Veo a Aleister de espaldas tan quieto como estatua, seguramente me está esperando, me siento estúpida por lo que voy a hacer pero prefiero hacerlo a quedarme con las ganas.
levante mis brazos y tapo con mis manos sus ojos o bueno mejor dicho tapó sus lentes haciendo que se alteren.
-¿Quién crees que soy?- pregunte con una sonrisa que se vería borrada de inmediato por sus estupideces.
-La pelinegra que me coqueteo hace unos minutos- asegura, se me va toda la alegría, lo sabía es todo un ojo alegre.
-No me rete señor Thenny- toma entre sus manos las mías cuando las voy a quitar de su cara y al darse la vuelta me envuelve en sus brazos.
-Cuando hablas con ese tono logras estremecerme completamente, siento me lanzaras a
-Vamos, ya es hora que de habrás tus ojitos- hice una mueca al sentir como besaba mi cara y murmuraba palabras dulces.-Cállate y duérmete- me voltee hacia el otro lado para que dejara de interrumpir mi sueño.-Vamos mi cielo, tenemos que ir a la casa de tus papás- al terminar de hablar sigue besando mi espalda, al parecer está muy emocionado de que lo hayan invitado por primera vez a el infierno. M
Veo como mi padre cuando nos ve sonríe alegremente dejando ver aún más sus arrugas, cuando estamos cerca de él se acerca y me abraza para luego separarse y mirar de arriba a abajo a Aleister que parece que le acaban de decir que tiene que ir a la guerra obligatoriamente, su cara de nervios me da tanta gracia que me dan ganas de tomarle una foto pero me abstengo.-Veo que sigues intacto, por ahora- le habla con un tono serio, muy raro de mi papa que adora a Aleister y parece que desde el momento uno lo aceptó como uno más.-La cuido muy bien como ustedes me aconsejo- observe como la manzana de adán de Aleister se mueve para luego mirar a mi papá con desconcierto por dar consejos tan absurdos, parece que no sabe cómo es su hija pero lo que sí me desconcierta totalmente
-No puedo hacerlo- dije por segunda vez de los más asustada.- Señorita Tuell, la señora Raisa pide su presencia- negué con miedo.-Ni de coña- no iba a entrar a ese cuarto donde Raisa va a dar a luz para estar junto a ella cuando lo haga, no porque no quiera sino porque me aterra ver cómo sale un bebé por la vagina de mi mejor amiga además de otras cosas, en mi vida he presenciado cosas terribles pero nada como esto y menos cuando una noche antes he visto junto a Aleister vídeos de como nacen los bebés, vídeos que no quiero presenciar en vivo.-Si decide cambiar de opinión puede entrar- se retira la enfermera dejándome de lo más indecisa porque este ataque de nervios me ha dado cuando ya hasta estoy vestida para poder entrar, tengo la opción de quedarme fuera por mi salud mental y no ver imágenes traumatizantes pero recibir toda mi vida reproches más reclamos o entrar y admirar el milagro de la vida para luego pegarme un tiro.-Elige lo que quieras- escuche la voz de Al
Aleister. -No me convence- Exclama Jane un poco estresada por lo que despegue mi vista de mi laptop para verla discutir sola y en voz bajita, esa es mi señal para dejar de trabajar por hoy y dedicarme a ella. Me levanté del sillón y caminé hacia ella que solo está a unos cuantos pasos míos trabajando, tal y como cada noche me coloco tras de ella y masajeo sus delgados hombros. -¿Quieres un poco de té?- le pregunte al saber que eso la logra relajar. -Por favor- me incline y deje un beso en su mejilla viendo su hermosa cara por última vez para dirigirme a la cocina, al dejar calentando el agua me dirigí al refrigerador buscando algo que sea capaz de cocinar, cuando encontré los ingredientes necesarios los saque y me puse a manos a la obra.
-Tráeme otra copa- le dije al mesero cuando se me acabo mmi Martini.-En un momento señorita Tuell- esto si es vida. Estar en la playa del caribe tomando el sol en el mejor hotel del lugar sin ninguna preocupación más que de como quedara mi bronceado.
Baje las escaleras y cerré los ojos para luego extender los brazos esperando el impacto, pasan unos diez segundos y siento a un pequeño cuerpo tirarse encima de mi haciéndonos tambalear por lo que abro los ojos mientras impido que caigamos viendo a Raisa sonriéndome de lo más emocionada. Raisa luce más hermosa que cuando me fui, el amor le sienta muy bien. Le devuelvo el abrazo sintiendo un sentimiento tan agradable, cuando nos separamos ella es la primera en hablar.- Te extrañe tanto Jane, estas tan bonita, ¿por qué no me has venido a ver?- le sonrió acariciando su cabeza, mi mejor amiga, mi hermana y mi alma gemela.- Tú te vez tan bonita Raisa, mira esas mejillas rellenas, la vida del pecado te luce de lo mejor, hablando de pecadores ¿dónde se encuentra el senil de mi hermano?, no creo que te allá dejado venir sola- trato de cambiar el tema cuando veo que va a llorar,
Me encuentro ahora en la empresa principal Tuell, oh cuánto extrañaba esta empresa de solo verla recuerdo todos los momentos que pase aquí desde la niñez, cuando me sentaba en el regazo de mi padre mientras él trabajaba hasta cuando escuchaba los chismes de los empleados con Raisa, me dirijo a la oficina que ocupare en lo que estoy aquí, lo cual será más de la cuenta ya que Damián quien es ahora el presidente en mando se ausentara dos semanas por su luna de miel y esas cosas por lo cual me encargare de mi trabajo como del suyo, más jaqueca para mi, ¡que entusiasmo!. Un favor de hermanos omitiendo el hecho de que me va a pagar el triple de lo que él gana en esos días.-Señorita Tuell ya está todo acomodado y listo como lo pidió- asiento viendo que todo esté como me gusta, complacida me siento en mi silla.-Comunícate con mi secretaria que me mande por email los reportes y el trabajo faltante como el trabajo de esta semana, a ti ya te ha llegado mi agenda- hablo mientras veo por
-Más abajo- sigo viendo el arreglo pero todavía no me convence, ellos lo mueven como yo ordene.-Ahora a la derecha, no mejor a la izquierda- ellos lo hacen, ya casi queda perfecto.-Más arriba.-Aún está un poco inclinado- cuando les di un vistazo pude ver cómo me veían con cansancio y pidiendo silenciosamente clemencia, sonreí sin prestar atención a su sufrimiento concentrándome únicamente en que todo quede perfecto; cuando voy a dar otra orden pero una voz me interrumpe.-Ahí déjenlo gracias- ellos sonríen tan agradecidos dejándolo aún un poco inclinado, yo solo trato de no hacer una mueca por el disgusto.-Gracias