PatrickNo estaba. Había salido temprano. El conserje me dijo que no sabía a qué hora volvería.La llamé por teléfono, pero no me contestó. Después de la cuarta llamada, me mandó al buzón de voz. No quería hablar conmigo. ¿Y si estaba en su casa, pero había dado órdenes de que no me dejaran entrar?―Quiero hablar con Adam Wesley, del 623 ―le pedí al conserje.―Dice que pase ―me respondió Henry con amabilidad tras hacer la llamada.―Gracias.No me fui al sexto piso, fui al octavo y llamé por teléfono a Jessica. El móvil comenzó a sonar dentro del departamento. Vale decir, ella estaba allí, pero no quería hablar conmigo.Me fui al departamento de los escoltas y me tiré al sillón.―Qué raro, yo la vi salir con Brandon esta mañana y que yo sepa, no han regresado ―me indicó Adam cuando le conté lo que ocurría.―¿Estás seguro? Yo escuché fuerte y claro su teléfono en el departamento.―¿Y si se le quedó?―Ella no deja su móvil ni a sol ni a sombra.―Uno nunca sabe, quizá tenía su cabeza en o
JessicaRhonda llegó a mi departamento a eso de las doce y treinta.―Ya te extrañaba, amiga, has estado tan ocupada con tu galán que hasta de tus amigas te olvidaste ―me reclamó sin enojo.―Sabes que yo no podría olvidarme de ti, Rhonda.―¿Y a qué se debe el honor de esta invitación?―Bueno, lo que pasa es que quería hablar contigo y salir a almorzar con Patrick, para que lo conozcas un poco más.―Conocerlo ahora que se va ―me reprochó.―Bueno, sí, pero queremos intentarlo.Rhonda me regaló una feliz sonrisa.―¡Te enamoraste! ―gritó y me dio un corto abrazo, con mucha fuerza. ―No te lo puedo negar ―respondí cuando se apartó.―Ya era hora, amiga, yo sabía que iba a llegar quien te devolviera la fe.―Nadie me tiene que devolver nada, mucho menos la fe.―Jessica, yo sé que hay algo que tu corazoncito oculta, nadie es tan cínico porque sí, ni anda por la vida acostándose con cualquiera por nada.―Rhonda, me conoces hace más de diez años, yo no he tenido ninguna desilusión amorosa, adem
PatrickLlegamos a una gelatería cercana, ni Brandon ni yo sabíamos a ciencia cierta lo que había ocurrido, pero lo podíamos imaginar. En la película, una chica fue atacada en un estacionamiento, por lo tanto, algo similar le había ocurrido a Rhonda, porque nada más le provocó esa reacción, y aquella no fue la primera escena violenta que se mostró.Nos sentamos en una mesa. Brandon no soltó la mano de Rhonda.―¿Te sientes mejor, Rhonda? ―le pregunté.―Sí, gracias, lo siento.―No te disculpes, todo está bien.―Gracias, de verdad.Brandon acarició la mano de ella, el amor ya había tocado sus corazones, de ahí en adelante, solo debía mantenerse en el tiempo.Mientras comíamos el helado, hablamos de nosotros, de nuestras vidas, de lo que había quedado pendiente en el almuerzo.―Yo sé que se deben estar preguntando por lo que pasó en el cine ―dijo Rhonda al rato.―Si no quieres contar, lo entendemos ―aseguró Brandon.―No, no, creo que merecen saberlo, además, mi terapeuta me dijo que debía
JessicaEl lunes me desperté temprano y me fui a duchar, mientras me maquillaba, apareció Patrick en la puerta del baño.―Buenos días, ¿por qué no me despertaste? ―me preguntó y se acercó para darme un suave beso en los labios.―Porque tú no necesitas levantarte tan temprano.―Pero podríamos habernos bañado juntos.―¿Y tener que arreglarme como las últimas veces, a la rápida y apenas?―Sí, te concedo eso. Me voy a duchar.―Yo estoy lista, me voy a vestir.Me tomó de la cintura, yo solo estaba en ropa interior y sus manos quemaron mi piel.―Te besaría, pero todo tu trabajo se perdería. ―Me dio un corto beso.―Apúrate, para que vayamos a por nuestros cafés, necesito con urgencia uno.―¿Y eso? ―me preguntó con preocupación.―Lo que pasa es que creo que anoche se nos pasó la mano y estoy muy cansada ―respondí despreocupada.―Ah, creí que otra vez te habías deprimido.―No. ―Lo besé―. Estamos juntos y aunque me aterra, estoy feliz.―Me encanta oír eso.―Pero esto no cambiará en la oficina,
