Kader estaba sentado al lado de su hermano mientras pasaba el anillo por sus dedos un poco nervioso.
Ahora mismo se sentía como un niño, con miedos, inseguridades y, sobre todo, con una emoción que no lo dejaba respirar.
—Todo irá bien, debo decir que eres un romántico empedernido, no lo esperaba de ti… —La mirada de Kader se alzó en dirección de su hermano para asesinarlo por sus palabras. Pero fue inevitable que la sonrisa se le escurriera.
—Tienes suerte de que mi ánimo sea bueno hoy.
—Lo imagino… —refutó Kalil mirando hacia el exterior—. Debemos esperar un poco más mientras ellas llegan… debo reconocer que impactaste a Saravi ayer con tu noticia, ella no podía creerlo.
Kader negó.
—Necesitaba dejarla a ella con la boca abierta antes que a la misma Nadia. Es como su sombra y Nadia la idolatra.<
Un mes había pasado desde el momento en que un anillo de compromiso se fijó en el dedo anular de Nadia. Decir que los días fueron buenos, y que ella no cabía de la felicidad, hacía parecer al palacio una nimiedad en comparación de cómo se sentía.La comunidad y la familia de Abdel, definitivamente se retiraron a las tierras Ankarianas con el único acuerdo de pasar los límites de Angkor si se encontraban en peligro.El rey había pactado unas tierras en acuerdo de palabra para ellos y sin que ninguna otra nación lo supiera, era claro para todos que solo podían hacerse las cosas de esta manera, así que Abdel y su familia, junto con la pequeña comunidad que quedaba, les dijeron adiós, y dejaron sus enormes agradecimientos por la ayuda recibida.La reina guardó la carta significativa que escribió en el cuarto de documentos import
Muchas generaciones después…Tiempo actual.Farid.Leer la historia de mi nación era como sentir una sensación refrescante cada vez que venía a este lugar, donde podía liberar un poco el estrés de mis hombros e ir a los acontecimientos de mis abuelos y muchas generaciones atrás.Porque, allí se contaba una historia que siempre había marcado mi corazón, a pesar de ser como yo era, y de no creer que actualmente esto pasara de nuevo.Kalil Sabagh y Saravi Eljal habían sido los reyes más ejemplares que Angkor había tenido nunca. Y eso me enorgullecía en sobre manera. Muchas generaciones pasaron después de ellos, sin embargo, la marca que había dejado aquella monarquía se podía respirar aun en estos tiempos actuales.Despué
Han pasado 4 años desde que Angkor enfrentó una de las guerras más cruciales del reino. 4 años en que dicho país ha crecido monumentalmente, creando orgullo en su monarquía y miradas muy atentas de otros gobiernos y alianzas.Kader Sabagh es elogiado por su mente brillante, su capacidad de lucha y ese emporio que, de forma veloz, está creando de la mano de su hermano el rey. Ahora que es exaltado como príncipe y que está pronto a cumplir sus 28 años, comienza a preguntarse si las fiestas y eventos son el momento perfecto para conseguir una esposa que esté a la talla y medida que él cree merecer. Y debe ser una princesa destacada, no puede aceptar menos que eso.Kader difiere mucho en el carácter de su hermano, este es más bien engreído, pedante y muy apegado a la etiqueta que la monarquía le ha enseñado desde niño, jamás
Kader comenzó a inhalar el aire que durante tanto tiempo le hizo falta en esa mesa. Sus pasos iban de aquí para allá, hasta que acostó su cabeza mirando hacia el cielo y reprimiendo sus ojos con los dedos. Ahora mismo estaba en el patio del palacio, tratando de acompasar su respiración y tratando de acompasarse a sí mismo.«¿Por qué no podía despegar los ojos de esa pordiosera?», Pensó vez tras vez, le fastidiaba en exceso que sin darse cuenta todo de él, girara en su dirección.Cada vez que el pensamiento se le cruzaba por la mente, un cansancio le recorría el cuerpo y la rabia nuevamente se posaba en sus entrañas.Ella se estaba volviendo tan… irritable, tan… inmanejable. Sentía que la sangre le hervía con su presencia, pero la situación se estaba volviendo insoportable cuando la reina estaba pretend
—No pareces contento esta mañana… —la voz de Kalil resonó por todo el salón donde Kader se encontraba de pie observando una pintura en particular. Allí estaba su familia plasmada, pero en la realidad la parte más importante para él, ya no estaba.Con las manos en los bolsillos, esperó que su hermano se pusiera al lado, y en silencio soltara un suspiro mientras admiraban la pintura.Parecía que el tiempo no era nada. Y cuando se dio cuenta de que ya pasaron cuatro años desde que su padre había partido, su mente solo registró que parecía haber sido ayer mismo cuando el último aliento salió de él y se fue, dejando un cuerpo frío en los brazos de su hermano el rey.Todos sabían en este palacio que Kalil tuvo muchas diferencias desde el principio con su padre. A decir verdad, Umar fue un hombre con un carácter fracturado, y
—¡Tío! —Zaid gritó, y luego Naim se separó de Nadia, para correr detrás del príncipe que había aparecido con compañía.Laia saludó un poco tímida con la mano, mientras que Dana se sentó en las piernas de Nadia un tanto celosa por sus primos. Ella comenzó a acariciarle el cabello a la pequeña a la vez que veía de reojo, que la mano de Kader aún permanecía en la cintura de aquella mujer.«¿Sería su novia en definitiva?», el pensamiento solo hizo que sus mejillas se ruborizaran, y sintiendo el calor de su rostro, prefirió mantener la cabeza gacha. Era tan tonta, que hasta llevaba la cuenta de cuantas mujeres había traído al palacio, y no entendía cómo alguna se quedaba con él por al menos una semana. Simplemente todas desaparecían hasta que llegaba una nueva.
—No me odies… es seguridad nacional —la voz de Kader se esparció por todo el carruaje andante y su sonrisa se ensanchó, al ver que Nadia quitaba su mirada de él, y la llevaba hacia la ventana.Sus manos delicadas y pequeñas apretaron su vestido, pero su rostro no reflejó en ningún momento que estaba incómoda por su presencia.«¿Cómo podía salirse con la suya todo el tiempo?», se preguntó Kader mientras unas risillas se le escapaban al recordar el rostro de la reina.Por supuesto que, si viajaban los tres, estarían en un solo carruaje ahora, pero ya que le pidió a su hermano que lo acompañara por asuntos de trabajo, era un riesgo demasiado grande que fuesen todos dentro de un mismo carruaje.Debían al menos por camuflaje, tener otros dos vehículos con soldados, y muchos más caballos de los que estaba
Nadia fue recibida en aquella casona por al menos cuatro damas, que la dirigieron al salón principal donde se encontraba la reina.Aún no se podía acostumbrar a todas esas reverencias excesivas por las cual fue diseñada a dar y no recibir, ni a que fuese servida al lugar donde llegara, todavía le parecía extraño, y se sentía incómoda con tanta atención junta.Siguiendo a las mujeres, ella pudo visualizar cada rincón del lugar, y si bien no se comparaba al lujo del palacio donde pasaba su día a día, la casona era realmente hermosa y acogedora, y se aseguró de que el dueño del lugar debía tener una evidente posición, y aún más si la reina estaba aquí.Al entrar a una amplia sala, decorada entre tonos dorados blancos y cremas, vio que Saravi estaba en medio de una conversación junto a un hombre que estaba a espaldas con