El sol se filtró por el resquicio del blackout que la extensa cortina no alcanzaba a cubrir por un milímetro que solo podía ser detectado si se tenía la suerte de Emily en ese momento, cuando, a dieciséis grados exactos del punto por el que se filtró el rayo del astro rey este coincidió con sus pequeñísimos ojos cerrados, quemando los párpados peor que si fueran los de un vampiro.
—Aaaaaaaaayyyyyyy —Se lamentó la joven, con el mismo tono de voz que hubiera empleado una momia luego de que su sueño de trece mil años fuera interrumpido por un curioso arqueólogo—. Maaaaarrrrrccccchhhh, el soooool. Aaaaaaaayyyyy.
Después de quince minutos de una quemadura que comprometía su salud mental en el cortísimo plazo, Emily se d
Abrió los ojos al sentir algo extraño a su lado. Era como un muñeco de felpa, pero menos peludo, aunque suave y mullido. Primero pensó que debía ser Emily, a la que a veces le gustaba pasarse a su cama, en especial si había trasnochado viendo una película de terror, pero era demasiado grande y pesado para ser ella, mucho más menuda y delgada, incluso era unos centímetros más bajita que ella, contrario a lo que estaba estorbando su sueño, que era pesado y enorme.Con los párpados todavía a medio despegar, no reconoció lo que era, envuelto en un barullo formado por las sábanas y el cubrelecho. A punto estuvo de descubrirlo cuando, al estirar su brazo, sintió que estaba desnuda.«¡Miércoles!», pensó al
Ya de regreso en casa, y habiendo dormido en sus habitaciones, Emily y Marge realizaron, editaron y subieron no solo el video de las sugerencias ganadoras del concurso para “poner en jaque” a Javier, sino también el que anunciaba la encantadora noticia que le daba un final feliz a la presión que los seguidores de EmiCrusher habían ejercido sobre el renuente multimillonario e hizo realidad el sueño de la influencer de contraer matrimonio con el apuesto dueño de una de las principales criptomonedas del mundo.—Estoy muy feliz y quiero agradecerles a todos ustedes su apoyo —dijo Emily en el especial que realizó por el feliz anuncio de su boda, que se llevaría a cabo en menos de veinticinco días—. Este será un mes lleno de concursos, especiales, streams y juegos en vivo, en el que les estaré dando exclusivas sob
La llamada se prolongó más de lo que Marge consideraba conveniente y eso solo podía significar que iba a haber problemas, o que ya los había, pero que estaban por empeorar. No pudiéndose concentrar en su trabajo, por la ansiedad que cada minuto se hacía menos tolerable, Marge se acercó a la puerta de la habitación de Emily para intentar escuchar cualquier cosa que le diera una idea de lo que estaba sucediendo. Cuando llegó y, oyendo solo un lejano murmullo, adhirió su oreja, con la esperanza de escuchar mejor, la puerta se abrió contra su cara.—¡Ay!—¡Qué haces, chismosa!—Lo siento, lo siento. —Se disculpó Marge—. Es que no podía soportarlo más, te demoraste un mont&oac
El taxista tardó casi veinte minutos en acomodar el equipaje de la mamá de Emily y, pese a tener un vehículo con un baúl grande, las tres mujeres debieron estrecharse en el asiento trasero para dar espacio a las maletas de Estefanía, a las que tampoco bastó con ocupar el asiento del copiloto.—¿Es que piensas quedarte a vivir conmigo y te has empacado la sala? —preguntó Emily cuando, exasperada, vio que casi tuvo que cargar a Marge en sus piernas para que cupieran en el taxi.—No seas exagerada, chiquita, que son solo unas cositas —contestó Estefanía—. Lo indispensable para el tiempo que queda hasta tu boda.—Te apuesto que se alarga a dos o tres años, después de tu boda —susurró
Cuando Emily regresó del baño, encontró a Marge escuchando, con la mirada inquieta, al hombre que se había apropiado de su puesto. Pensó en rescatarla llevándola a bailar, pero eso implicaba dejar la mesa sola y la posibilidad de perder las botellas. Sin saber qué hacer, pensó en sentarse e intentar alejar al invasor con alguna conversación desagradable, pero antes de que pudiera poner su lindo trasero en el sillón, vio venir a su madre, acompañada de un apuesto joven que tenía la edad para ser el hermano de Emily.«Nunca va a cambiar», pensó.—Ven, vamos a bailar —dijo Emily al llegar a la mesa, tomando la mano de Marge.—Espera, chiquita, quiero que conozcas a Michael. —Escuc
El estado de humor de Emily no estaba para hacer videos, tampoco para jugar videojuegos, ni siquiera de forma individual, y Marge tuvo que suplir su falta de ánimo haciendo publicaciones de fotos pasadas y lanzando una encuesta sobre el mejor sitio para realizar la despedida de soltera, anticipándose así a las locuras que Estefanía pudiera tener en mente, además de no perder el contacto con los seguidores.En tanto, Emily estaba encerrada en el cuarto de Marge, después de la invasión que su mamá hiciera del suyo, mirando la pantalla del celular con el número de su papá, sin atreverse a marcarle, pero deseando hacerlo. Solo bastaba con que su dedo se impulsara y presionara la tecla verde, nada más, un paso tan simple, pero complicado al mismo tiempo.Cuando su mamá ll