Alexander O'Sullivan, o debería decir Harry Byrne, mejor usaré el nombre de Harry para darle personalidad a la identidad que había asumido.
Estaba reunido con el señor Thompson, quería ver que puesto obtendría en la empresa por el currículum que había presentado. — Mi querido muchacho, estuve meditando sobre lo delicado de tu situación,— dijo Thompson— lamentablemente yo sé quién eres, la única vacante que puedo ofrecerte es en mantenimiento. Harry Byrne se quedó mirando a éste hombre con ojos entrecerrados y dijo:— Definitivamente usted se está aprovechando de mi desgracia, usted leyó acerca de mi capacidad en las finanzas y me ofrece un sueldo por debajo de mi capacidad, usted es peor que mi padre señor Thompson. —Alexander o Harry, yo solo cuido mis intereses— dijo Thompson— y no puedo arriesgarme, además podría usar esa información para indicarle a tu padre cual es tu nueva identidad y eso me reportaría muchísimo dinero, ¿no te parece? — No puedo creer lo que estoy escuchando— dijo Harry— ¿por favor me entrega mi curriculum? — No podrás conseguir nada con este nombre, ni con el que te dió tu padre— dijo el hombre. — ¡Ya veremos!— dijo Harry— ¡Tenga un buen día señor! El salió de allí con un nudo en el estómago, qué osadía la de éste hombre, abrirle una posibilidad de que si cambiaba su nombre, le daría el trabajo que anhelaba. Si éste hombre lo hubiera tratado diferente podría aceptar limpiar todo lo que él dijera, el problema eran sus amenazas y manipulación, quería humillarlo por lo que sabía de él. Suspiró decepcionado, sabía que no iba a ser fácil conseguir un empleo digno con su padre por un lado y ahora con éste nuevo enemigo, sería cuesta arriba su vida laboral. Llegó a la residencia con el corazón apretado por los sentimientos de impotencia que sentía ante un aprovechado como Thompson. Se echó en su cama mirando al techo, necesitaba una solución y ya, sus ahorros no le iban a alcanzar para mucho tiempo, quería ir y preguntar a su padre porque era tan importante para el aquel matrimonio. Lo pensaba y entonces sentía que sería como claudicar y darle la razón a su padre, él podía salir adelante sin el apellido de su padre. Estaba pensando qué hacer, cuando algo iluminó su mente, Alvin O'Sullivan, lo bloqueaba como Alexander, ahora éste señor Thompson como Harry Byrne. Todavía tenía un as bajo la manga, estaba dispuesto a dar pelea y no se dejaría mutilar sus sueños, pero de que les ganaba, les ganaba. Oyó unos suaves toques en su puerta y se levantó a abrir, por lo menos se sentía mejor, allí estaba mamá Ava interesándose por él, le sonrió y la saludó con su mejor semblante. — Hola mamá Ava, ¿cómo estás?— dijo él. — Eso quiero saber yo muchacho; ¿cómo estás tú? Te vi salir muy temprano, me imaginé que ibas al trabajo, pero te vi regresar y encerrarte en tu habitación, ¿que está sucediendo?— preguntó ella preocupada. — Tu querido amigo, resultó ser peor que mi padre, mamá Ava, así que no hay por ese lado, esperanzas de trabajo, necesito hacer algo diferente— dijo él con resolución. — ¡Mira que pillo resultó el Thompson! Así que no quiso darte trabajo— dijo ella meditando— ¿Qué piensas hacer? — Necesito tener documentos, con un nombre diferente,— dijo Harry— con el que me conoce su amigo y obviamente al que me dio mi padre, porque con esos, no voy a conseguir trabajo en ninguna parte. — Si, definitivamente tu identidad solo debes conocerla tú, ya vimos que rufián, resultó mi supuesto amigo— dijo ella— ya se te ocurrirá algo. Salió de la habitación y se dispuso a llamar por teléfono, necesitaba mover unas pequeñas teclas, salió después de esto de cada y no volvió hasta casi la hora de la cena. Harry también había salido quería despejar la mente y mientras caminaba por los alrededores vió un restaurante, había un aviso, lo pensó y tomó el papel pegado a la puerta de vidrio y dijo:— ¡Buen día caballero! Vengo por el empleo que están solicitando. Mostró el papel, el hombre lo vió y le dijo:—¿Tienes experiencia en el área de, restaurante?