Jessica¿Thomas Wood era Patrick Lennox? No podía creerlo. Aun así, recordé todo desde el principio. Las imágenes pasaron en cámara rápida delante de mis ojos. La llamada de Rick, el conocimiento de Thomas del funcionamiento de la empresa, la fiesta del 4 de julio y la conversación tan extraña que tuvieron Rick y Thomas. Por eso sentí que hablaban en clave, porque eso mismo estaban haciendo. La llegada de su novia. Quizá por eso Rick decidió que Thomas se fuera, vio que algo ocurría entre nosotros, seguro yo sería despedida por seducir a su hijo.¿Por qué Thomas jugaría así conmigo? ¿Qué quería? Tal vez quiso comprobar qué tan ética era yo en eso de no involucrarme con los colegas. Y fallé. Por primera vez en todos esos años tuve sexo con un compañero, y tenía que ser un Lennox.¡Maldito Thomas! O Patrick. Estaba furiosa.De pronto, alguien me detuvo del brazo, era Brandon.―Cuidado, la van a atropellar, ¿le pasa algo?―Usted lo sabía, ¿verdad? ―Sí, iba llorando.―¿Saber qué?―Que Tho
Patrick Lo primero que hice tras recibir la fotografía, fue enviarle un mensaje a papá para contarle lo que había pasado. Él me dijo que Lana se iría despedida y no volvería a trabajar en el rubro, no permitiría que ese tipo de personas trabajara para él. Yo sabía que sería así.Debo decir que a nadie le importó que Jessica y yo estuviéramos juntos, pese a que no lo confirmé ni lo negué; incluso entendieron lo de mi llegada de incógnito, lo único que les preocupaba era quedarse sin trabajo, pero eso no ocurriría, al contrario, esa área debía ampliarse, daba para mucho más bajo el mandato de Jessica y la consideraban la mejor jefa que habían tenido.Al volver del almuerzo, Rhonda me dijo que quería hablar conmigo en la oficina de Jessica, por supuesto, accedí.―Thomas… Patrick, quiero saber qué pasa con ella.―¿A qué te refieres?―Yo sé que ustedes estaban juntos y jamás la vi así con alguien.―Lo nuestro partió como una noche de sexo, pero luego, fue otra noche y otra y otra. Ambos
JessicaEra tan difícil. No entendía qué me pasaba. ¿Por qué tenía que ser todo tan complicado? En un par de semanas Thomas había puesto mi vida de cabeza. Quizás así se sentía el amor, pero, si se trataba de eso… ¡Era horrible!Nos quedaba solo una noche. Por mí, lo hubiese secuestrado todo el fin de semana, pero el lunes habría sido peor y no toleraría asistir al trabajo con mala energía.―Lo siento, Jessica ―comenzó a decir Thomas y yo lo silencié con la mano.Quería llorar, gritar, tirar todo, pero no podía hacerlo, no era mi estilo de comportamiento.Thomas se iba y me dolía. No aceptaba esa despedida. Nos merecíamos un adiós feliz, con la promesa y esperanza de volvernos a ver, no obstante, en ese momento, por más que yo no me enojara con él y por mucho que intentáramos hacer de cuenta que nada pasó, el ambiente se había vuelto raro, ya no era lo mismo.Debí tomarlo solo una noche, como era mi costumbre y no repetir. Las repeticiones son malas, ya lo había comprobado una vez y v
PatrickElla ya no quería saber nada de mí, lo dejó muy claro.Llegué a mi departamento, Erick miraba la televisión, pero, por su expresión, no veía nada.―Hola ―lo saludé bajito.―Hola, ¿y tú? Pensé que te ibas a quedar en el departamento de Jessica.―No, me echó ―le conté con frustración.―¿Cómo que te echó? ―Se incorporó un poco.―Ya no quiere volver a verme.―¿Por lo de tu identidad?―No. Me echó porque ya no quiere seguir conmigo. Yo sabía que esto era solo un pasatiempo para ella, pero no creí que me dolería tanto.―¿Se lo dijiste?―Lo intenté, sí, pero para ella no vale la pena luchar por alguien, solo es una pérdida de tiempo.―Lo siento, amigo, sé cómo te sientes.―¿Cómo estás tú?―Aquí, pensando en todo lo que me espera.―¿La extrañas?―No lo sé. Lo que pasa es que temo que si ella me descubre…―No lo hará, tenemos todo cubierto.―Lo sé. ¿Y si se topa con Jessica?―Brandon y dos de sus hombres se quedarán aquí con ella. Rossy no se le podrá acercar.―A veces creo que hubiera
