Observo la hora que marca el reloj y comienzo a impacientarme, Lea no aparece por ningún lado y Ema comienza a ponerse de mal humor porque tiene sueño, son las diez de la noche, hace una puta hora que debió haber llegado y siento que la poca paciencia que ya me queda se acaba con cada segundo. Estamos en mi despacho y la luz que emite la chimenea hace que le de un aspecto lúgubre al lugar.
-Maldita sea -tomo a Ema, la cargo y estoy a punto de abrir la puerta para buscar a su madre, cuando esta aparece con la misma ropa, sus ojos están rojos, ha estado llorando, sus manos sufren ligeros espasmos y parece que vuelvo a ver a la misma Lea del pasado, y no a la asesina que meses atrás defendió a su hombre y a su hija.
-Siento la demora, acabo de llegar -dice y espera a que le de paso.
Observo mi rostro en el espejo y no creo que sea yo, porque la mujer del reflejo es hermosa, fuerte, llena de vida y felicidad, no se parece en nada a la chica miedosa del pasado, a la que casi una mala amiga envenena, la que se quedó sin empleo, vivienda, ni nada cuando estaba embarazada de un cobarde, la Lea que lloraba de todo y temía por todo, la que un día bajo la lluvia se encontró con un mafioso que a partir de ese instante nunca la dejó. No, esa Lea ya no existe aunque le estoy agradecida, ya que gracias a ella soy lo que soy.Porque sin sus miedos e inseguridades no hubiera llegado hasta donde estoy ahora, es cierto que las cosas malas que nos pasan siempre traen tarde que temprano su recompensa, y lo sé de primera mano, porque pese a todo el sufrimiento, el dolor y lo que viví, ahora soy una mujer plena, una mujer que ha terminad
Las playas paradisíacas son una delicia en esta época, playa, sol, arena, cocteles, y Enzo desnudo la mayor parte del tiempo, todo lo que siempre quise para mi luna de miel. Sí pero no siempre pasan las cosas como uno quiere. En lugar de llevarme a una hermosa playa a tomar el sol, a Enzo se le ocurrió la grandiosa idea de pasar nuestra luna de miel en Alaska, la cual, en estas fechas era como un jodido iglú. Levanto la mirada apartando toda atención de la revista que estoy leyendo, y a lo lejos veo a mi marido, hablar con la recepcionista del hotel.La tipa es todo el estereotipo que un hombre superficial puede pedir; alta, rubia, ojos azules y una cabellera sedosa, con cuerpo más operado que la Barbie Princesa. La zorra le sonríe y pone una mano sobre su hombro como si se conocieran de años, se coloca estratégicament
Inspiro el humo dañino que me ofrece el porro que he enrollado con elegancia y suma delicadeza, lleno mis pulmones con parsimonia valiéndome del daño colateral que eso implicaría con el paso de los años, y lo suelto lentamente, mi cuerpo comienza a relajarse, mis músculos colisionan y siento el deseo imperioso de que una chica en específico se meta mi polla en la boca. Giro a mi derecha y observo la postal con la foto de la boda de mi hermana que me enviaron, el recuerdo y el mal sabor de boca que me dejó hace unos meses el casi perderla en manos de Ferguson, aun causa estragos en mí.-Aquí estás -entra Lea a la habitación de mi puta casa, abre las ventanas dejando entrar la luz del sol, luego posa sus ojos sobre Sophia, la morena a la que me tiraba y la que se había convertido en mi mano derecha,
Mis ojos no dejan de observar el cuerpo desnudo de Enzo mientras se baña, joder, era demasiado excitante admirar semejante hombre con tan gran... bondad. Faltaba muy poco para que mis tres hombrecitos nacieran, me moría de ganas por conocerlos, y no dejaba de fantasear si se parecerían a mí o a su padre, si serían rubios como Enzo o sacarían mi color de cabello oscuro, joder, la vida no podía ser tan injusta, yo tenía que sufrir con calambres, mareos, antojos, dolor de pies, de cadera, soportar las patadas de mis bebés, subir de peso, parecer una ballena y todo para que al final terminen pareciéndose más a él.Ema últimamente anda muy pegada a Enzo, no lo deja, incluso casi no le hace caso a Preppy, Mandy y Brandon dicen que es porque está chipi por el nacimiento de sus hermanitos, pero jode
PREPPYLa puta cabeza me da vueltas, inhalo lento y exhalo acelerado, hago tres repeticiones de lo mismo mientras dejo que mis ansias desaparezcan, le doy otra calada al porro que sostengo en la mano y mis músculos comienzan a relajarse. No puedo evitar ver a lo lejos a mi mejor amigo, jugando con esos tres monstruos y con mi bebé bazuca, la cual no deja de lanzarle agua a Lea. La idea de haber venido a la playa fue de la peque, y aunque no me agradó la idea desde el principio, necesitaba un respiro, luego de su boda y luna de miel las cosas estaban un tanto aburridas. Al final decidieron cambiar los nombres de los trillizos, yo les llamo los tres "D" porque son Damián; el mayor, Dorian; el segundo, y el que nació al último Dominic.—Hola.
El gélido frío de la noche hace que la piel se me erice, a lo lejos el sonido de risas, palabras dulzonas y gemidos, se vuelven inconexos, inestables, bebo lo que queda de mi cerveza y dejo el envase vacío cerca de unos arbustos, el corredor lleno de enormes pinos en medio del bosque, hace que me sienta como la protagonista de alguna película de terror, eran poco más de las diez de la noche y aún no tenía noticias de Alana, mi mejor amiga no daba señales de vida y comenzaba a cabrearme el hecho de que me hubiera dejado sola en medio de la fiesta en la piscina del hotel, todo por irse con un chico que apenas había conocido hace tres horas.Todo está bien, solo es una fiesta, no seas paranoica.Alana y yo éramos estudiantes de periodismo de segundo año en la universidad, habíamos ahorrado todo un año para poder salir de vacaciones de verano a Phoenix Arizona, nos ho
LEA Un año después. La alarma de mi despertador hace que despierte de golpe, aun con los ojos soñolientos me obligo a levantarme, pienso en revisar mi celular pero olvido que por la noche no he cargado la batería y de mala gana lo pongo en carga automática, me dirijo la baño y me tomo el tiempo de darme una ducha caliente que termina por despertarme, hoy era el gran día, no solo por el hecho de que fuera mi cumpleaños, sino, porque hoy había decidido perder mi virginidad con Corban. Luego de cinco años estaba segura que era la mejor decisión, después de todo no había sido de la noche a la mañana, Corban era el único hijo de una familia muy poderosa y rica, las empresas Smith eran textiles y su mercado se estaba expandiendo, a él lo había co
Corban se empujó en mí, y esta vez grité de verdad, el dolor que rasgaba entre mis piernas era insoportable. Quise soltarme de su agarre pero nuevamente él me tenía inmovilizada con sus caderas mientras me quedaba sin aliento. Luego se retiró y cuando intenté recuperar el aliento, empujó de nuevo dentro de mí, con rudeza, movimientos duros y nada tiernos como me lo había imaginado o tontamente vi en películas románticas. ¡Pura b****a! —Mierda, estás tan apretada Lea —musitó entre dientes. Corban comenzó a bombear en mi cuerpo una y otra vez, sin descanso, sin pensar en mí placer o dolor, y sí que dolía y ardía, llegando a un punto en el que se movió más rápido y mi mente viajaba en dirección a las grandes expectativas que tenía; es decir, no era tonta... pero esperaba para este mome