contener o consolar a una niña, solo sabía que no podía dejar que se aferrara a ella porque los médicos tenían que llevársela. Meli no había dejado de llamar a su mamá en todo el trayecto, y a Grayson lo estaban matando aquellas lágrimas en aquellos ojitos.

—Por favor, nena, calma, mami va a estar bien. ¡Tu mamá va a estar bien!...

—¡Mamiiiii! ¡Mammiiiiiiii! —gritaba la niña desesperada y Grayson solo pudo abrazarla.

—¡Meli! Eres Meli ¿verdad? ¡Tú eres Meli y yo soy Gray! ¡Yo soy Gray, soy un amigo de tu mami! Ella va a estar bien, te prometo que va a estar bien. ¿Quieres hacer un “Pinky Swear”? ¿Eh? ¿Sabes lo que es un “Pinky Swear”? —la increpó levantando su meñique y Meli se sorbió la naricita aun envuelta en un mar de lágrimas.

Grayson se sentó en la primera silla que encontró en la salita de espera y acomodó a la pequeña en su regazo.

—Escucha, sé que estás asustada, pero
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