Tom no tardó mucho en regresar, ella le sonrió, estaba tratando de mantener su mente despejada, era su primera cita en más de cinco años y no permitiría que sus pensamientos la controlaran, muy pocas veces lo conseguía con éxito por eso sufría constantemente de ansiedad. Tom se sentó frente a ella, le sonrió diciéndole: - eres hermosa ¿sabes? La miró a los ojos pero sonrisa de ella se había esfumado al detallarlo cuando se había sentado frente a ella, su camisa perfectamente planchada estaba arrugada y la punta su camisa manga larga azul de botones, estaba manchada; cualquiera no le hubiera prestado atención, pero ella era extremadamente detallista, algo la inquietaba, podía no solo fuera su imaginación, aunque después de todo lo que había pasado con su exesposo no le sorprendía que estuviera comparándolo con él. - ¿Aún no han traído aun lo que pedí? - No – respondió secamente - ¿Cómo estaba tu amigo? - Apenas lo vi a lo lejos, está bastante ocupado – respondió haciendo un adema
Él la soltó en el momento que ella le escupió la cara, las personas alrededor susurraban en voz alta unos con otros por lo que estaba sucediendo. Un par de enfermeros se acercaron primero y más atrás un policía, Tom estiró la mano haciendo una seña para que se detuvieran, pasó la mano por donde le había caído la saliva, después se quedó mirando a la chica con intensidad pero manteniendo la calma. - Katherine escucha con atención – pronunció sereno y lo bastante alto para que las personas que cuchicheaban se callaran y todos los que estaban en la sala pudieran oír mientras se limpiaba la mano ensalivada de la camisa y la sujetaba de los hombros – te conozco desde hace mucho, entiendo tu dolor, es el mismo que siento yo, tu hermana era querida e importante para todos, necesito en entres en razón de una vez por toda, debes entiende que mi hermano fue el causante de ese accidente, mi único delito fue no detener esto cuando pude, por eso el murió con ella ese día. - No es cierto — gritab
Ella se alejó mirándolo asombrada. No lo había esperado aquello.- Lo siento Leila, fue muy abrupto - se disculpó – me encantas en todos los sentidos, no pude resistirme, necesitaba, lo siento, entendería que no quieras verme más pero...- Creo que es un poco tarde para que te corrija — dijo sin esperar a que terminara de hablar — pero mi nombre es Dayla, no Leila, me sentiría más comida en que me llamaras así o simplemente Day.Él le sonrió de lado y la invitó a que se montara en el auto. Conducía despacio mientras ella miraba la carretera perdida en sus pensamientos, su mente no dejaba de repasar una y otra vez lo que había gritado aquella chica. Tenía en su cabeza mucha información e hilos sueltos que ahora tenía miedo de perseguir, comenzaba a parecerle que la opinión de la vocecita en su cabeza de ser cautelosa no había estado del todo mal, pero ella como siempre por impulso había ido directo al barranco.- Sé que eres bastante cortés para preguntar — titubeó un poco y se aclaró
Esa noche apenas había podido dormir, su mente recorría una y otra vez cada momento, paso de ser escenas con las que había estado con Tomas a momentos en los que había ido a ver a clientes; había pagado el alba cuando su mente quiero registrando a los dos chicos de aquella bodega, las armas que había descubierto esa mañana, venteando en sus pensamientos presintió que aquello rostros los había visto alguna vez, pero necesitaba saber dónde. Analizaba la situación, su instinto le decía que allí podía haber algo de lo que había estado buscando hace tanto tiempo, esa había sido la ciudad donde había comenzado todo, por esa razón ella estaba allí. *****Habían pasado cinco días desde la última vez que había visto a Tom, había ido un par de veces al bar a buscarle sin embargo los de seguridad le habían dicho que él estaba de viaje y no habían dejado trabajo para ella; por otro lado Alise, Piero, Aileen parecía que se los había tragado la tierra. Se
