Eran siete de la noche, los medios de comunicación populares no sabían nada acerca dela declaración que Julián había dado, pero en internet, en periódicos digitales y otros portales, así como redes sociales ya comenzaba a circular todas las pruebas que Julián había dado como testimonio de su inocencia.Francisco por su parte, había celebrado la mayor parte del día, el triunfo de haber sacado a Julián de su camino, había bebido y por supuesto había ordenado que le llevaran un par de chicas para divertirse hasta el cansancio, pero cuando dieron las seis de la tarde su asistente llego con un esmoquin que debia ponerse para asistir al primer evento en el que se mostraría afligido y sorprendido por la noticia de lo que Julián había hecho para engañar al gobierno y a todo el país.Cuando llego su asistente, él estaba dormido en medio de dos cuerpos voluptuosos que habían sido usados por todos los orificios posibles, su asiente lo obligo a levantarse para llevarlo si o si, a ese lugar, pero
—¿Qué diablos está pasando?—susurro Francisco a su asistente al sentir como las miradas de cientos se posaban sobre él, esperaba algo así, pero en su cabeza lo había imaginado diferente, con sonrisas y algarabía, pero lo que descubrió fue que la gente lo miraba con cierto desprecio, escucho sonidos como de susurros, pero no logro descifrar que era lo que decían acerca de él o al menos por como lo miraban pensó que hablaban de él.—No lo sé señor—expreso el otro—lo averiguaré enseguida.Su asistente se separó de él, esperando encontrar en los asistentes un poco de información e incluso de los medios que afuera parecían esperar a alguien aunque la mayoría de los invitados de mayor importancia ya habían ingresado al recinto.Camino por el pasillo intentando acercarse a su mesa destinada, pero un hombre camino en su dirección y al estar a tan corta distancia se detuvo frente a él.—Señor Ramírez—se dirigió a él con cierta severidad—por favor, necesito que venga conmigo.Aquel hombre tocó
Camila había dormido todo el día y cuando despertó la habitación estaba a oscuras, cuando se levantó creyó que Silvia la había dejado dormir más de la cuenta, quizás porque ambas estaban enojadas y también porque su cuerpo necesitaba descanso, ya que estaba esperando un bebe, pero además de eso, también necesitaba comer. Su estómago gruño suplicando un poco de comida, Camila pensó que tal vez había exagerado al molestarse con Silvia, a pesar de todo ella era la única persona que la había apoyado. Suspiro y se levantó de la cama, pero al revisar toda la habitación descubrió que la oscuridad reinaba y que no había señales de Silvia. Se preocupó un poco, no creyó posible que Silvia fuese a irse sin decirle nada, pero de cualquier forma no tenía como comunicarse con ella, ni siquiera tenía un teléfono con el cual comunicarse, así que solo llamo a la recepción. —Habla a recepción. ¿En qué podemos ayudarle?—expreso la mujer que se desempeñaba como recepcionista. —Amm, me gustaría ordenar
Mientras Camila observaba la televisión y escuchaba con atención lo que decían sobre Julián en las noticias, la puerta de la habitación se abrió, era Silvia, quien tenía una expresión sombría y una manchas diminutas en tonos rojizos cerca del pecho.Camila se levantó de su sitio olvidándose por completo de la televisión y de Julián, sabia que esas manchas debían ser lo que ella estaba sospechando, pero Silvia no parecía estar herida. Camino hasta el baño y Camila la siguió con la mirada, fue entonces que Silvia saco un arma, reviso que tuviera puesto el seguro y la coloco sobre el lavabo mientras ella se lavaba la cara.—¿Te encuentras bien?—pregunto Camila preocupada por ella, no sabia adonde había ido y mucho menos lo que había hecho, pero de igual forma podía sospechar.—Si, lo estoy—respondió Silvia con un humor negro y es que al no recibir respuesta ni de Roberto ni de Julián, tuvo que encargarse de los hombres que las estaban vigilando,—¿Adónde fuiste?—pregunto Camila algo tími
