Extra 1

Noche de bodas

Me matan los pies cuando subimos al ático de Nathan, o bueno, ahora nuestro. La he pasado muy bien en la pequeña fiesta y el dolor en mis tobillos es la fiel prueba de ello. Mi esposo me observa trastabillar con el ceño fruncido y me rio, aún sigue siendo un ogro enojón.

Estás lastimada gruñe y ruedo los ojos.

Solo estoy cansada, a toda mujer le pasa luego de bailar varias horas con tacones

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