Agridulce ✨

👑Capitulo 04👑

La primera vez que Hellen sintió interés por otra mujer, era apenas una niña. Unos catorce años y unos padres relativamente amorosos; su abuelo no tanto

Sin embargo basto que le dijera que seguiría sus pasos en las fuerzas especiales y todo eso quedó a un lado

Sus primeras experiencias fueron frustrantes, fue criada por un hombre con carácter fuerte y grosero; aún cuando sus propios padres la amaban tanto. Si alguien tenía la personalidad de su abuelo era Hellen, entonces el trato hacia una mujer; aún cuando también lo era, era lo más frustrante del universo. Ser delicada y cuidadosa con las palabras nunca fue su fuerte y terminaba alejando a todas las niñas.

Así que su táctica cambio, sabía que era bonita, su fuerte personalidad hacia que cualquier mujer con interés se acercara y con el tiempo se acostumbro a tener encuentros furtivos sin necesidad de involucrar sentimientos

Todo lo contrario a lo que traía los últimos días en su pecho. Ese indeseable sentimiento de protección por alguien que acaba de conocer, Ángeles estaba calentando muchas partes de su ser que ya no sentia y le hacia sentir una pequeña incertidumbre desconocida

Había pensado por mucho lo que habían hablado en las pocas semanas, no estaba claro, pero no era indiferente. Tampoco estaba segura de que le gustaran las mujeres, sin embargo habían tonteado más de una vez.

Quizás no tan directo como para asumir que este buscando algo, pero su interés hacia la doctora había despertado y no podía frenarlo.

_— O no queria—_

Cuando se separaron sentían su piel caliente. Sus manos sudaban y podría decirse que la tensión sexual podía cortarte con una hojilla

Angeles pego su frente en el cuello ajeno, lleno sus fosas nasales de aquel perfume que últimamente se quedaba en su piel; le gustaba que aún con el baño seguia alli

Maldijo mentalmente, en su cabeza se repetía lo mal que estaba todo. Sobretodo porque jamás había sentido ganas de besar a otra mujer

Pero con la teniente todo era tan natural, la forma en que se dejaba llevar cuando limpiaba su herida. Cómo sonreía cuando apenas le veía, también le aterraba demasiado

Hellen tomo entre sus dedos el mentón de la morena haciendo que la mire

Sus pupilas estaban dilatadas y sus mejillas de un bonito rosa brillante. Le gustaba como se veía, volvió a unir sus labios

- se lo que piensa doctora, también lo creo - Murmuró sobre sus labios - Pero quiero todo de usted, jodidamente lo quiero y no me importa cuan rápido sea -

Está vez fue la teniente quien llevo el camino de aquel beso, feroz y hambriento pero tambien con tanta delicadeza que parecía mágico

La doctora volvió a sucumbir, llevo sus brazos detrás de la nuca ajena, disfruto de aquel delicioso toque

La teniente tomo con un poco de dificultad a la niña de las piernas y la subió al escritorio, sin soltar sus labios

- No puedes hacer eso - le regaño la doctora, tenía una herida, debía cuidarte

La teniente sonrió, acaricio la piel debajo de la camisa sin dejar de mordisquear la boca ajena ignorando cualquier queja.

Ángeles apretó los hombros de la mayor, extasiada por las sensaciones; quería más y pudo haber seguido de no ser por la puerta. Ambas se separaron jadeantes, Hellen logro ver un estivo de culpa e inseguridad en los ojos de la morena

_— ¿Se arrepiente de lo que acababan de hacer?—_

Ángeles bajo del escritorio cuando volvieron a insistir, organizo lo más que pudo su apariencia e intento parecer despreocupada

Hellen peino con sus dedos el cabello que estaba en sus mejillas y suspiro

- Adelante - dijo cuando vio a la teniente tomar su muleta de nuevo y dirigir se a la puerta

- ¡Oh teniente coronel! No sabía que estaba aquí, no quería ser impertinente - Murmuró la muchacha de cabellos rubios

- No se preocupe, iba de salida - comento la mayor cortante, pero no se movió

- Queríamos saber si quiere cenar con nosotros está noche - está vez hablo para la morena, era una de los asistentes de medicina que sería parte del equipo de médicos del cual Ángeles pertenecería

- Bueno aún tengo cosas que resolver aquí... - dijo mirando a la teniente pero está al fin se movía, estaba caminando a la salida

- Vaya doctora, quizás sean sus únicas distracciones que valgan la pena en este lugar - Le dijo sin mirarla -Mañana a las cuatrocientas horas. Use ropa cómoda y no llegue tarde -

Y se marchó.