— dijo el hombre. — Señor, acabo de llegar de Europa, estuve diez años fuera, pero estudié finanzas y creo que puedo enfrentar cualquier trabajo,— dijo Harry— administrar y salir adelante, no tengo experiencia en el área de restaurantes, pero puedo adquirir, póngame a prueba. — También vengo de Europa, viví más de quince años en Italia, ¿Tienes tu currículum— preguntó al hombre? — Vivo cerca, a unas cuadras de aquí, de hecho salí a dar una vuelta y salí sin documentación, tengo el currículum en casa, pero puedo ir y traerlo; ¿qué le parece? — Me parece perfecto que vivas cerca, ve y trae tu currículum y veremos — dijo el hombre. Harry dijo:— ¿Conoce usted a Alvin O'Sullivan? "Ahora si estoy en un aprieto— pensó Harry. — No creo, ¿por qué?— dijo el hombre. — Su cara me lo recuerda y pensé que eran familia. — Oh no, no tengo familia con ese apellido— dijo el hombre— mi nombre es Tony Rizzo, nací acá, pero mis padres son de Italia. — Entonces amigo Tony voy por mi currículum— dijo Harry. — ¿Por qué no te quedas? Empiezas con la prueba y mañana traes tus credenciales— dijo Tony. — ¿Hablas en serio?—dijo Harry— puedo empezar de una vez con la prueba. — Estoy abriendo éste restaurante y mañana vienen varias personas para las entrevistas laborales— dijo Tony— me gustaría que me ayudaras para que sea más fluido. —¡Excelente! Empecemos entonces, para empaparme en lo que atañe al negocio— dijo Harry. Tony Rizzo le pasó el brazo por el hombro como si fueran dos viejos amigos, estuvieron reunidos, le mostró todo lo que. Esperaba lograr con éste negocio en esa comunidad. Estuvieron reunidos desde el mediodía hasta bien entrada la noche, ya a las ocho y media se despidió Harry de su nuevo amigo y jefe. Cuando llegó a casa obviamente la cena se había servido. A él no le preocupaba ésto, había comido con Tony, pero como solucionaba lo de su currículum, eso sí le tenía el corazón arrugado. Se metió a su habitación, ya vería que le inventaba al día siguiente a Tony, apenas estaba dentro de su cuarto, tocaron a la puerta; abrió y allí estaba mamá Ava con una espléndida sonrisa. — Hola, ¿cómo estuvo el resto de tu día?— preguntó ella con optimismo. Harry procedió a contarle los acontecimientos de ese resto del día como llamó ella, mamá Ava sonrió y dijo:— No te preocupes, todo saldrá bien vamos a imprimir tu currículum nuevamente, con los cambios necesarios—dijo ella. Harry puso cara de sorpresa y la siguió al lugar donde ella vivía en la residencia, al entrar le dijo:— Te estaba esperando, ten ésto y allí tienes el computador para que hagas las correcciones correspondientes— dijo ella.Harry se sorprendió de aquello que recibía, tenía un sobre con un pasaporte y un carnet de identidad con el nombre de Harrison Scott. Harry se quedó mirando a mamá Ava y dijo:— Ahora seré Harrison Scott! ¿Usted para quién trabaja? Ella rió de buena gana y dijo:— Se lo que significa que se te cierren las puertas, con éste nombre nadie te negará un empleo digno, ya diste un salto de confianza enorme, acá está el resultado. Harry la abrazó y se puso de inmediato a corregir el currículum con mucho cuidado después de unos minutos, revisó todo muy bien en imprimió, estaba listo para mostrar a Tony Rizzo. Samantha también recibió unas credenciales con un nueva identidad, siguiendo el consejo de mamá Ava decidió elegir un nuevo nombre para que su madre no entorpeciese su oportunidad de tener un empleo y sostenerse a sí misma. Harry llegó a las siete y media, saludó a Tony Rizzo y le entregó su hoja de vida, éste revisó todo minuciosamente y dijo:— Harry, aunque te llamas Harrison, imag