Francisco entró a su auto sin decir nada, pero dentro de sí se estaba formando una guerra entre su odio y por supuesto su venganza. Su chofer arrancó el auto, pero se desvió un poco para evitar a los reporteros, no sabia muy bien que era lo que había pasado, pero gracias a lo que había visto en las noticias en su teléfono se podía dar una idea. Todo el mundo lo culpaba por lo que le había pasado a Julián Cazares.—¿Cómo coños sucedió esto?—grito Francisco enloquecido—¿Por qué no me avisaste que ese mal nacido había dado una entrevista?—Discúlpeme señor, pero la noticia recientemente empezó a circular, dio la entrevista hace una hora—intento explicar su pobre asistente un poco asustado mientras su jefe lo tomaba por el cuello de su camisa—ni siquiera los reporteros sabían al respecto, porque de lo contrario se lo habrían preguntado al entrar.Francisco se tranquilizó con esa explicación, era verdad, nadie le había preguntado nada sobre eso, por lo que aún podía salvar su pellejo, por
Francisco comenzó abrir los ojos, se sentía cansado y apaleado, la cabeza no dejaba de punzarle y es que el golpe que le habían proporcionado había sido demasiado duro, tanto que le había abierto una pequeña herida en la cabeza que le ardía, pero la cual no podía alcanzar con sus manos, ya que estas se encontraban atadas.—¿D-donde...?—logro decir, pero su voz apenas era un hilo inaudible. Se quedó en silencio por unos segundos mientras trataba de recordar que había sucedió, luego de unos segundos, una serie de imágenes le recordó como lo habían secuestrado.Eso lo alarmo, pero trato de mantener la calma porque tenía muchas cosas en contra, la primera es que aún tenía la bolsa oscura en la cabeza, no podía ver nada a su alrededor, por lo que ni siquiera sabia en donde estaba, cuanto tiempo realmente había transcurrido desde que habían quitado la libertad y claro, si era de día o aún seguía siendo de noche.Su mente trabajó rápido, aunque no era tan audaz como Julián, él no era un idio
Quien había entrado, era uno de los hombres de Angélica, cargaba una mesa plegable y una bolsa deportiva. Francisco se quedó inmóvil para no llamar la atención, cerro los ojos como si eso le fuese a servirle de algo, pero aquel hombre que había entrado, acomodo lo que llevaba en las manos ignorando el cuerpo atado de Francisco. Al poner la mesa sobre el suelo y armarla, Francisco supo que se trataba de un material metálico no muy resistente, pero no entendía que estaba pasando.El hombre que recientemente había comenzado trabajar para Angélica, comenzó a vaciar poco a poco la bolsa deportiva sobre la mesa, descargo herramientas comunes, llaves de presión, martillo y clavos, destornilladores de diferentes puntas, una batería para auto, unos cables pasa corriente, agua e incluso algunos utensilios de cocina, ni el mismo entendía por qué estaba colocando todo eso ahí, pero eso le habían ordenado hacer, era una tarea simple, pero ya que era nuevo en el negocio, tenía muchas preguntas y d
Francisco logró soltar sus manos gracias a una navaja filosa que había logrado tomar de la mesa, se cortó varias veces, pero en su desesperación eso no le importo, continuo hasta poder liberarse. El pobre chico aún seguía tratando de reponerse ante el dolor, pero vio con horro lo que ese hombre había hecho, si escapaba era obvio que lo culparían y no quería ni siquiera imaginar lo que le harían por semejante estupidez, por lo que, aun con su dolor de cabeza intento levantarse.Desgraciadamente, aquel movimiento tan brusco lo obligo a caer sobre sus rodillas, se había mareado y después de semejante golpe no era para menos, pero su ineptitud le dio tiempo suficiente a Francisco para soltarse Cuando logro liberar su piernas, se levantó y tomo un arma punzocortante de la mesa, parecía ser un bisturí, pero no se detuvo averiguarlo. Lo sujeto con fuerza y ataco a Daniel, el arma entro por una de sus cuencas, pero no se detuvo porque sabia que su vida dependía de ello. Para evitar que escuc