PatrikDejamos a las chicas en el departamento de Jessica y bajamos al de sus guardaespaldas.―¿Quiere tomar algo, jefe? ―me preguntó Adam.―Un café, por favor ―respondí al tiempo que me sentaba en el sofá. ―Lo preparo.Adam se fue a la cocina y Brandon me miró.―¿Te molesta que Jessica se haya quedado con Rhonda? ―inquirió suspicaz.Yo lo miré extrañado.―Por supuesto que no, al contrario, me alegra que Jessica tenga amigas, de verdad que la tenía muy abandonada, desde que estamos juntos, ellas casi no se habían visto.―Es cierto. ¿Qué pasa?―Me sorprende este viaje de papá, es todo. ¿Por qué no me cuentas tú que pasa con Rhonda? ¿Están juntos?―Somos novios, sí.―¡Novios?―Sí, no me gustan las relaciones pasajeras, menos con ella, ha sufrido demasiado como para que piense que yo solo quiero jugar con ella.―¿Estás enamorado? ―me burlé.―Enamorado, no sé, pero sí me gusta mucho, me gustó en cuanto me miró.―Quién lo diría, tenías corazón.―Claro que sí. Solo que no había aparecido l
JessicaLa mañana no fue para nada caótica, contrario a nuestros viejos tiempos, cuando vivíamos juntas con Rhonda. En esa época, tres años atrás, compartíamos un pequeño departamento con un solo baño y lejos de todo, por lo que nos peleábamos el baño, el vestidor. En automóvil nos tardábamos cuarenta minutos en llegar al trabajo. Por lo menos en ese momento, eran entre tres a cinco minutos, si contábamos nuestro café, como máximo diez.A las ocho en punto, nos fueron a buscar Patrick y Brandon para llevarnos al trabajo. Era tan distinto poder estar libre con él, a estar pendiente de que nos fueran a descubrir. Llegamos al trabajo. Rhonda iba feliz, se le salía por cada poro su amor por mi guardaespaldas.A media mañana, Patrick pidió hablar conmigo.―¿Pasa algo? ―le pregunté cuando lo vi entrar a la oficina, no se veía bien, ya lo había notado temprano, pero creí que era sueño o algo así.―No, no, solo quería decirte que mi padre llega esta tarde y me pidió que organizara la cena con
PatrickHacer el amor con Jessica nunca era igual. Un día podía ser muy convencional y romántico y al siguiente ser todo locura. En aquella ocasión fue lo segundo. Terminamos en el suelo, sobre la alfombra, cansados y felices.―Ya, ahora sí me voy a bañar, si no, no estaré lista a tiempo.―¿Nos bañamos juntos? ―le pregunté.―No, Patrick, ya estoy algo atrasada.―Solo baño para ahorrar tiempo, créeme que yo tampoco soy capaz de más en este momento.Sonrió con algo de burla.―En ese caso, ven.Me tendió la mano, yo la tomé y me puse de pie. Nos bañamos juntos, yo salí primero, ella se demoraba más con su acondicionador de cabello. Me vestí y preparé café, sabía que ella se ponía nerviosa si estaba atrasada y un café con un cigarrillo la tranquilizaba.Le sequé el cabello mientras ella se maquillaba. Me había enseñado a hacerlo una de nuestras primeras mañanas juntos, cuando nos atrasábamos, que según no se hacía de cualquier modo, si no, quedaba con “friz”, vaya a saber qué era eso. Per
JessicaAl día siguiente, no tenía mucho ánimo de nada. Me sentía un poco culpable por los problemas que tenía Patrick con su mamá, si yo no estuviera de por medio, quizás él podría andar con ella, claro que también pensaba en que ella era una mala mujer, no merecía a Patrick, él no debería andar con alguien tan manipuladora.―¿Qué pasa, preciosa? ―me preguntó Patrick cuando me estaba maquillando.―Nada, ¿por qué?―Estás rara, pareces triste.―Quizás estoy en mis días.Me giró para mirarme.―No me mientas, Jessica Wilson. Dime qué pasa.―Conversemos a la noche, no quiero atrasarme y hay mucho trabajo.―¿No quieres contarme?―Patrick, tú sabes que eres libre de irte cuando quieras, ¿verdad?―Sí.―Si quieres irte, solo debes decirlo.―No quiero irme a ninguna parte, Jessica, ni siquiera a mi departamento. ¿Qué pasa?―Nada, no me hagas caso.Lo abracé con fuerza. Había soñado que él me dejaba para irse con Melissa, que yo era solo un juego para él, que quería probar que me saltaba las no