Samantha o Eliza, también estaba nerviosa, sabía que en los eventos sociales siempre se reunía la crema innata de la sociedad y sus padres no estaban fuera de ese círculo. Le hubiese gustado tener una buena relación con el gerente, pero sólo había hablado con él él día de la entrevista, hasta ahora había estado sólo concentrada en su entrenamiento. Esto le había retribuido ser la Jefa de todos los meseros y meseras, tenía la habilidad de organizarse y tener memoria fotográfica, se había grabado la distribución de las mesas de manera genial y rápida. Los entrenadores de inmediato le refirieron al dueño y al gerente y le adjudicaron el cargo, estaba ya todo listo para empezar en pocas horas, cuanto una de las chicas dijo:— !Muchachas, verdad que el gerente está como para comérselo! — ¡Sí amiga, pero es tan serio!—dijo otra. — Eliza se atrevió a decir:— Ni siquiera sé su nombre. — Yo sí— dijo otra— se llama Harry Scott. — ¡Niña y quien te lo dijo— preguntó otra. —¡Oídos querida
— Oh si, no encontraba el baño y le pregunté— dijo él. — Querido, tú siempre tan perdido, los baños están de este lado— dijo Simone indicando dónde, con su mano. — Sí, qué vergüenza, ya la empleada me indicó— dijo él. — Por lo menos te mejoró el humor— dijo ella. — Si, voy al baño— dijo Arnold saliendo hacia el lugar. Eliza se quitó de inmediato de la línea visual de su madre, no podía arriesgarse, después de sentirse a salvo, abrió su mano y vió que su padre le había dejado una muy jugosa propina. Sonrió y se sintió más tranquila, ya iba a tener oportunidad de hablar con su papá. Simone olvidó el incidente y se concentró en disfrutar del evento, se estaba divirtiendo de lo lindo con sus amistades importantes. A media noche todo se fue apagando, poco a poco el lugar quedó vacío, sólo los empleados estaban allí, recogiendo,arreglando, limpiando, todo había sido un éxito. Muchos de los empleados, empezaban a trabajar al día siguiente a partir de las nueve de la mañana, otros
Un día nuevamente de trabajo intenso en el restaurante en especial para los que servían las mesas, las reservaciones no cesaban, ya que la comida italiana que se sirve es de primera. Harry estaba más relajado y desde su oficina con ventanales panorámicos, oscuros para los de afuera, claros para él que observaba cada movimiento, primero desde las cámaras y si quería ponerse de pie, también tenía un paisaje laboral muy óptimo. Ese día entró a trabajar una nueva chica, quien ayudaría a Harry en la administración, era guapa y apenas vió a Harry se dijo:—" Este hombre tiene dueña, es decir, es mío y de nadie más. Era una mujer de unos treinta años, morena, de inmediato buscó tener amistad con Harry. — Hola, mi nombre es Marleny— dijo con voz muy suave— mucho gusto. — Hola Marleny, bienvenida al restaurante—dijo Harry— estuviste quebrantada de salud el día de la inauguración, me dijo Tony. — ¡Oh sí, me resfrié, pero hoy, estoy bien— dijo ella. — Como verás hay bastante que hacer ac
