CAPÍTULO 144. Te oigo—¿Cómo está esa mano? —preguntó Aurelio, aunque la mitad de él observaba a Percy con el rabillo del ojo, después de todo Serena acababa de darle una paliza a su madre en público. —Con la sensación de que debí haberle hecho mucho más —gruñó la muchacha, porque finalmente estaba haciendo hasta lo imposible por tragarse aquel dolor mientras la misa continuaba. Lo que estaba por venir sería duro, y lo sabía, pero no podía imaginar que el resto de aquella familia fuera tan cínica, en especial que Annabelle fuera tan estúpida como para desafiar a Percy, precisamente cuando el chico estaba de luto por la muerte de su hermano. —Jamás he creído lo mejor de Annabelle, eso ni siquiera voy a negarlo —murmuró Percy con tono dolido—. Pero que mi madre haya hecho esto... Que mi madre lo sepa... Eso no me cabe en la cabeza. —Hay dos opciones aquí —murmuró Serena—. Una madre siempre hará lo que sea para proteger a sus hijos. —Será mejor que no generalices, porque mi madre ja
CAPÍTULO 145. Una herencia divididaAquello parecía más un ring de boxeo que una reunión legal, así que para el abogado de la familia fue toda una odisea lograr que todos se sentaran.Percy eligió una silla en uno de los extremos, lo más lejos posible de su madre y su hermana; y Serena y los Viscontti se sentaron a su alrededor, como si fueran un escudo para protegerlo. Ninguno de ellos entendía la razón por la que Serena había sido citada, ni en qué forma estaba incluida en el testamento, pero eran más conscientes que nunca de que debían protegerse unos a otros.Antes de que todo comenzara, un equipo diferente de abogados entró en el despacho, y todos pudieron reconocer muy bien a los abogados de la empresa. —Los señores estarán asistiéndome en esto, porque debemos dejar establecida cómo será la división de las acciones de la productora, ahora que el señor Blackwell ha fallecido —les explicó el abogado con tono incómodo—. Como bien saben, el dueño original de la productora la legó e
CAPÍTULO 146. La mayor protección.No se escuchaba ni el zumbido de una mosca; solo había tensión en aquel lugar mientras el abogado se preparaba para dar lectura al testamento oficial de Grayson. La lista de propiedades era inmensa, al igual que la lista de activos en el extranjero, y de alguna extraña forma, Serena no pudo evitar girarse hacia Adriano, Aurelio y Renzo con aquella certeza reflejada en los ojos.Grayson la había dejado ganar. Grayson la había dejado quitarle la productora, la había dejado amenazarlo, la había dejado acorralarlo, la había dejado obligarlo a aquella farsa de casarse con ella... cuando en realidad tenía todos los recursos del mundo para salvar la productora.A Grayson Blackwell le sobraba el dinero de su fortuna personal como para crear tres productoras más como aquella, y aun así había elegido poner la que tenía al borde de la quiebra solo para que ella se acercara...Serena pestañeó rápidamente, reaccionando cuando escuchó una inflexión mucho más fuer
CAPÍTULO 147. RecuerdosNo era dolor, no era sorpresa, no era incomprensión. Era aquella certeza profunda y terrible de que Greyson la había amado con todo su corazón, a toda costa y sin importar nada. El hecho de que le hubiera dejado absolutamente todo a Meli no era lo más importante, sino que aquel testamento se había ingresado hacía cinco meses, cuando ellas no habían regresado, cuando Greyson no sabía absolutamente nada de lo que había sucedido. Al final, era como si nada importara, solo el hecho de que ellas existían y de que las amaba.La mano de Percy se cerró con fuerza sobre la de Serena para levantarla y sacarla de allí. Ya sabía muy bien que el abogado familiar no transaría, no permitiría que se jugara sucio con la voluntad de Greyson. Aquel hombre había sido uno de los mejores amigos de su padre durante muchos años y, ciertamente, no iba a decepcionar a uno de sus hijos.—No puedo creer... No puedo creer que haya hecho eso... —susurró Serena, con el corazón encogido—. ¡No