[👑]

Ángeles estaba acostumbrada a cambiar muchas veces su rutina, no solo cuando empezó a estudiar medicina. Si no cuando sus pasantías en variadas clínicas empezaron, tener que doblar turno o hasta triplicado con tal de conseguir buenas notas, que se le apreciara sus conocimientos y se le diera la oportunidad de quedarse en dichos lugares, pero lo que realmente Ángeles quería era ser parte de lo que hoy tenía

Era bastante curioso teniendo en cuenta que había sido una línea generacional casi ininterrumpida de servidores al país, sean policías, militares e incluso fuerzas especiales y en su caso una médico de una de las más grandes sedes de comando inteligente de las fuerzas especiales. Después de su abuelo nadie más quiso estar en las milicias o las fuerzas militares, preferían tener algo que les llenara más

Según lo poco que había vivido o visto en su familia estos parecían estancarse, no tener familias o incluso tenerlas, pero descuidar las y en el caso de su papá quien había optado por ser médico cirujano parecía ser el único con una familia realmente feliz, pero la morena no creía que esto fuese culpa de las carreras profesionales que habían obtenido. Sino de todo lo que habían vivido dentro de ellas

Pero en el caso de Ángeles todo era totalmente diferente; ella quería vivir cada una de las emociones que significaba estar en riesgo aún cuando está en sus manos salvar a otros, su ser estaba lleno de pura incertidumbre de lo que podía pasar en su futuro

Aquella emoción se instaló en su pecho de la forma más indeseada que puede estar

_—¿Se estaba equivocando?—_

Acaso tenía la teniente razón cuando decía que este lugar no era para ella, pero y entonces ¿Dónde quedaban todos esos sueños y anhelos que había construido durante sus estudios?

Porque ella pudo ser la mejor doctora en cualquier especialización en una de las mejores clínicas; no solo del país, sino de otros cómo Londres o Estados Unidos. Más sin embargo ella quería estar allí, no solo por el hecho de seguir una línea generacional que tanto le emocionaba, sino porque estar dentro de las fuerzas militares especiales le hacía sentir tanta curiosidad que le arropaba el alma y si había una razón adicional a ello se trataba de una linda y gruñona teniente que le acababa de robar el aliento el día anterior.

La doctora empezaba a odiar cada uno de sus pensamientos, no era posible que algo así estuviese sucediendo; tampoco es como que estuviese engañando a alguien afuera, porque si de algo se aseguró es de no tener ningún vínculo sentimental con un tercero antes de entrar a las fuerzas especiales. Sabía que ser una doctora de una división militar tan grande no le permitiría siquiera tener una vida social fuera de ello, más sin embargo no había planteado la idea de tener estos mismos sentimientos que tanto se había negado a construir fuera, pero dentro de su pequeño consultorio en su nuevo trabajo. No tenía control sobre ello

Su noche había sido un completo caos, pensamientos arraigados donde se cuestionaba lo que había sucedido y otros mucho más emocionales donde se decía lo bonito que aquello había sido, la actitud dominante de la teniente; estaba claro que estaba despertando sentimientos muy fuertes dentro de ella y aunque su cabeza ayudada de la razón le gritaba lo mal que aquello estaba, su cuerpo y corazón se negaba a entenderlo. Nunca le había gustado una mujer, siquiera había visto a una con ojos diferentes, había tenido relaciones con hombres, pero estas habían sido furtivas teniendo en cuenta su poco tiempo para sí misma mientras estudiaba

Dió un par de vueltas más en la cama y antes de que el reloj de su móvil sonara ella ya estaba levantada, la teniente había dicho que antes de las cuatro de la mañana ya debía estar lista, no sabía de qué se trataba el entrenamiento, pero se había hecho una idea después de leer por completo el contrato y es allí donde las palabras del teniente habían rondado su cabeza, habían demasiadas exigencias y cláusulas en este contrato que no le permitiría tener una vida normal fuera de la división

No es como que si ya no lo supiera, alguna idea había tenido cuando su abuelo le había intentado persuadir, por un momento pensó que estaría feliz de que ella vuelva a la milicia, pero por un instante creyó ver todo lo contrario, el hombre trató de explicarle lo dura y solitaria que podía ser la vida dentro de este trabajo, pocos amigos; siquiera llegados, quizás ninguna familia o hijos y esto era algo que le pesaba sobre todo si era mujer.

Ángeles por un momento decidió dejar lado el comentario tan feminista de su abuelo, pero hoy que lo miraba desde adentro, terminando de alistarse y a punto de salir a la plena madrugada sintió que tenían sentido, pero estaba hecho había firmado el contrato el día anterior

Quizás llevada por las emociones, el fogoso momento e incluso el aura sexual intensa que había quedado después que la teniente se marchó, estaba perdida en sus pensamientos, quizás había aceptado con tal de quedarse cerca de ella, no podía creer lo fuerte que eran sus emociones, las cuales también eran desconocidas. Incluso incrédulas, como para quedarse en un lugar como este. No lo sabía, pero nada parecía estar mal después de hacerlo

