Samantha había escogido un traje blanco tipo taller para su reaparición en las empresas, de falda ceñida realzaba su tristeza con un pañuelo de seda gris perla Tado artísticamente en su cuello.El aire de dama sofisticada no pasó desapercibido para todos los que se encontraban esa mañana allí, al entrar en la oficina que era de Alexander, sintió un vacío en su estómago y corazón que le oprimió por unos instantes, pero respiró profundo y se repuso de su dolor con estoicismo.Ella sabía que aquella transición no iba a ser fácil, pero también tenía el temple necesario para enfrentarlo, apenas entró el vicepresidente general tocó para hablar con ella.— ¡Buenos días señora O'Sullivan!— dijo él ejecutivo — es una grata sorpresa verla está mañana por acá.— ¡Buenos días señor Wayne!— dijo ella con una tenue sonrisa — la vida continúa, Alexander no le hubiera gustado una mujer arrinconada y temerosa, porque todo este tiempo me preparo para ésto.— Me alegra mucho ver qué se siente con ánimo
Claro que la vida continúa para cada una de las personas que tuvieron que ver con Alexander O'Sullivan, en especial para su amada esposa que aún no había cumplido los treinta años y ya era una hermosa viuda y además una poderosa CEO.Eran muchos los que pretendían estar en la vida de aquella mujer extraordinaria, pero ella se tomaba las cosas con calma, tenía dos hijos y a ellos se debía principalmente, quería ser un buen ejemplo y si le tocaba volver a enamorarse quería estar consciente de que fuera un apoyo para sus pequeños y no causarles contrariedad.Estaban creciendo muy rápido, ya habían pasado desde aquel terrible día cinco años, Samuel estaba en los doce años, un adolescente muy maduro e inteligente, ese día la sorprendió con estás palabras.— Mamá, ya hace mucho que papá falleció, ¿no piensas rehacer tu vida? Eres muy joven aún, me gustaría tener un papá para conversar de vez en cuando y no extrañar tanto a mi padre ausente— le dijo Samuel.— Me imagino que si hijo, pero no
Alexander O'Sullivan era un hombre de veinticinco años, tenía siete años viviendo en Inglaterra y le gustaba la vida independiente. Aunque era heredero de una fortuna multimillonaria, le gustaba la vida sencilla, sus padres estaban en Nueva York, donde estaba la parte central de las empresas generadoras de dinero para la familia. Hasta ahora había salido con algunas chicas, pero no se había enamorado, no era muy dado a las fiestas y salidas nocturnas, le gustaba leer y escuchar música. Era de cabello claro, ojos azules, muy guapo, corpulento y de cuerpo muy formado, amaba hacer ejercicios y la vida al aire libre, montar a caballo, sentirse libre. Siempre decía, que cuando se casara era porque estaría enamorado, no concebía la vida en pareja sin amor. Esa mañana recibió una llamada de su padre, necesitaba conversar urgente con él. —¡Hola hijo! Es primordial que vengas a casa, necesito tener una conversación contigo — dijo su padre. — ¡Hola Papá! Estaba pensando en ti, quiero re
— ¡Voy a cerrar todas tus puertas, morirás como un indigente, nadie te dará trabajo— había dicho Alvin— lo juro! — Gracias papá, también te quiero— le había respondido Alex— ¡Ya veremos cuánto poder tienes! — ¡Te juro que vas a arrepentirte de esta afrenta, Alexander! — había gritado su padre. — ¡Ya callate Alvin! ¡No te das cuenta que no lograrás nada por esa vía!— había gritó su madre— te dije que Alex no es fácil de manejar, es idéntico a ti, elevado a la mil.Esas habían sido las últimas palabras que había escuchado de su padre cuando salió de la casa de ellos. La discusión había seguido en casa mientras Alexander O' Sullivan salía a enfrentar su destino sin la ayuda de su poderoso padre. — Déjame en paz Evie, ve y convencelo de que se quede y acepte, porque le irá muy mal en la vida— dijo Alvin, enojado.— ¿Convencerlo? — dijo ella— ya salió de casa Alvin, se llevó todas sus cosas, por lo menos debiste esperar a que tuviera una semana con nosotros, e ir poco convenciendo a
