AIDENGolpeo el costal de arena una y otra vez, no me canso, es la única manera en la que puedo sacar la rabia que siento dentro, Akin y Uriel traman algo, lo sé, lo presiento, la invitación lleva doble objetivo, tenerme a su merced, al final es una completa locura, no me importa, con tal de terminar esto.El campeonato está a la vuelta de la esquina y siento que no me he preparado lo suficiente, por otra parte, entrenar se ha vuelto un asunto pesado, teniendo a Kaira a mi alrededor, en lo único que puedo pensar es en su coño apretado, en su cuerpo desnudo y en sus gemidos diciendo mi nombre.—Es una mala idea.La puerta de mi gimnasio privado se abre de par en par y Xander entra.—¿Desde cuando te has vuelto un puto mandón conmigo? En el pasado era yo quien te pateaba el trasero —dejo claro.—Desde que perdiste la jodida cabeza.Detengo mis golpes y camino por una botella de agua fría.—No estás yendo a esa estúpida fiesta.—Habrá directivos importantes —río sin ganas.La verdad es q
KAIRAAiden no deja de mirarme y creo que estoy mojando mis bragas, es como si me estuviera follando con la mirada, solo que en modo molesto, ya que al mismo tiempo que lo hace con deseo, siento su rabia sobre mí.Me remuevo inquieta mientras estamos dentro de su camioneta, una que es manejada por uno de sus hombres, abro la boca para romper el silencio cuando Aiden se dirige hacia su hombre y cambia de asiento a un lado de mí.—Volteas o te atreves a mirar, y te muelo a golpes —gruñe.—Como ordene, señor.El conductor mantiene los ojos fijos adelante, y Aiden agarra mi rostro con una mano para luego besarme, no, devorar mis labios es la palabra correcta.—Móntame —demanda.—¿Aquí? —abro los ojos como platos—. Pero ¿y la fiesta?—A la mierda eso, tenemos diez minutos y si no te ensartas en mi gruesa polla, me buscaré a otra esta noche —añade y hay algo en su tono que me dice que no miente.No somos nada, novios, pareja, nada de eso, lo dejamos claro, solo es sexo, él podría follar a o
KAIRASalgo del enorme edificio, el aire golpea mi rostro y me abrazo a mí misma, no deberían afectarme de este modo las palabras de Aiden, él no tiene la culpa de nada, después de todo, fue honesto al decir desde un principio que era solo sexo sin compromisos, soy yo quien se está involucrando de más, respiro hondo un par de veces.—¿Qué haces aquí?La voz ronca de Aiden me sobresalta, volteo a verlo mientras se acerca a mí.—Nada, quería tomar aire fresco —miento.Tratando de tragar el nudo que se forma en mi garganta.—Escuchaste lo que dije —apunta metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón—. No quería que lo hicieras.—No importa.Él me mira fijamente.—Conmigo no escondas tus emociones, dije toda esa mierda y actúe de ese modo para no mostrarle debilidad a Uriel —me explica—. Si hubiera dicho que eres mía, o que me excita verte con ese maldito vestido, entonces le daría un impulso para comenzar a joder, cosa que no quiero.Relajo mis hombros.—Entonces lo que dijiste sob
AIDENTodo me da vueltas, en especial luego de haberle confesado algo íntimo a Kaira, y ahora esto, Lilibeth, debí suponer que no se quedaría con la respuesta de anoche, cuando me dijo que ella y su familia querían visitarme, pensé que estaba loca, le dije mil veces que no y ahora la tengo estrangulándome.—No respiro —me quejo.—Oh, lo siento —se aparta de mí y sus ojos se cristalizan—. Creo que me he emocionado.Asiento. Bajo la mirada y noto su redonda barriga.—Te ves muy bien —anuncia.—Y tú muy… redonda.—No acabas de decir eso —pone las manos en jarras.—Vaya, por fin nos volvemos a encontrar.Oliver Strong se acerca y me tiende la mano.—El campeón mundial —le estrecho—. Es un honor.Asiente, es raro vernos y hablarnos de este modo, luego de todo lo ocurrido, pero ya no hay negatividad entre los dos, y al parecer Lilibeth está feliz, sonriente de que los dos hombres más importantes de su mundo están en paz.—¿Mami, podemos pasar?Desciendo la mirada y veo al pequeño Cole, ni s