- Por lo menos es puntual-

Allí estaba ella, no se había fijado lo suficiente el día anterior pero la teniente estaba siendo asistida con una muleta de brazo y gracias a ello no cojeaba tanto. Por un momento sus pensamientos volaron, deseaba con todas sus fuerzas verla totalmente recuperada; desde que llegó la ha visto de esta manera, algo le gritaba que la volvería loca siendo completamente ella

- Buenos días teniente, siendo honesta no creí que tendría que levantarme tan temprano, pero teniendo en cuenta que soy médico. A veces tendría que quedarme despierta por algún paciente o por guardia - respondió la morena timida

Aquello no había sido una buena señal para la teniente, ella también había pensado mucho en lo que había sucedido, llegando a la conclusión que por primera vez en su vida había actuado impulsivamente con una mujer

- Si, siento mucho que incluso antes de tener una residencia permanente en la CD 94 tenga que sucumbir a horarios tan exigentes, pero es de esta manera que yo puedo ayudarle - respondió cortarte haciendo que la morena por fin levanté la mirada; ella no le miraba de vuelta - Pero tengo entrenamiento después de las nueve con el campo. Hay muchos cuerpos de combate que aún no están en sus óptimas condiciones y si no estoy mal estamos en reelecciones para los nuevos pelotones - añadió mirando a la nada

-¿Reelecciones? Es algo así como seleccionar a los mejores - Preguntó confundida

- Quizás, la mayoría de las personas piensa que las fuerzas especiales son solo para aquellos militantes que ya no tienen forma de obtener nuevos rangos en las fuerzas aéreas o las armadas, pero es todo lo contrario. Incluso un individuo que nunca ha tenido algún vínculo con la policía siquiera puede estar aquí, todo va dependiendo de su desempeño y sus actitudes físicas- explico la teniente, parecía estar mas tranquila si hablaban solo de sus trabajos

- Lo que quiere decir que no cualquiera puede quedarse aquí, si no puede físicamente-

- No me malentienda doctora, la verdad es que para estar aquí tiene que tener óptimas condiciones físicas. Si su cuerpo no puede resistir a un leve entrenamiento, no puede quedarse. Créame cuando intenté persuadir la ayer sobre firmar el contrato, lo hablaba en serio - Por fin le miro- Quedarse aquí no significaría que usted va a estar detrás de ese consultorio todo el tiempo, llegará el momento en que tendrá que asistir a cualquier equipo en batalla, tendrá que defenderse e incluso defender a sus pacientes y es algo que usted debió pensar muy bien antes de firmar - su voz había tomado una tenue preocupación que ninguna de las dos noto

- Lo hice, realmente lo hice. Yo entiendo que crea, puede que el momento haya sido algo extraño y todo, pero lo pensé. No me estoy quedando por razones altivas o relacionadas con lo que vine a hacer aquí. Realmente está bien, logro entenderlo y se que siente que no puedo. Yo realmente quiero quedarme - la morena sintió aquella necesidad de acercarse pero la teniente dió un paso atrás y volvió su mirada al frente

- No hay necesidad de dar explicaciones, usted... ¡Carajo!- maldito bajito- Ya tomó una decisión y estoy feliz como teniente que se haya quedado. El último médico era bastante viejo, había hecho una vida aquí y merecía un descanso, no será fácil, pero supongo que si tomo la decisión de estar aquí es porque sabe que puede hacerlo -

- Si. También por lo que pasó ayer, yo...

Pero la mujer no la dejo hablar

- Vayamos a ello, empezaremos con un pequeño intrincado de circuitos. Le dará aproximadamente unas cinco vueltas al campo y antes del amanecer ya deberíamos haber completado al menos tres ejercicios. Si hasta ese momento considero que su cuerpo es apto valoraré una jornada o... - cometió el error de mirarla. Ángeles le veía como si fuese algo extraño, una mezcla de decepción y confusión. Hellen gruñó -¡Dios! ¿Por qué es tan complicado esto?- bufo

- Creo que es complicado porque no hemos hablado de lo que sucedió ayer- espeto la menor con ironia

- Ayer, sí por supuesto, lo de ayer no debió pasar - Ángeles sintió que lo demas lo haria sentir peor - No son cosas que me pasen usualmente, realmente nunca me pasan doctora. No debí sobrepasar los límites, creo que todo lo que sucedió en la noche del tiroteo, la misión fallida, el estrés del general y el teniente Fernández; creo que todo se juntó en mi cabeza y colapso de la peor manera. Le ofrezco unas disculpas. -

Ángeles reprimió el grito de ira que se atoro en su pecho y pensó todo con detenimiento. ¿No es algo que le suele pasar?

Creía que era un error, pero ella pensó que era bonito

- Disculpas aceptadas teniente ¿Podemos empezar ya? Cinco vueltas al campo dijo ¿No?- soltó enjuagando las lágrimas en sus bonitos ojos marrones

La teniente se sintió la peor persona cuando vio aquel brillo de enojo en ellos. Pero no dijo nada, solo asintió

- Perfecto -

Y todo empezó a joderse

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