Lilly Bradley
Empresas Johnson
Regresamos a tiempo a la empresa. Jackson había insistido en un postre para rematar nuestro almuerzo, era demasiado agradable no comer sola, y claro, conocer nuevos lugares gastronómicos me estaba fascinando. Aunque me sentí incomoda a la hora de pagar, quería hacerlo yo misma ya que era un precio accesible, pero Jackson me recordó que él había quedado en pagar.
Con mis dedos disimuladamente sin retirar mi mirada del monitor de la computadora, desabroché un botón de mi estómago, estaba llena, pero valió cada bocado que di. Miré el reloj y no había notado que hace una hora debía de irme a casa, revisé la aplicación para pedir servicio, pero estaba teniendo dificultad para encontrar un conductor y que estuviera cerca de la empresa.
—Toc, toc, —una voz
Jackson Johnson“¿Qué impulso ha sido ese, Jackson? Me regañé a mí mismo. No sé qué se adueñó de mí, solo quería besarla…como nunca había querido hacerlo con alguien.—Lo siento, no volveré a cruzar esa línea. —insistí, ella tenía las mejillas rojizas, se llevó sus dedos a los labios y los acarició de manera fugaz, ¿Acaso le ha gustado? Negué. Es tu empleada. ¿Sabes las reglas, Jackson? ¿La semana pasada no despediste a la señorita Taylor por su obsesión contigo? Me aclaré la garganta. —Lo siento, señorita Bradley, —sus ojos marrones me miraron detenidamente.—Está bien, no hay algún problema. —Sentí alivio un momento, —Pero es algo que ya se ha repetido en varias ocasiones, se&
Lilly BradleyEl aroma a hombre estaba impregnado en el auto, apenas pude pasar saliva cuando mi mirada se centró en su mano en la palanca, una vena resaltó cerca de sus nudillos, luego miré su perfil, su barba perfilada a la perfección, le hacía ver bastante atractivo. No dejé de pensar en ningún momento en el beso de la oficina…— ¿Por qué me mira, señorita Bradley? —di un respingo en mi lugar al escuchar que he sido pillada mirándolo, regresé la mirada de inmediato hacia el tráfico frente a nosotros.—Lo siento, pensé qué…—“Detente, Lilly” —Nada. Solo que de cerca luce muy intimidante.— ¿En serio? —preguntó con un tono de sorpresa, miró de manera fugaz en mi dirección luego centró su mirada en el tráfico.
Oliver ChesterPlaza Hotel, New York.Ella terminó la llamada, cuando insistí en volver a llamar, era rechazada automáticamente.— ¿Me ha bloqueado? —enfurecí lanzando el celular en la cama. Me pasé las manos por mi cabello, comencé a caminar de un lado a otro por la habitación. —No te rindas, Oliver. —me dijo a mí mismo, tenía que lograr el conquistarla de nuevo. Tocaron a la puerta sacándome de mis pensamientos, a unos cuantos pasos se abrió, el rostro de Michelle se asomó.— ¿Qué tal tu habitación? La mía genial. —era mi hermana, finalmente entró y cerró la puerta detrás de ella, miró por un momento el lugar y se dejó caer en la orilla de la cama. — ¿Qué? ¿Y esa cara? ¿No has hab
Jackson JohnsonEstacioné el auto frente al local, miré por el retrovisor y miré el auto de Jacob estacionándose detrás de mí, bajamos y nos quedamos en la acera.— ¿Entonces? —Jacob preguntó al acercarse hasta a mí.—Prefiero no desvelarme, ¿Qué tal si cenamos y platicamos aquí? Me ha llegado un salmón a la parrilla y tienes que probarlo. —asintió a mi propuesta. Entramos al restaurante y él se sentó en la barra, entré a la oficina y me encontré con Salma, mi gerente de lugar.— ¡Johnson! —Exclamó sorprendida al verme, —Pensé que vendrías hasta mañana.—He venido con mi hermano. —ella sonrió.—Perfecto, ¿Se quedarán a cenar? O… ¿Probar de nuevo el salmó
Lilly Bradley Mi mirada estaba en mi hermana Leah, tenía sus mejillas sonrojadas a más no poder. — ¿Qué opinas? —me preguntó de repente, apenas estaba asimilando el que ella finalmente por fin, le guste alguien. — ¿Opinar? Sabes que en el corazón no se puede m****r, si te gusta esta persona, diría… ¡Adelante! —ella sonrió emocionada. —Pero…—su sonrisa se esfumó. —…es de tu oficina. ¿Eso no acarreará problemas a futuro? —ella presionó sus labios, luego soltó un suspiro. —Lo sé, no es como si él lo supiera, solo me gusta, no lo sabe y no creo que lo haya notado, he sido súper distante con él. —Oh, —estaba impresionada. —Es tan emocionante verte que al fin te guste alguien, nunca has tenido un novio en todos estos años y… —Pero no quiere decir que no me haya divertido con alguien. —escuchar a mi hermana decir eso me hizo soltar un jadeo de sorpresa. — ¡Leah! —exclamé atónita y ella soltó una carcaja
Jackson JohnsonEstaba viendo el techo de mi habitación desde hace más de una hora, buscando el momento en que Lilly había cruzado esa línea en mi vida, esos celos de solo imaginar que ellos dos están juntos, ese nudo en el centro de mi estómago al ver al hombre del restaurante, quería imaginar que no era ese “hombre” del que habló Lilly. Quería imaginar que no era su prometido y que no tenía ninguna intención de regresar con él...pero no sabía yo que era lo que estaba realmente pasando. ¿Y sí ella lo dejó?Me remov&iacut
Lilly BradleyApenas pude concentrarme durante las primeras horas de la mañana, dejé todo el tapón de mi pluma mordido, mi estómago tenía un gran nudo, el pensar que volvería a ver a Oliver desde aquel día en terminé nuestra relación de años, me puso algo ansiosa y claro, me hace pensar en la boda. Una boda que era muy deseada por ambas familias. Cerré los ojos y me prometí no seguir yendo al pasado. “Eres primero tú, luego tú y después tú, Lilly”— ¿Estás ocupada? —Máxima preguntó cuando abrí los ojos y solté un jadeó de sorpresa al verla de pie bajo el marco de la puerta. ¿Qué pasa con ella en aparecer de esa manera? — ¿Estás bien? —preguntó.—Sí, sí, claro, es que acababa de cerrar
Jackson JohnsonMe pasé una mano por mi barbilla mirando algún punto fijo en el escritorio. Había repasado una y otra vez el informe que me había entregado Richard de Oliver. Luego esa foto. De ellos dos sonriendo felices. Las palabras de Richard me habían hecho pensar detenidamente sobre mis propios sentimientos. ¿Qué si sabía que debía de hacer? Sí. Pero…ella seguía comprometida por lo que había leído, la llegada de Oliver y lo que había dicho su hermana en el restaurante me martillaba con fuerza dentro de mi cabeza y provocaba que ardiera por celos. Tocaron a la puerta sacándome de mis pensamientos.—Adelante. —anuncié para después aclararme la garganta, se asomó Máxima. —Máxima.—Ya me marcho a almorzar, ¿Vas a comer aquí? —pr