Despertó el día siguiente muy temprano, apenas había podido conciliar el sueño, había decidido ir a buscar ese pedido, después de todo, Tomas la había estado cortejando, necesitaba saber si aquello era real antes de actuar de cualquiera manera. Se alistó y salió había el bar treinta minutos antes de la hora, al llegar un muchacho al que ella nunca había visto nunca por allí le esperaba en la puerta trasera, le entregó un aparatito diciéndole que Tomas se lo había enviado; ella no era tonta, sabía perfectamente que esto no estaba del todo bien, por la hora el bar no estaba abierto, así que volvió a la camioneta, tomó su viejo Smartphone y marco.- Hola nena – escuchó la voz de Tomas del otro lado, se escuchaba el ruido del tránsito – estoy un poco ocupado con los jefes desde anoche, mandé a uno de sus escoltas con el GPS que tiene la dirección ¿Ya llegó?- Eh, si ya me lo dio – quería preguntarle dónde estaba, si estaban las cosas bien entre ellos, sentía miedo de que él también la f
No tenía caso perseguir a ninguno de los dos, ahora más que nunca necesitaba respuestas, llamó repetidas veces a Tomas pero este no respondió, alise la había dejado encargada del establecimiento, pero ella no sabía que hacer allí, buscó a Piero por el lugar sin encontrarlo, estaba anocheciendo y el lugar comenzaba a llenarse, le marcó nuevamente a tomas dejándole un mensaje en el buzón.- ¿Estas segura de que era el mismo hombre?- No tengo duda de ello.- Venga Dayla pero eso no tiene sentido, espera un mensaje de Alise– miró la pantalla del teléfono – pregunta que donde estoy ¿no sabía que estaba aquí contigo?- No, todo pasó muy rápido.- Otro mensaje – mira absorto el teléfono – en pocas palabras que venga aquí a relevarte que ella esta con Tomas arreglando un asunto familiar.Ambos se miraron en silencio- Verás Tomas tiene un hermano…- Escuché de el – le interrumpió ella – asunto complicado – volvieron a guardar silencio – ¿crees que estarás bien? estoy un poco agotada, me gus
Viajaba tan rápido como podía siguiendo el límite de velocidad, no quería saltarse ninguna ley, aunque si seguía así no le daría tiempo llegar; la pantalla se iluminó con la cara de aquel hombre, era la segunda llamada sin contestar, paró en el primer supermercado que vio, bajo del auto, tomó un carrito y comenzó a meter al azar todo lo que veía, necesitaba que pareciera que llevaba ratos allí, el teléfono volvió a sonar.- Dime.- ¿Dónde estás metida? Te he buscado por todos los pasillos del Market y no te veo ¿Por qué no contestabas?— parecía estar enojado.- Estoy haciendo las compras ¿Cuál es el problema? — Trataba de parecer normal — estoy en el mismo lugar desde la llamada anterior, en el pasillo tres.- ¿En qué establecimiento estás? Las compras las haces en el abasto Alpe y aquí no estas.- ¿Disculpa? – Se estaba enojando ahora ella – sabía que me tenías vigilada pero esto es demasiado, no estoy en el Alpe, vine a un sitio llamado Makro, es más grande y hay mayor variedad
Se hizo un moño alto y se metió en el baño, necesitaba estar limpia para no comprometer cualquiera evidencia, decidió que la mejor opción era bañarse, el agua caliente la ayudaría a relajarse para poder trabajar mejor. Luego de estar unos minutos bajo el agua, salió lista para empezar, se puso un atuendo cómodo y fue a la habitación que hacía de altrillo a buscar entre las cajas lo que necesitaría, sabía exactamente donde encontraría lo que buscaba, abrió una de las cajas que estaba en el fondo de la habitación sacando un maletín, lo abrió dando un largo suspiro, hacía mucho que los había utilizado y no había imaginado que los necesitaría durante un largo tiempo.Fue a la cocina, allí habían más probabilidades de conseguir cualquier tipo de elemento comprometido, comenzó a buscar huellas en la puerta de la alacena, después de acabar siguió con la tetera, el libro, la ventana de la pieza, el librero, las manillas de las habitación, la puerta de la entrada y todo utensilio que se le ocu