JessicaLa mañana no fue para nada caótica, contrario a nuestros viejos tiempos, cuando vivíamos juntas con Rhonda. En esa época, tres años atrás, compartíamos un pequeño departamento con un solo baño y lejos de todo, por lo que nos peleábamos el baño, el vestidor. En automóvil nos tardábamos cuarenta minutos en llegar al trabajo. Por lo menos en ese momento, eran entre tres a cinco minutos, si contábamos nuestro café, como máximo diez.A las ocho en punto, nos fueron a buscar Patrick y Brandon para llevarnos al trabajo. Era tan distinto poder estar libre con él, a estar pendiente de que nos fueran a descubrir. Llegamos al trabajo. Rhonda iba feliz, se le salía por cada poro su amor por mi guardaespaldas.A media mañana, Patrick pidió hablar conmigo.―¿Pasa algo? ―le pregunté cuando lo vi entrar a la oficina, no se veía bien, ya lo había notado temprano, pero creí que era sueño o algo así.―No, no, solo quería decirte que mi padre llega esta tarde y me pidió que organizara la cena con
PatrickHacer el amor con Jessica nunca era igual. Un día podía ser muy convencional y romántico y al siguiente ser todo locura. En aquella ocasión fue lo segundo. Terminamos en el suelo, sobre la alfombra, cansados y felices.―Ya, ahora sí me voy a bañar, si no, no estaré lista a tiempo.―¿Nos bañamos juntos? ―le pregunté.―No, Patrick, ya estoy algo atrasada.―Solo baño para ahorrar tiempo, créeme que yo tampoco soy capaz de más en este momento.Sonrió con algo de burla.―En ese caso, ven.Me tendió la mano, yo la tomé y me puse de pie. Nos bañamos juntos, yo salí primero, ella se demoraba más con su acondicionador de cabello. Me vestí y preparé café, sabía que ella se ponía nerviosa si estaba atrasada y un café con un cigarrillo la tranquilizaba.Le sequé el cabello mientras ella se maquillaba. Me había enseñado a hacerlo una de nuestras primeras mañanas juntos, cuando nos atrasábamos, que según no se hacía de cualquier modo, si no, quedaba con “friz”, vaya a saber qué era eso. Per
JessicaAl día siguiente, no tenía mucho ánimo de nada. Me sentía un poco culpable por los problemas que tenía Patrick con su mamá, si yo no estuviera de por medio, quizás él podría andar con ella, claro que también pensaba en que ella era una mala mujer, no merecía a Patrick, él no debería andar con alguien tan manipuladora.―¿Qué pasa, preciosa? ―me preguntó Patrick cuando me estaba maquillando.―Nada, ¿por qué?―Estás rara, pareces triste.―Quizás estoy en mis días.Me giró para mirarme.―No me mientas, Jessica Wilson. Dime qué pasa.―Conversemos a la noche, no quiero atrasarme y hay mucho trabajo.―¿No quieres contarme?―Patrick, tú sabes que eres libre de irte cuando quieras, ¿verdad?―Sí.―Si quieres irte, solo debes decirlo.―No quiero irme a ninguna parte, Jessica, ni siquiera a mi departamento. ¿Qué pasa?―Nada, no me hagas caso.Lo abracé con fuerza. Había soñado que él me dejaba para irse con Melissa, que yo era solo un juego para él, que quería probar que me saltaba las no
Patrick Estaba preocupado por Jessica y Rhonda. Esperaba que no tuvieran ningún contratiempo.―Tranquilo, ellos saben lo que hacen ―dijo mi padre.―Sí, es cierto, aunque no por eso no me preocupa.―Lo sé.―¿Qué querías hablar conmigo?―De verdad, nada.―¿Entonces?―Me enteré de que ese tipo había salido de la cárcel y venía a ponerlos al tanto, pero llegué tarde.―¿Cómo lo supiste?―Tengo mis contactos. Fue un caso muy impactante para mí.―Y por eso enviaste a Jessica con tus hombres. ―Envié a mis hombres, con Jessica.―Espero que estén bien.―Sí, en todo caso, debemos esperar a que nos llamen, no podemos llamar nosotros. Vamos a trabajar, no nos vamos a quedar viéndonos las caras aquí.―¿Vas a trabajar tú?―No, voy a mirar cómo lo hacen ustedes ―bromeó.En realidad, no, no bromeaba, se quedó mirando cómo trabajábamos, pero no como supervisor, más bien como visita, quería saber qué hacíamos y cómo lo hacíamos exactamente, ahí me di cuenta de que él hacía mucho tiempo había dejado