AKINLa sangre salpica los puños de mi halcón negro, siento que si no hago esto, nunca voy a poder sacarle de la cabeza a esa chica que se le metió en el sistema como un maldito virus, uno que está acabando con el buen juicio de mi hijo Uriel y con la poca paciencia con la que nací.—Padre.Ordeno que lo sigan golpeando, me ha hecho enfadar, iba a irme tranquilo, pero me entero que hace una fiesta sin mi consentimiento, no solo eso, intenta dejar en vergüenza a Aiden King cuando lo único que hizo, es aparentar ser un imbécil.—Más —demando mientras fumo mi puro.La mafia italiana no es un juego, tampoco se trata de parecer débiles y descuidados como él ya nos dejó.—Padre, escucha.Levanto la mano para detener el golpe y esta vez soy yo quien se arremanga las mangas de mi camisa, sin soltar el puro en mi boca. Muevo el cuello con estrés hasta que me paro frente a él.Suelto la primer patada que le da directo en el estómago, se lo advertí, le dije que no me embarrara en esto, que no se
AIDENCuando termino de leer la nota de Kaira, es cuando comprendo el enorme error que he cometido, y cuan estaba el lo cierto Lilibeth, ni siquiera me doy cuenta de que estoy paralizado, de no ser porque Xander toca mi hombro.—Aiden.Salgo de mi ensimismamiento.—¿Dónde está Kaira? —pregunta y le doy su estúpida nota.—Revisa las cámaras de seguridad, pon a tus hombres a trabajar, iré a buscarla.Me visto rápidamente, siento como si poco a poco me estuvieran arrancando algo de la vida, la tonta entendió mal, ella pensó que lo que le dije a Lilibeth era la verdad, y no es, pero para ella, no para mi amiga, joder.Bajo las escaleras rápidamente cuando me encuentro con la pequeña Colette corriendo, se tropieza y siento que el pasado me golpea fuerte, porque ella se parece tanto a Lilibeth cuando era niña, por un segundo creo que va a llorar.Pero no, solo se levanta y me sonríe, es tan contagiosa que le regreso el gesto.—Tío Aiden —balbucea lento.Me pongo en cuclillas y no me resisto
KAIRACuando salí de la casa de Aiden porque no podía estar bajo el mismo techo que la chica que ama, pensé que las cosas iban bien, que todo mejoraría, mi plan era sencillo, encontrar un boleto de avión con el dinero que me quedaba, regresar a Alemania y tratar de vivir una vida estable, al menos hasta que estuviera segura de que nadie más me iba a seguir.Iría a Texas después, el caso es que las cosas no siempre salen como una quiere, en especial cuando se trata de mí, desde la muerte de mi padre, la vida me ha golpeado duro. Irme fue un error, ahora lo comprendo, es solo que me dolió tanto el corazón.No podía dejar que esto creciera más de lo que Aiden me puedo ofrecer. Cuando creí que estaba lejos, burlando la seguridad, alguien me cubrió la boca con algún químico que me hizo perder la razón, y ahora estoy aquí, despertando en medio de una especie de salón sin nada alrededor.Solo yo, atada de manos con cadenas por encima de la cabeza, las piernas las tengo libres, pero de nada s
AIDENLuego de que el maldito de Akin se fuera, mostrándome una puta foto de Kaira, semidesnuda, sobre una mesa de sacrificios sicilianos, y que me dijera que me entrega a su hijo en bandeja de plata, que si sale del país será por sus propios medios, que se deslinda de toda responsabilidad, y que hace cargo a su hijo, me puse en marcha.Contacté a Xander y a Levi para que se pusieran a localizar la propiedad en la que está Uriel, no tardan más que cinco minutos, luego nos ponemos a planear la entrada, no soy estratega, y para ser honestos, les dejo todo el trabajo porque en mi mente solo está el salvar a Kaira.Al estar todo listo, me dan un arma, cuando la tomo, los recuerdos de la noche en la que casi mato a Lilibeth con una de estas, hace mella en mí, sin embargo, me aferro a ella, si debo descender al infierno para recuperar a Kaira Cavalli, lo haré.—Listos —habla Xander.Asiento, hemos llegado a la residencia de Uriel, Levi se ha encargado de desactivar la seguridad de las cámar