CAPÍTULO 19. Unas horas para rezarSobraba decir que Grayson Blackwell no tenía ni la más mínima idea de cómo contener o consolar a una niña, solo sabía que no podía dejar que se aferrara a ella porque los médicos tenían que llevársela. Meli no había dejado de llamar a su mamá en todo el trayecto, y a Grayson lo estaban matando aquellas lágrimas en aquellos ojitos.—Por favor, nena, calma, mami va a estar bien. ¡Tu mamá va a estar bien!...—¡Mamiiiii! ¡Mammiiiiiiii! —gritaba la niña desesperada y Grayson solo pudo abrazarla.—¡Meli! Eres Meli ¿verdad? ¡Tú eres Meli y yo soy Gray! ¡Yo soy Gray, soy un amigo de tu mami! Ella va a estar bien, te prometo que va a estar bien. ¿Quieres hacer un “Pinky Swear”? ¿Eh? ¿Sabes lo que es un “Pinky Swear”? —la increpó levantando su meñique y Meli se sorbió la naricita aun envuelta en un mar de lágrimas.Grayson se sentó en la primera silla que encontró en la salita de espera y acomodó a la pequeña en su regazo.—Escucha, sé que estás asustada, pero
CAPÍTULO 20. Un hombre desconocidoNo había amenaza que saliera de la boca de Grayson Blackwell de una forma amable, pero ni los seis o siete puñetazos que dejaron a Wang con la nariz rota alcanzaron para que el tipo reconociera que había sido el autor de supuesto accidente, y por fin Kenneth lo hizo sacar con seguridad o de lo contrario aquello terminaría en tragedia.—¡¿Cómo que las grabaciones de seguridad no sirven?! —espetó cuando su mejor amigo se vio obligado a darle la noticia—. ¡Esta no es una puta telenovela donde se pueden perder las grabaciones de seguridad para que el el villano se salga con la suya! ¡Despídelos a todos, contrata gente nueva, y amenázalos con una demanda, alguien acabará soltando la lengua! Kenneth respiró hondo pero finalmente señaló a un rincón de su despacho.—Por suerte las grabaciones de seguridad no son las únicas. Tenemos decenas de horas de filmación fuera de cámara de la serie, es probable que podamos encontrar algo interesante ahí —le explicó—.
CAPÍTULO 21. La última ofertaResultaba evidente que el Titanic había tenido más oportunidad contra su iceberg que la directora de aquella guardería contra Lydia Baptiste, así que solo asintió y salió corriendo para asegurarse de que las cintas le fueran entregadas a la policía sin contratiempos.El único ruido impactante que los hizo volver la cabeza ocurrió dos minutos después en el salón de Meli y tanto Grayson como la trabajadora social se acercaron para ver aquella cámara de seguridad destrozada en el suelo, mientras la maestra de la niña hacía un gesto que no era nada inocente.—Tienes que ser muy ignorante para no saber que las grabaciones se descargan directamente a un servidor y que lo único que lograste rompiendo esa cámara fue incriminarte más —le gruñó Lydia con fastidio—. Oficial, por favor, arreste a la señorita Sacks, creo que tiene que dar muchas explicaciones.Grayson sintió que Meli lo abrazaba aún con más fuerza mientras sacaban a su maestra esposada, y aunque no lo
CAPÍTULO 22. Una condiciónGrayson se quedó mudo por un largo instante, sabía muy bien que Serena no estaba convencida, sabía que la única carón por la que hacía aquello era porque estaba acorralada, pero si eran objetivos, cuanto antes terminaran con aquello mejor sería.—Muy bien, tu testimonio en el juicio de divorcio de Anabelle y Jerry, ¿a cambio de qué? —la increpó.Serena pasó saliva y trató de enfocarse.—Setenta mil dólares —murmuró después de hacer aquel cálculo básico.Debía quince mil dólares todavía por todos los gastos del entierro de su hermana, porque tal parecía que por mucho que pagara los intereses no dejaban de subir. El resto tenía que alcanzar para que ella y su hija pudieran irse del país, conseguir una nueva identidad, desaparecer por completo.—Podrías pedirme millones a cambio de tu declaración —sentenció él cuando el silencio se hizo demasiado evidente.—No quiero ser millonaria, solo quiero sobrevivir —respondió Serena—. Solo quiero que mi hija sobreviva a