JessicaDespués de una noche casi en vela, decidí salir a caminar. Debo admitir que me daba miedo encontrarme con Rossy, pero no quería quedarme encerrada rumiando mis penas. Tomé mi cartera que estaba en el sofá, supuse que tenía todo allí dentro, pues no había sacado nada desde la noche anterior que había llegado con Patrick.Nada más salir, me encontré con Brandon a la entrada.―Buenos días, ¿qué hace aquí? ―le pregunté sorprendida.―Buenos, días, Jessica, hago lo de siempre, cuidarla.―Pero…―Pero nada, ¿cómo amaneció hoy? No parece muy bien.―¿Quiere ir a tomarse un café conmigo?―Claro.Eran apenas las nueve de la mañana, así que no todas las tiendas estaban abiertas, menos por ser sábado.Llegamos a mi cafetería favorita y nos sentamos en la terraza, encendí un cigarrillo.―¿Cómo está? No se ve muy bien, ¿es por la discusión con Patrick?Lo miré con los ojos muy abiertos.―Sí, me enteré de que se fue muy enojado anoche de su departamento. ¿Fue por su identidad?―La verdad es qu
PatrickNo estaba. Había salido temprano. El conserje me dijo que no sabía a qué hora volvería.La llamé por teléfono, pero no me contestó. Después de la cuarta llamada, me mandó al buzón de voz. No quería hablar conmigo. ¿Y si estaba en su casa, pero había dado órdenes de que no me dejaran entrar?―Quiero hablar con Adam Wesley, del 623 ―le pedí al conserje.―Dice que pase ―me respondió Henry con amabilidad tras hacer la llamada.―Gracias.No me fui al sexto piso, fui al octavo y llamé por teléfono a Jessica. El móvil comenzó a sonar dentro del departamento. Vale decir, ella estaba allí, pero no quería hablar conmigo.Me fui al departamento de los escoltas y me tiré al sillón.―Qué raro, yo la vi salir con Brandon esta mañana y que yo sepa, no han regresado ―me indicó Adam cuando le conté lo que ocurría.―¿Estás seguro? Yo escuché fuerte y claro su teléfono en el departamento.―¿Y si se le quedó?―Ella no deja su móvil ni a sol ni a sombra.―Uno nunca sabe, quizá tenía su cabeza en o
JessicaRhonda llegó a mi departamento a eso de las doce y treinta.―Ya te extrañaba, amiga, has estado tan ocupada con tu galán que hasta de tus amigas te olvidaste ―me reclamó sin enojo.―Sabes que yo no podría olvidarme de ti, Rhonda.―¿Y a qué se debe el honor de esta invitación?―Bueno, lo que pasa es que quería hablar contigo y salir a almorzar con Patrick, para que lo conozcas un poco más.―Conocerlo ahora que se va ―me reprochó.―Bueno, sí, pero queremos intentarlo.Rhonda me regaló una feliz sonrisa.―¡Te enamoraste! ―gritó y me dio un corto abrazo, con mucha fuerza. ―No te lo puedo negar ―respondí cuando se apartó.―Ya era hora, amiga, yo sabía que iba a llegar quien te devolviera la fe.―Nadie me tiene que devolver nada, mucho menos la fe.―Jessica, yo sé que hay algo que tu corazoncito oculta, nadie es tan cínico porque sí, ni anda por la vida acostándose con cualquiera por nada.―Rhonda, me conoces hace más de diez años, yo no he tenido ninguna desilusión amorosa, adem
PatrickLlegamos a una gelatería cercana, ni Brandon ni yo sabíamos a ciencia cierta lo que había ocurrido, pero lo podíamos imaginar. En la película, una chica fue atacada en un estacionamiento, por lo tanto, algo similar le había ocurrido a Rhonda, porque nada más le provocó esa reacción, y aquella no fue la primera escena violenta que se mostró.Nos sentamos en una mesa. Brandon no soltó la mano de Rhonda.―¿Te sientes mejor, Rhonda? ―le pregunté.―Sí, gracias, lo siento.―No te disculpes, todo está bien.―Gracias, de verdad.Brandon acarició la mano de ella, el amor ya había tocado sus corazones, de ahí en adelante, solo debía mantenerse en el tiempo.Mientras comíamos el helado, hablamos de nosotros, de nuestras vidas, de lo que había quedado pendiente en el almuerzo.―Yo sé que se deben estar preguntando por lo que pasó en el cine ―dijo Rhonda al rato.―Si no quieres contar, lo entendemos ―aseguró Brandon.―No, no, creo que merecen saberlo, además, mi terapeuta me dijo que debía