KAIRAPara cuando llego hasta donde están mis abuelos esperándome a las afueras del centro, mi corazón late desenfrenado, las lágrimas empujan fuerte, y, sin embargo, creo que lo que vi me sentó como una especie de liberación emocional. Mi abuela me sonríe mientras el abuelo está entretenido hablando con Jerry, uno de los vecinos. —¿Sucede algo, cariño? —me pregunta la abuela desvaneciendo su sonrisa cálida. Niego con la cabeza. —No, nada, Aiden está ocupado, mejor nos vamos. —Está bien, los vecinos se han adelantado para arreglar lo de tu festejo. Me rodea los hombros con sus brazos, hoy es mi cumpleaños y solo hay una razón por la cual mis abuelos no dijeron nada a Xander y a Aiden, y eso es a que hoy, después de decirle sobre mi embarazo, planeaba que cenáramos luego de la pelea, bueno, las cosas no siempre salen como uno quiere, él parece estar más entretenido en otra cosa. —Vale. Mi voz suena apagada como mi actitud, no me importa, solo quiero salir de aquí lo más pronto p
AIDENNunca me habían apuñalado de esta manera, jamás, las palabras de Kaira me han cortado en lo profundo, quisiera decir que son mentiras pero lo vi, sus ojos… sus jodidos ojos me lo dijeron todo, aunque me dijera que no es verdad, lo hay en cierto modo.De hecho ese era uno de mis más grandes temores al salir, que si en algún punto de mi vida conociera a una chica y esta se enterara de lo sucedido, me diera la patada en el culo, me lo reprochara y no quisiera estar conmigo.Algo que pasó anoche, Kaira, la misma que creí diferente.—¿Estás bien?La voz de Xander me saca de mi ensimismamiento, le miro mal y le lanzo las llaves del auto.—Tú manejas —demando.—Yo lo hice al venir aquí.—Me importa una mierda, no me siento bien para hacerlo.Asiente sin decir más, es demasiado temprano y eso le molesta, apenas son las cinco de la madrugada, no quiero ver a los abuelos de Kaira, de vecinos o de lo que sea, y eso la incluye, por ello, en la noche lo hicimos. Xander saca la maleta con la
KAIRAPara cuando despierto, Aiden no está, me encuentro congelada de cierta manera en medio de la habitación de huéspedes, las lágrimas se derraman por mis ojos y quisiera correr directo al aeropuerto, pero sé que si lo hago, él no podrá conseguir su más grande sueño.Pese a que estoy dispuesta a luchar, duele como si hubiera desaparecido toda una vida de mi mundo, el ambiente está impregnado de su aroma. Tomo una bocanada de aire, salgo cerrando lento y voy a mi habitación, saco las maletas y comienzo a llenarlas con mis cosas.Irme un par de meses a Florida con mis primos, mientras él se acostumbra a lo suyo y yo paso tranquila los días mientras el embarazo avanza, no parece ser tan mala idea en mi cabeza.No me encuentro bien, pero eso no importa, para cuando termino, respiro hondo, estoy a nada de cerrar la última maleta, cuando el rechinar de unas llantas llama mi atención, con curiosidad me acerco a la ventana y casi me caigo de bruces al ver a Aiden King bajar del auto que man
AIDENJamás en la vida he estado tan nervioso como en este momento, los invitados llenan el patio de la casa en la que crecí, incluso mis padres asistieron, la madre de Lilibeth no para de hablar sobre lo maravilloso que fue su esposo, en el fondo, creo que solo se sintió sola todo este tiempo.Esperando junto con el padre a lo alto del altar que Xander y Elsa formaron, puedo ver todo desde una perspectiva diferente. Lilibeth mira a Oliver como lo que es, su mundo, mientras él le explica a Colette que no puede casarse con su primo Xan, el hijo de Elsa y Xander, por cuestiones de edad y esas mierdas.No permití que los medios intervinieran, los abuelos de Kaira me han dicho que Rafael por fin pudo olvidarse de ella y que ahora está emprendiendo un nuevo negocio, cosa que agradezco porque estaba a nada se romperle los huesos por intentar tocar lo que es mío.Así que ahora estoy aquí, esperando a la madre de mi hijo de cuatro meses y mi futura esposa; Kaira Cavalli, si me hubieran dicho
AIDENHan pasado ocho meses desde la boda y aún no puedo creer que esté viviendo este sueño, mientras me doy una ducha rápida para llevar a Kaira a su cita mensual, porque sí, soy un maldito controlador de mierda, quiero que todo salga perfecto, tal y como vengo planeando.Kaira y yo no quisimos saber el sexo de nuestro bebé, queremos que sea una sorpresa, últimamente se ha vuelto una mandona de mierda cuando de comida se trata. Pero me hace feliz y yo a ella, así que sí, los dos… perdón, los tres estamos felices.Mi carrera como peleador profesional se posiciona al mismo nivel que el de Oliver, ahora nos vemos seguido, bebemos en la oficina o fumamos marihuana, resulta que Lilibeth y Kaira ahora son las mejores amigas, lo juro, las dos parecen putos siameses, se defienden la una a la otra a cada momento.Juro que esas mujeres nos van a sacar de nuestras casillas.—Aiden.La voz de mi esposa hace que cierre la llave del agua, recorro la puerta y miro como ella se sostiene el vientre d
Sentir los labios de Xander King sobre mi piel, hace que pequeñas chispas cargadas de tensión se disparen por todo mi cuerpo, a mis diecinueve años podría decir que estoy completamente enamorada de él, o al menos eso es lo que pienso, ya que en el fondo, había alguien más ocupando mi estúpido corazón, alguien que compartía el mismo ADN que mi novio; Aiden King, su primo, ambos apuestos, sexys y muy parecidos, ya que compartían el mismo color de cabello, negro, y los ojos azules, solo que los de Aiden, mi mejor amigo, de un azul más intenso.—Te quiero hacer mía, muy duro —me susurra agarrando mi trasero—. Me vuelves loco, Lilibeth.—Lo sé —río.
LILIBETHRespiro profundo, intento dormir un poco más pero me es imposible, ya que los ruidos y voces inconexas al fondo, hacen que me remueva inquieta debajo de las sábanas frescas. Quiero abrir los ojos, pero mi cuerpo sumergido en el cansancio me lo impide. De pronto comienzo a caer en un nuevo profundo sueño, cuando…—¡Me importa una mierda!Aquella voz… la reconozco, sin embargo, incluso antes de poder abrir los ojos y reaccionar, cae sobre mí un enorme balde de agua helada que me hace despertar de la peor manera.—¡Joder! —exclamo llena de rabia.—Por lo menos y
OLIVERLos nudillos de mis manos arden con cada golpe que le doy al saco de Boxeo, he perdido la noción del tiempo y no le importa, estoy alterado, ardido, dolido. Tomo una enorme bocanada de aire cuando el sonido chirriante de la puerta principal al abrirse, llama mi atención.—Aquí estás —dice mi entrenador—. No te recomiendo hacer esto horas antes de las peleas.Ignoro sus palabras, esta es la única manera que tengo para lidiar con la presión que me ejerce esto, camino hasta una de las bancas, abro mi maleta y saco una botella de agua.—No puedes seguir haciendo esto —suelta un suspiro cargado de cansancio.