— No desea que el hombre que la trajo hasta aquí, quien la recomendó como abogado, se entere acerca de su situación— preguntó Rizzo. — Así es señor, usted cree que puede guardame el secreto— dijo Eliza. — Él es el gerente, pero le prometo que encontraré una solución— dijo Tony Rizzo. En ese momento entró Harry y Tony Rizzo le dio instrucciones en donde estaría Eliza y cuál sería su nuevo horario en el trabajo. Le explicó que después traería sus títulos, para corroborar sobre sus conocimientos. — A partir de hoy mismo se encargará de la parte legal del restaurante,— dijo Rizzo— señorita Gagnon. — Gracias señor Rizzo por ésta oportunidad— dijo ella. — Haz tu trabajo y demuestra a tu familia que saldrás adelante puntualizó él. Harry se sintió complacido de poder guiar a Eliza a su nuevo sitio de trabajo, ella pidió ir a casa cambiarse de ropa para estar a la altura de lo que representaba. Una hora más tarde entraba al restaurante como toda una ejecutiva de leyes, algunas de
— ¡Oh no señor Scott! — dijo Arnold— no le agrada mucho la comida italiana, por eso de la dieta.— Es cuestión de traerla y presentarle nuestro plato estrella para enamorarla— dijo Harry. — Simone no es tan fácil de persuadir— dijo Arnold— mi esposa es una mujer muy áspera, ella es quien lleva las riendas de los negocios, claro que con mis estrategias. — ¡Caramba! Entonces son un gran equipo, sus consejos y el don de mando de ella, deben darle excelente resultados— dijo Harry. — Si somos un gran equipo— dijo Arnold— es un complemento, ella es la cabeza y yo el cuello, la cabeza va donde el cuello le indica. Todos rieron ante el buen comentario. — Es una excelente alegoría— dijo Tony Rizzo.—En lo único que no logro llevar la cabeza testaruda es en tener una buena relación con mi hija, son como agua y aceite— dijo Arnold. Eliza se incomodó un poco, pero nadie lo notó. — En eso no se puede mandar, tampoco yo me llevo con mi padre desde muy temprana edad— dijo Harry— a él le gust
— Si se come bien — dijo Arnold. La mente de él volaba pensando que podía suceder si Simone descubriera que Samantha estaba precisamente en ese lugar, que alivio que Tony le hubiera dado la oportunidad de trabajar en las oficinas. Por los momentos no había nada de qué preocuparse, pues difícilmente el personal administrativo deambulaba por las instalaciones donde estaban las mesas. Ese viernes quedaron en verse a la una de la tarde en el restaurante de Tony Rizzo, ya Arnold había advertido a Eliza sobre el posible peligro que habría si bajaba a almorzar o si iba a caminar por allí. Estaba Eliza recibiendo el mensaje de su padre, cuando Harry entró a la oficina y vio su rostro contrariado y preguntó:— ¿Sucede algo Eliza?—¿Por qué lo pregunta— dijo ella— aparentando estar tranquila. — Su rostro se mostró contrariado, como. si recibiera una noticia no muy buena— dijo Harry. —¡Oh, es usted muy observador— dijo ella— ¿Recuerda a la mujer del día de la inauguración? Que me detesta.
— ¿Te gusta Eliza Gagnon?— dijo Harry— ¿y tú le gustas? — Por eso quiero crear salidas juntos para buscar un acercamiento— dijo Tony— ¿Me ayudas en esa tarea? — ¿Por qué crees que yo pueda ayudarte? — dijo Harry intrigado. — No se, se me ocurrió que tú tienes más acceso a hablar, en cambio yo soy jefe— dijo Tony. — Haré lo que pueda amigo, pero no te prometo mucho, no me veo de Cupido o casamentero— dijo Harry. — Bueno, de todas maneras le haré la lucha, mira lo que le compré— dijo Tony— ¿crees que le guste? Ya Harry a éstas alturas se sentía incómodo ante la insistencia de Tony de hacerlo partícipe de sus deseos de conquistar, justamente a la única chica que hasta ahora le había movido el piso. Era un hermoso par de aretes que haría suspirar a cualquier chica. — Eso deberías preguntarle a ella— dijo Harry. Se sintió celoso al ver el regalo de su amigo para Eliza, su rostro debió reflejar lo que sentía porque Tony dijo:— ¿Te enojaste?— la voz de su amigo sonaba contrariad