JessicaTodos se acercaron a saludar a Rhonda, pese a que no todos sabían lo que había pasado, sí sabían que algo malo le había ocurrido.―Como es casi la hora de almuerzo, ¿por qué no vamos al comedor? Allí podremos hablar mejor ―sugerí, a lo cual todos accedieron.Llegamos, pedimos nuestras comidas y nos acomodamos.―Bueno, como la mayoría sabe, yo estuve con un hombre muy violento, me hizo mucho daño, por eso él se fue a la cárcel, pero salió esta mañana y fue a verme a la casa. Los guardaespaldas de los Lennox me ayudaron, ellos lo detuvieron y lo volvieron a entregar a la policía, así es que la libertad le duró la nada misma.―Menos mal que no te hizo nada. Rick Lennox parece ser un buen jefe ―comentó Marty.―Sí, es un buen hombre ―concordó Mark―, siempre que puede, ayuda mucho. De hecho, tú estás en el puesto de Erick, a él lo trasladaron por una loca psicópata que lo violentaba y lo quería matar. Rick mismo lo vino a buscar y se lo llevó.―¿Y Patrick es su hijo? ¿Cómo es que tr
PatrickDejé a Jessica en su casa después de un buen rato de conversación con ella, con Rhonda y con Brandon. Debo decir que siempre había tenido más relación con Stan, pero Brandon resultó ser muy agradable también, yo pensaba que él era más tosco en su trato y no, con Rhonda era un dulce de leche.Llegué a mi edificio y salí a comprar algo para comer. Debí haber pedido, en la puerta me encontré a Melissa.―Hola, querido.―Melissa, ¿qué haces aquí?―Vine a hablar contigo.―Yo no tengo nada que conversar.―Por favor, querido, claro que tenemos cosas que hablar, yo puedo perdonar tu desliz con esa mujer.―¿Desliz? Jessica no es un desliz, yo no tengo nada contigo, no tienes nada que perdonarme.―Soy tu prometida.―No eres mi prometida, Melissa, ¿en qué forma quieres que te lo diga?―Subamos a tu departamento para conversar mejor, no me gusta discutir en plena calle.―No estamos discutiendo, simplemente yo no tengo nada qué decirte.―Tu madre no piensa lo mismo.―Mamá no tiene por qué m
JessicaMe desperté temprano, me duché y entonces llamé a Patrick para despertarlo, como cada mañana cuando no dormíamos juntos. No me contestó. Me preocupé, pues hasta ese momento no había demostrado ser irresponsable.Me vestí y cada cierto rato lo llamaba, pero nada. Al final, su teléfono me mandaba directo al buzón de voz. O no quería hablar conmigo o algo le había pasado. Algo malo.―Patrick no me contesta ―le conté a Rhonda cuando nos encontramos en la sala.―¿Y eso? ¿Le habrá pasado algo?―No lo sé. Estoy preocupada, anoche me mandó un mensaje.―¿Qué te puso?―Te necesito. A la una y veinte. ¿Qué hacía despierto a esa hora? Y no me suena a un “te necesito” de que quería estar conmigo porque sí, no, lo siento desesperado.Mi amiga me miró con seriedad.―A lo mejor estoy viendo cosas donde no hay nada. ¿Vamos?―Claro.Abrimos la puerta y afuera nos esperaba Brandon.―Hola, ¿por qué no nos avisaste que estabas aquí afuera? ―lo reconvine―. Te hubiéramos hecho pasar.―No, supuse que
PatrickMe fui del departamento y le pedí a Stan que manejara por mí. No me sentía capaz.―¿Qué pasó?―No sé.―¿Cómo así?―Lo que pasa es que creo que Jessica ya no quiere seguir conmigo.―¿Y eso? Parece muy enamorada.―Es mi culpa.―¿Qué le hiciste?―Acompáñame al departamento para conversar, creo que necesito un buen tirón de orejas.Stan sonrió y siguió conduciendo el corto trayecto a mi departamento en silencio. Estacionó, yo ni siquiera me di cuenta, hasta que él me tocó el brazo para hacerme bajar.―Lo siento.―Sí que estás mal. Vamos.Entramos a casa y me tiré al sillón.―¿Puedes servirme un coñac, por favor?―No. Esta vez será un sano jugo de frutas.―¿Por qué?―¿No te bastó con la borrachera de anoche? Suficiente por la semana. Por un mes. Además, estoy aquí para jalarte las orejas, no para ser condescendiente.Sirvió un par de jugos y se sentó frente a mí.―Dime en qué metiste la pata.―En escuchar a mamá.―¿Qué te dijo?―Me dijo que Jessica solo quería jugar conmigo, que no