Lo bueno dura poco ✨

👑Capitulo 06👑

Hellen tomo en brazos a la menor, mordió sus labios y apretó sus nalgas tanto como su cordura se lo permitió. Ángeles solo jadeaba en voz baja, no dolía pero si era nuevo en sus encuentros habituales; esperaba que de ahora en adelante fuesen solo con la mayor

La morena tuvo una vida sexual modesta, no tenía una cita cada semana, pero si cuando realmente lo quería; no fue tan seguido como se salía creer, sus estudios y trabajo la habían mantenido mas ocupada de lo que imagino.

Se permitió disfrutar, cada caricia que alguien más pudo darle en el pasado, era eso, pasado y teniendo a la mayor casi que arrancando su pijama supo que no quería detenerse.

Vivió mucho tiempo tras libros como para esperar tanto de si misma, no solo como persona si no como de una relación. Había soñado con tantas cosas, pero se dió cuenta que todo aquello era solo eso, fantasías que teniendo en cuenta sus decisiones nunca llegarían, o eso creía

Temió no ser lo suficientemente bonita, una locura, pero cuando escogió aquellas bonitas bragas, lo hizo pensando en que le gustaran

- Hablame si soy muy brusca cariño - gruñó la mujer sobre su cuello mientras rompía en dos su regalo; encaje caro y refinado

— _M*****a animal, ni las noto_ — pensó la morena con finjida molestia; aunque no fue tan discreta

Esto trajo a la conciencia que Ángeles no era cualquier mujer, Hellen quiso hacerlo bien, no como a sus conquistas de una sola noche; no, quiso mirarla mientras la dejaba en medio de la pequeña cama, quiso tocar sus tobillos cuando saco el trozo de tela y rio un poco

- Lo siento cariño, lo compensare - Ángeles rio con ella y sintió como algo más se llenaba en su pecho, el momento no fue ni de cerca incómodo. Angie se sentía bien

Hellen subió más sobre la cama, entre sus piernas; mismas que abrió con delicadeza

Esa niña la tenía tan mal, su piel suave y caramelo. Su intimidad era pequeña y tan apetecible, hubo un instante donde quiso cerrarlas por la intensa mirada. Aquello fue tan vergonzoso, pero la mayor la detuvo, ambas manos en sus muslos internos abriéndola aun más, tan erótico y obsceno

- ¿Todo bien? ¿Quieres que me detenga bonita?- preguntó

- No, estoy bien - Murmuró la menor

- ¿Antes te había tocado una chica? - volvió a hablar la teniente llevando su mano más cerca de la vagina ajena; apenas rosando los pliegues

- ¡Ahh! Hell, no, ninguna.. Solo yo - jadeo

No tocó directamente, pero acaricio cerca de la entrada, un leve movimiento. Suspiros entrecortados salieron de la morena y Hellen solo pudo ser como una niña curiosa, miro su rostro mientras lo hacía de nuevo

Sintió que podía venirse con solo ver sus expresiones de placer, sus labios rojos y hinchados, también su pecho subiendo y bajando frenéticamente

Sus pechos quedarían perfecto en sus manos si lo deseaba y en su boca por lo que no perdió tiempo y tomo uno

La menor gimió, oculto sus gemidos con una de sus manos mientras que llevaba la otra a los cabellos de su amante en busca de estabilidad; sentía que caería, aún si estaba sobre la cama

La teniente amaba, amar a otra mujer, era una de las primeras cosas que había descubierto luego de salir del closet, eran suaves y sensibles. Podía jugar con su tacto tanto como podía, robarles el aliento y hacer que se obsesionen con su manera de cuidar en la intimidad y lo estaba demostrando ahora mientras chupaba y lamía el pequeño pezón erecto, Ángeles enredo sus dedos en las hebras ajenas, sintió como aquella mano astuta bajo por su vientre como un pequeño silbido de viento

Cuando estuvo en su pelvis se removió, estaba ansiosa y necesitaba que la mayor dejara de torturar la

- Vamos teniente, no juegue - pidió

La mayor sonrió sobre el pecho rojo y maltratado, busco la boca ajena, tomo sus labios y mordió levemente la lengua cuando la morena la saco obscenamente, no lo sabía pero era el mismo diablo lujurioso y erótico

Amo sentir la tan húmeda, si quisiera entrar en ella no habría molestia en ningún momento

- Estás tan mojada bebe- Murmuró Hellen mientras recorría los pliegues con calma, la humedad se filtraba por los montículos de carne más abajo y sirvió de mucho cuando metió el primer dedo. Ángeles intento cerrar una vez más las piernas pero teniendo a la teniente entre ellas esto no fue posible