CAPÍTULO 23. Una dudaTenía los ojos cerrados, pero eso no significaba en ninguna medida que Serena estuviera dormida o fuera sorda. Cada palabra que salía de la boca de Grayson, a pesar de que la esperaba, era como si el lazo alrededor de su garganta se apretara aún más. Se notaba que él tenía una relación estrecha con su hermana, y Anabelle Huxley no dejaría de odiarla nunca, así que tampoco permitiría que él dejara de odiarla.Aquella situación era imposible, pero mientras estuviera lastimada y atada a una cama, Serena tenía que aguantarse y esperar, esperar y hacer lo que fuera necesario para sobrevivir.Debían ser quizás las diez de la mañana cuando Karina se asomó a la puerta de la habitación y trató de disimular la mala cara con que evidentemente miraba a Grayson.—Yo puedo quedarme a partir de ahora —le dijo mientras Serena abría los ojos, y el hombre asintió.—Está bien, te agradezco que te quedes.—No me lo agradezca, es mi mejor amiga —gruñó Karina cruzando los brazos con m
CAPÍTULO 24. Sentimientos encontradosGrayson ya se había acostumbrado al odio latente en la voz de su hermana, no era que para él hubiera cambiado, seguía sintiendo que quienes la habían lastimado debían pagar por eso, el problema era quizás que saber que vengándose de Serena podía lastimar a una niña que definitivamente no lo merecía, cambiaba un poco su perspectiva de los hechos.—No tienes idea, Grayson... no tienes idea de cuánto voy a hacer sufrir a esos dos, en cuanto Serena admita en el juicio que fue la amante de Jerry, ¡la voy a demandar por todo lo que se me ocurra! ¡Voy a hacer que esa mujer termine en la cárcel, no sé cómo, pero...!—¡Anabelle! Ese no fue el acuerdo al que llegamos —murmuró él con tono neutro—. Ella será parte de tu defensa, no puedes demandarla en medio del juicio.—¡Pues la demandaré cuando termine! ¡No me importa, pero esa zorra va a pagar por lo que me hizo! —espetó su hermana con aquel caudal de lágrimas saliendo de sus ojos.Grayson respiró profunda
CAPÍTULO 25. Amar de más¿Qué tan jodido era que mientras Serena tenía pesadillas en aquella cama de hospital y gritaba por Brooke, el primer pensamiento de Grayson Blackwell fuera de alivio porque Brooke era un nombre de mujer? No pensaba conscientemente en eso, pero si hubiera estado gritando por un hombre, quizás esas cosas que él decía que no sentía por ella se hubieran desmentido. De momento solo pudo reaccionar, acercándose a ella y poniendo una mano sobre su frente para calmarla.—¡Hey, hey! ¡Serena! Serena, despierta...Verla abrir los ojos con desesperación le provocó algo que no supo definir, quizás porque al final de todo, la realidad seguía siendo una pesadilla para ella.—Estabas gritando —le dijo mientras respiraba profundamente—. Estabas gritando por... por Brooke.Los ojos de la mujer frente a él se humedecieron en un instante, pero Serena apartó la mirada de inmediato, mordiéndose los labios porque lo último que necesitaban en aquel momento era que Grayson se pusiera
CAPÍTULO 26. Un titular viralSerena contuvo el aliento, porque algo dentro de ella le advertía que esa no era una información que pudiera compartir con nadie más.—No… solo… necesito dinero en lo que demando a Grayson por mucho, mucho dinero por este accidente —rio, pero Percy la miró con un poco de tristeza.—Te creería si no hubieras tratado de vendérmelo desde antes del accidente —suspiró él—. Y para lo que vale, a veces eso es justo lo que hay que hacer. A veces uno no tiene más remedio que escapar, sé bien de lo que hablo.Percy se despidió de ella como si fuera una vieja amiga a la que no volvería a ver en algún tiempo, y luego salió de allí dejándole su número de teléfono anotado en un papelito, solo en caso de que lo necesitara.Lo que Serena no imaginaba era que quizás él debía ser uno de los que acompañaran a Annabelle Huxley en un momento en que necesitaba tanto apoyo, como en su primera vista del divorcio, pero Percy simplemente prefería ahorrárselo.La mañana era extraña