— ¡Gracias señora Ava!— dijo él. Llamame, mamá Ava— dijo ella— así me llaman todos acá. — Está bien, mamá Ava— dijo él— estoy muy agradecido de su ayuda. — Todavía no me des las gracias— dijo ella— cuando tengas el empleo me las das. Le dió un nombre y un número telefónico en un papel para que fuera hasta allá, al día siguiente pensaba ir y hablar con la persona que ella le sugería; estuvo pensando en la discusión que había tenido con su padre.No le gustaba estar enemistado con él, lo amaba, pero no le agradaba que le obligarán a hacer algo, quizás si hubiera usado otro método, ya no importaba, había sucedido de esa manera; esa noche se acostó con grandes esperanzas. A la mañana siguiente volvió a la calle, después de dejar su currículum en más oficinas contables, se dirigió hasta la dirección que le había anotado mamá Ava. Al llegar al lugar, vio un hermoso edificio de varios pisos, se veía que era una empresa contable muy sólida, en la entrada había un guardia al que preguntó
— Es mi padre, señora Ava— dijo Samantha. — ¡Qué sorpresa tan agradable!— dijo Ava— ¿Y que hace una princesa como tú, fuera de su castillo? La hizo pasar a un pequeño salón y se sentaron a conversar. — ¡Lo mismo que usted!— dijo Samantha. — ¡No entiendo, mi muñeca linda!— dijo Ava. — Mi padre me contó que usted se reveló contra todo convencionalismo e hizo su propia vida— dijo ella— yo quiero hacer lo mismo. — ¡Mira que chismoso es tu papá!— dijo Ava, riendo de buena gana— te quieren casar con un viejo barrigón. — La verdad ni siquiera sé quién es, pero yo me caso con alguien que yo elija— dijo Samantha. Ava suspiró al escuchar a Samantha. — Necesitas tener mucha firmeza de carácter para enfrentar lo que se te viene— dijo Ava— ¿Cual es tu plan? — Trabajar, mantenerme por mi misma y ser yo. — Eso suena ideal, pero no será así, te aconsejo que trabajes, te mantengas, pero que no seas tu— dijo Ava. — No le entiendo— dijo Samantha. — Cambiar de identidad— le explicó— si tus p
Alexander O'Sullivan, o debería decir Harry Byrne, mejor usaré el nombre de Harry para darle personalidad a la identidad que había asumido. Estaba reunido con el señor Thompson, quería ver que puesto obtendría en la empresa por el currículum que había presentado. — Mi querido muchacho, estuve meditando sobre lo delicado de tu situación,— dijo Thompson— lamentablemente yo sé quién eres, la única vacante que puedo ofrecerte es en mantenimiento. Harry Byrne se quedó mirando a éste hombre con ojos entrecerrados y dijo:— Definitivamente usted se está aprovechando de mi desgracia, usted leyó acerca de mi capacidad en las finanzas y me ofrece un sueldo por debajo de mi capacidad, usted es peor que mi padre señor Thompson. —Alexander o Harry, yo solo cuido mis intereses— dijo Thompson— y no puedo arriesgarme, además podría usar esa información para indicarle a tu padre cual es tu nueva identidad y eso me reportaría muchísimo dinero, ¿no te parece? — No puedo creer lo que estoy escuchand
Harry se sorprendió de aquello que recibía, tenía un sobre con un pasaporte y un carnet de identidad con el nombre de Harrison Scott. Harry se quedó mirando a mamá Ava y dijo:— Ahora seré Harrison Scott! ¿Usted para quién trabaja? Ella rió de buena gana y dijo:— Se lo que significa que se te cierren las puertas, con éste nombre nadie te negará un empleo digno, ya diste un salto de confianza enorme, acá está el resultado. Harry la abrazó y se puso de inmediato a corregir el currículum con mucho cuidado después de unos minutos, revisó todo muy bien en imprimió, estaba listo para mostrar a Tony Rizzo. Samantha también recibió unas credenciales con un nueva identidad, siguiendo el consejo de mamá Ava decidió elegir un nuevo nombre para que su madre no entorpeciese su oportunidad de tener un empleo y sostenerse a sí misma. Harry llegó a las siete y media, saludó a Tony Rizzo y le entregó su hoja de vida, éste revisó todo minuciosamente y dijo:— Harry, aunque te llamas Harrison, imag