Ella se alejó mirándolo asombrada. No lo había esperado aquello.- Lo siento Leila, fue muy abrupto - se disculpó – me encantas en todos los sentidos, no pude resistirme, necesitaba, lo siento, entendería que no quieras verme más pero...- Creo que es un poco tarde para que te corrija — dijo sin esperar a que terminara de hablar — pero mi nombre es Dayla, no Leila, me sentiría más comida en que me llamaras así o simplemente Day.Él le sonrió de lado y la invitó a que se montara en el auto. Conducía despacio mientras ella miraba la carretera perdida en sus pensamientos, su mente no dejaba de repasar una y otra vez lo que había gritado aquella chica. Tenía en su cabeza mucha información e hilos sueltos que ahora tenía miedo de perseguir, comenzaba a parecerle que la opinión de la vocecita en su cabeza de ser cautelosa no había estado del todo mal, pero ella como siempre por impulso había ido directo al barranco.- Sé que eres bastante cortés para preguntar — titubeó un poco y se aclaró
Esa noche apenas había podido dormir, su mente recorría una y otra vez cada momento, paso de ser escenas con las que había estado con Tomas a momentos en los que había ido a ver a clientes; había pagado el alba cuando su mente quiero registrando a los dos chicos de aquella bodega, las armas que había descubierto esa mañana, venteando en sus pensamientos presintió que aquello rostros los había visto alguna vez, pero necesitaba saber dónde. Analizaba la situación, su instinto le decía que allí podía haber algo de lo que había estado buscando hace tanto tiempo, esa había sido la ciudad donde había comenzado todo, por esa razón ella estaba allí. *****Habían pasado cinco días desde la última vez que había visto a Tom, había ido un par de veces al bar a buscarle sin embargo los de seguridad le habían dicho que él estaba de viaje y no habían dejado trabajo para ella; por otro lado Alise, Piero, Aileen parecía que se los había tragado la tierra. Se
Despertó el día siguiente muy temprano, apenas había podido conciliar el sueño, había decidido ir a buscar ese pedido, después de todo, Tomas la había estado cortejando, necesitaba saber si aquello era real antes de actuar de cualquiera manera. Se alistó y salió había el bar treinta minutos antes de la hora, al llegar un muchacho al que ella nunca había visto nunca por allí le esperaba en la puerta trasera, le entregó un aparatito diciéndole que Tomas se lo había enviado; ella no era tonta, sabía perfectamente que esto no estaba del todo bien, por la hora el bar no estaba abierto, así que volvió a la camioneta, tomó su viejo Smartphone y marco.- Hola nena – escuchó la voz de Tomas del otro lado, se escuchaba el ruido del tránsito – estoy un poco ocupado con los jefes desde anoche, mandé a uno de sus escoltas con el GPS que tiene la dirección ¿Ya llegó?- Eh, si ya me lo dio – quería preguntarle dónde estaba, si estaban las cosas bien entre ellos, sentía miedo de que él también la f
No tenía caso perseguir a ninguno de los dos, ahora más que nunca necesitaba respuestas, llamó repetidas veces a Tomas pero este no respondió, alise la había dejado encargada del establecimiento, pero ella no sabía que hacer allí, buscó a Piero por el lugar sin encontrarlo, estaba anocheciendo y el lugar comenzaba a llenarse, le marcó nuevamente a tomas dejándole un mensaje en el buzón.- ¿Estas segura de que era el mismo hombre?- No tengo duda de ello.- Venga Dayla pero eso no tiene sentido, espera un mensaje de Alise– miró la pantalla del teléfono – pregunta que donde estoy ¿no sabía que estaba aquí contigo?- No, todo pasó muy rápido.- Otro mensaje – mira absorto el teléfono – en pocas palabras que venga aquí a relevarte que ella esta con Tomas arreglando un asunto familiar.Ambos se miraron en silencio- Verás Tomas tiene un hermano…- Escuché de el – le interrumpió ella – asunto complicado – volvieron a guardar silencio – ¿crees que estarás bien? estoy un poco agotada, me gus