Respiro cortamente, no podía dejar de pensar que aquello era tan bueno, las manos de la mujer la estaban haciendo tocar el cielo y aún no la follaba como era debido

Un gemido estrangulado salió de su boca cubierta, el segundo dedo entro haciendo que la morena lloriquee de placer

Hellen se encargó de acomodar bien su peso sin dejar de devorar sus labios al tiempo que embestia pausadamente con ayuda de sus propios movimientos de cadera

La posición era erótica, la menor completamente desnuda y abierta de piernas; la parte trasera de sus muslos encima de los ajenos, el torso de la teniente sobre el abdomen de la morena mientras que malograba el pecho derecho. Mordía y lamía sus labios; estaba extasiada con solo sentirla gemir sobre su boca

- Más... Teniente más fuerte. -jadeo la niña cuando logro comprender que aquel cosquilleo en su vientre no era más que su orgasmo construyendo se allí. La mayor presiono su mano; aquella con sus dedos dentro de la doctora, con su pelvis

De manera que, cuando movía su cuerpo simulaba una embestida; sus dedos entraban profundamente, disfrutaba ver cómo se deshacía en gemidos mientras estimulaba su punto nervioso, habia deseado tanto estar dentro. Y luego follarla hasta que se viniera en su boca, pero todo parecía ser tan fuerte que la niña solto un estrangulado alarido e intento alejar a la mujer. Uso sus manos para separarse, pero la teniente se negó

- Voy a mojarte toda - susurro casi perdida

- Hazlo cariño. Vente para mí - gruñó la mayor sobre sus labios aumentando la velocidad de sus movimientos

Ángeles riño, esto no era lo que estaba acostumbrada a hacer, sin embargo su cuerpo pudo más que la razón y sin poder evitarlo su orgasmo la abrazo tan fuerte que mordió el labio ajeno. Hellen sintió como se apretaba a sus dedos y luego el líquido tibio mojaba toda su mano y sudadera

Ángeles soltó el labio ajeno cuando logro descifrar el hierro, la había hecho sangrar. La teniente salió de ella, con un ágil movimiento se dejó caer entre las sábanas y la subió sobre su cuerpo, metió una de sus piernas entre las de la morena y la dejo alli para que recuperará el aliento

Algunos minutos pasaron antes de que la menor hablara, estaba soñolienta y tan a gusto. La teniente la tenía abrazada, dejando caricias en su espalda

- ¿Tu no ...

- No te preocupes bonita, lo importante es que tú lo disfrutaste - se adelantó la mayor haciendo que le mire desconcertada - Porque yo lo hice, ya podrás devolverme el favor - añadió besando sus labios, era suave. Le gustaban esos besos

La teniente quiso reír, pero no de la carita de confusión que tenía la menor, todo lo contrario. Quería reírse de sí misma por haberse venido en sus pantalones sin siquiera tocarse, jamás le había pasado; ni siquiera cuando fue una adolescente cachonda y absorvente como una esponja

- Yo no sabía que podía sentirse así - comenta la morena cuando ha pasado un buen rato. Ahora está cubierta por su sábanas y la teniente solo está en brass deportivos y la sudadera

Hellen se recargo en su brazo mientras la miraba de lado, sus mejillas ahora se veían más frías y sus labios habían calmado su hinchazón. No lo negaría, la niña era tan hermosa y caliente que no tendría suficiente de ella pronto

- Me alegra que haya sido bueno, bonita, pero debería irme a mi habitación - aquello borro la sonrisa de la doctora

¿Irse? ¿Porque?

Muchos pensamientos abruptos llegaron a su cabeza, la había usado y ahora debía irse. Con cuidado se levantó, no la miro ni le reclamo, pero la teniente notó que algo iba mal y aunque no tenía, ni estaba acostumbrada a dar explicaciones lo intento

- Ángeles no me malinterpretes cariño, es tarde y tendremos que estar a muy tempranas horas en los campos de entrenamiento - hablo la mujer

- No se preocupe teniente, también creo que es lo mejor. No crea que esto nos llevará a una relación o tiene alguna obligación conmigo, no esperaba eso de usted- respondió la morena entrando al pequeño baño

- ¿De mi?- había dicho eso en voz alta, pero solo para ella, ya que la niña la había dejado sola en la pequeña habitación

Se gruñó a si misma por ser tan bestia, pero sobre todo por sentirse así de egoísta cuando la morena tenía la razón. Nadie hablo de tener compromisos con la otra, así que tomo su camiseta y aunque tenía intenciones de despedirse de la niña, está ya le había dejado claro que no la queria ver

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