CAPÍTULO 148. Mitad diario, mitas cartas de amor.Sobra decirlo, por supuesto que Aurelio fue el primero en llegar a Percy, en alcanzarlo, pero solo un segundo después Renzo lo apartó de sus brazos y lo llevó para sentarlo en una silla en la cocina.—¿Pero qué demonios…? —gruñó Aurelio, y su hermano levantó aquel dedo índice lleno de autoridad que nadie se atrevía a discutirle.—Está teniendo un ataque de depresión postraumático. Puedes quedarte tranquilo. Yo me encargo —sentenció Renzo, y Aurelio frunció el ceño, mirando a Moon, que estaba junto a él.—¿Esa mierd@ existe? —preguntó, y la chica solo asintió con un mudo gesto de la cabeza, y antes de que Aurelio pudiera protestar, ya le estaba cerrando la puerta de la cocina en la cara.—Pero... yo solo quería ayudar —murmuró Aurelio con un suspiro cansado, abriendo los brazos y girándose hacia Serena, que estaba tan confundida como él.—Ha perdido mucho —dijo la muchacha—. Básicamente todo lo que tenía, porque es obvio que no puede co
CAPÍTULO 149. Una agresión sin treguaUna semana. Una larga, triste y caótica semana en la que Serena solo pudo contener la debacle que se les venía encima, y tanto ella como Percy o los Viscontti terminaban absolutamente agotados. Algo ocurría cada día, como si el maldito set estuviera embrujado, y el incendio solo había sido la primera catástrofe. Un sabotaje tras otro, y cada uno de ellos tenía que ser solucionado. El problema era que, aunque supieran que había un autor o autores detrás de todo, todavía no podían acusar directamente a nadie. Así que, de momento, solo eran cinco personas prácticamente haciendo turnos para responder a los desastres. —¡Serena... Serena!Ella levantó la cabeza ante la llamada de Adriano y alcanzó la pluma más cercana con un gesto automático, como si tuviera que firmar algo otra vez. —Necesitas irte a casa, estás exhausta —le dijo el italiano, y ella negó con la cabeza. —Ustedes también lo están. —Nosotros somos hombres —replicó Renzo, levantando
CAPÍTULO 150. Una amarga verdadSu primer movimiento fue darse la vuelta y correr. Ya había estado una vez en manos de Jerry Huxley, y por la forma en la que la había golpeado, Serena era muy consciente de que era más que capaz de matarla. Así que gritar y encerrarse era su única salida, porque ganar tiempo ya no le serviría para nada. Cruzó el umbral del baño y se dio la vuelta con toda la fuerza que tenía, empujando un hombro contra la puerta para cerrarla, pero ni siquiera aquel gruñido de esfuerzo con que intentaba pegarla al marco sirvió de nada contra el empujón que arrancó la madera de las bisagras y la envió al suelo violentamente. La única razón por la que Serena no se pegó contra alguno de los muebles era que el baño era lo suficientemente espacioso, pero en cuanto su cuerpo golpeó sobre la alfombra supo que ya solo le quedaba un recurso. —¡Auxilioooooo! —gritó desesperada, tratando de llegar a la ventana del baño—. ¡Ayudaaaaaaaaaaa! ¡Auxiliooooooooo! ¡Ayu...! Sin embarg
CAPÍTULO 151. El fin de una pesadilla.Peleaba, sabía que estaba peleando porque sus uñas se hundían en la piel de los antebrazos de Jerry y lo escuchaba bufar y gruñir, tratando de soportarlo. Pero aquellas manos que se habían cerrado sobre el cuello de Serena, estaban determinadas, y más que determinadas, furiosas. La apretaban tanto que ella ni siquiera pudo exhalar una palabra o un gemido. El aire ya no entraba ni salía, y el dolor era tan seco en su pecho que, solo unos segundos después, su vista empezó a nublarse. Pataleó, rasguñó y peleó hasta que el techo blanco del baño comenzó a oscurecerse... y luego solo vio una sombra enorme y violenta cruzar sobre ella. ¿Cruzó? ¿Voló? ¿Impactó? Serena no lo sabía... Solo sabía que aquella sombra había separado las manos de Jerry de su cuello. Retrocedió, abriendo la boca como si estuviera ahogándose en medio del mar, tratando de aspirar todo el aire que podía, mientras veía aquella sombra enorme rugir como si fuera un animal herido, y