Viajaba tan rápido como podía siguiendo el límite de velocidad, no quería saltarse ninguna ley, aunque si seguía así no le daría tiempo llegar; la pantalla se iluminó con la cara de aquel hombre, era la segunda llamada sin contestar, paró en el primer supermercado que vio, bajo del auto, tomó un carrito y comenzó a meter al azar todo lo que veía, necesitaba que pareciera que llevaba ratos allí, el teléfono volvió a sonar.- Dime.- ¿Dónde estás metida? Te he buscado por todos los pasillos del Market y no te veo ¿Por qué no contestabas?— parecía estar enojado.- Estoy haciendo las compras ¿Cuál es el problema? — Trataba de parecer normal — estoy en el mismo lugar desde la llamada anterior, en el pasillo tres.- ¿En qué establecimiento estás? Las compras las haces en el abasto Alpe y aquí no estas.- ¿Disculpa? – Se estaba enojando ahora ella – sabía que me tenías vigilada pero esto es demasiado, no estoy en el Alpe, vine a un sitio llamado Makro, es más grande y hay mayor variedad
Se hizo un moño alto y se metió en el baño, necesitaba estar limpia para no comprometer cualquiera evidencia, decidió que la mejor opción era bañarse, el agua caliente la ayudaría a relajarse para poder trabajar mejor. Luego de estar unos minutos bajo el agua, salió lista para empezar, se puso un atuendo cómodo y fue a la habitación que hacía de altrillo a buscar entre las cajas lo que necesitaría, sabía exactamente donde encontraría lo que buscaba, abrió una de las cajas que estaba en el fondo de la habitación sacando un maletín, lo abrió dando un largo suspiro, hacía mucho que los había utilizado y no había imaginado que los necesitaría durante un largo tiempo.Fue a la cocina, allí habían más probabilidades de conseguir cualquier tipo de elemento comprometido, comenzó a buscar huellas en la puerta de la alacena, después de acabar siguió con la tetera, el libro, la ventana de la pieza, el librero, las manillas de las habitación, la puerta de la entrada y todo utensilio que se le ocu
Ese día luego de pasar por el bar como de costumbre decidió que era hora de buscar un nuevo empleo o perdería la calma. Mientras manejaba pensaba en ese hombre que había visto, el hermano de Tomas, William ¿acaso era él el causante de las desapariciones? Había muchas preguntas y pocas fuentes de respuestas.Estacionó frente a la agencia de trabajo y bajo de la camioneta, no había ido vestida precisamente para buscar empleo, llevaba un mono deportivo color perla y una camisa manga larga ajustada al cuerpo color azul oscuro, deportivos del mismo color, una riñonera atravesada por el pecho y una coleta baja, parecía que iba a correr una carrea deportiva.Bajo de la camioneta y fue a hablar con la representante que regularmente la atendía, al entrar en la oficina la mujer la miró un poco inquieta pero sonriente.- No diré que es un milagro verte niña, pero puedo decir que te esperaba hace mucho tiempo.- Buenos días Miriam — respondió al entrar sonriéndole y sentándose frente a ella en
Al terminar la jornada el encargado del concesionario se acercó a ella dándole un sobre con una exuberante cantidad de dólares en efectivo.- Este es tu pago, tuviste una excelente labor – le dijo mientras examinaba el iPhone que tenía en la mano y texteaba – nos vemos mañana, la hora de llegada es a las ocho de la mañana para salir a esta hora.Ella miró el reloj que traía en la muñeca, era las apenas las veintiún horas, había estado allí solo seis horas, se sintió desorientada, aquello debía tener algo de fondo, su sentido común le decía que debía haber algo detrás de aquello, a nadie le pagaban esa cantidad por un día de trabajo.- ¿Tiene algún problema señorita? ¿No está de acuerdo con la hora?– preguntó al ver que ella tenía la mirada perdida.- No, para nada, está bien, aquí estaré. El hombre acertó su respuesta y se retiró dejándola en el portón de la entrada. A pesar de que no había hecho no más que sonreírle a las personas que llegaban al lugar, el estar parte de la mañan