—No hablemos de eso, es pasado —pidió Danna—. Lo que más deseo ahora es estar a tu lado, ser felices y poder hacer que esto funcione. —Hubo un momento de silencio— lo de ayer fue algo que se me salió de control, tenía mucha rabia y perdí la razón de todo. Me comporté como una completa loca, lo siento mucho Daniel, por favor, perdóname –las manos de Danna jugaban entre sí mientras tenía la mirada clavada en ellas.
El reloj suspendido en una pared blanca a unos metros de distancia de Danna hacía un sonido con sus manecillas. Era lo único que comenzaba a escucharse en el cuarto mientras la tensión se paseaba alrededor de la pareja.
Daniel apretó sus labios y después mordió su labio inferior, dejó salir un suspiro y volvió a donde estaba Danna. La abrazó fuertemente y besó su frente.
—Bi
—Todo está bien, de hecho, se ve demasiado bien para ser verdad —dijo Danna a su amiga Sara—. Daniel está muy callado e intenta esquivarme cada vez que puede.—¿Y no le has preguntado?—¿Preguntarle qué? —Danna dejó salir un suspiro— ahora se fue a un viaje de negocios y no estará para el cumpleaños de su hermana.—¿Y hay problema en eso?Danna rodó la mirada por toda la cafetería de la universidad.—Me da miedo —confesó mientras inclinaba la mirada a su jugo de mandarina—. Siento que lo estoy perdiendo, que hay otra detrás de todo esto.—Danna, ¿en realidad crees que Daniel sería capaz de serte infiel?—No lo sé —Danna se recostó al espaldar de la silla—. Intento pensar que, por más problemas que hemos tenido, Daniel no s
—Bueno ya que este sábado no tenemos nada planeado podemos ver películas —decía Flor a Belinda que estaba con ella para pasarse el día en la casa.—Buenos días —saludó Daniel entrando al patio, Belinda saludó también y quedó boquiabierta al ver lo atractivo que era el hombre— ¿dónde está mi hermano?—Fue a buscar a un amigo que se perdió al tratar de llegar a la casa —respondió Flor de lo más casual.—¿Es que acaso le dio la dirección mal? —preguntó Daniel.—Ni idea.—Me tengo que ir. Por favor, cuando regrese le dices que mamá volvió a llamar y dijo que fuera a la casa, tiene semanas sin verlo y quiere pasarse un sábado con su hijo.—Claro —dijo Flor sonriente.Daniel vio la hora en su reloj de mano, ese acto dej
—Oye no... Ve tras ella —contradijo Belinda.—¿Cómo crees que debe perseguirla? Sería peor, acaban de discutir —dijo Manuel a Belinda.—Pero si deja esto así es peor, deben solucionarlo.—¿Tú qué sabes de relaciones?—No mucho, pero soy mujer y sé que en estos momentos es cuando una mujer desea que su novio vaya a pedirle perdón y aceptar que es un completo idiota, no como otros que prefieren mandar todo al carajo —eso último Manuel sintió que fue como una pulla en su espina dorsal y por más que quisiera contenerse sentía que no era justo que ella criticara cómo eran sus relaciones ¿qué sabía ella de su estado sentimental?—¿Tú qué sabes de mis relaciones niña rara? ¡Si lo único que sabes hacer es comportarte como una retrasada mental! Po
Flor bajó la mirada, se sentía intimidada al estar cerca de Alex, su corazón latía fuertemente con el solo hecho de tenerlo cerca, pudo ver que todavía había algo dentro de ella que seguía esperanzado con el romance que llegaron a tener. Alex se sentó a su lado.—Sé que no soy la persona más indicada para preguntar por qué estás llorando, terminamos muy mal ¿verdad? Me enteré que esa noche tu tía murió, lo siento mucho, de alguna manera siento que tengo algo que ver con su muerte.—No tienes nada que ver con ello, la única responsable fui yo —Flor lo miró fijamente.—Me siento muy arrepentido por haberte hablado de esa manera Flor, no tuve que haberlo hecho, fui un idiota al dejarte ir. Ahora lo sé; después que te fuiste de mi lado entendí que en realidad me gustabas, me gustas aún.
Andrés estaba sentado junto con Manuel en el quiosco, nadie decía nada, Andrés solo pensaba en una forma de disculparse con Flor ¿por qué le había hablado de esa manera? Se sentía la peor persona del mundo.—¿Por qué Belinda se enojó tanto conmigo? —preguntó Manuel muy confundido.—¿No es obvio? —preguntó Andrés— ella gusta de ti y es muy sensible.Manuel estaba muy sorprendido, nunca lo había imaginado, para nada... Ahora sabía que debía disculparse con ella, aunque, él no podía corresponderle, no quería tener nada con nadie, estaba muy concentrado en sus estudios, pronto se graduaría y se iba a mudar de país ya que prácticamente toda su familia estaba por fuera.Daniel llegó al restaurante para verse con Camila, la vio con un vestido negro
—Danna... No estés furiosa, solo fueron unos tragos y ya —dijo Daniel bastante sonriente.—No me digas nada, se suponía que debías regresar temprano y no lo hiciste, ya todos están aquí y lo peor es que regresas ebrio a la casa.—No estoy ebrio, sabes que es difícil que los tragos se me suban a la cabeza —reprochaba Daniel, Danna no le prestó atención y salió del baño.Daniel no sabía la razón del por qué le mentía Danna, tampoco el estar viéndose con aquella mujer, solo traería problemas a su hogar. No deseaba hacerle daño a Danna, ella se comportaba muy bien con él y era una esposa muy amorosa que le tenía mucha paciencia. Además, sabía que Danna era muy astuta y podría darse cuenta de sus encuentros con Camila.Flor por fin llegó a la casa, todos estaban cenando y
Se había acabado la pequeña reunión y todos se marcharon, Flor estaba sentada en el quiosco, se veía muy triste. Andrés decidió no hablar con ella por esa noche, sabía que estaba tomando una decisión difícil, la conocía y la mirada de Flor le rogaba tiempo.Mientras, Danna sabía que Flor necesitaba un consejo de alguien mayor que ella, por lo que decidió acercarse a platicar serenamente.—Danna, lo siento, yo...— dijo Flor cuando la vio acercarse.—No voy a preguntarte dónde estabas, confío en ti, sé que no hacías algo malo y sé que te sucede algo —Danna se sentó a su lado— ¿qué sucede? —Flor bajó su mirada y la dejó puesta en la mesa redonda.—Danna, lo que sucede es que yo... tengo una relación con Andrés.—Eso ya lo sé.
Habían llamado a Danna, su hermana estaba mal en el hospital, el doctor le informó en el estado que se encontraba el cáncer de Brenda y el poco tiempo de vida que le quedaba. Ella se acercó a Camilo que se veía destrozado, estaba tirado en el piso, tenía su cabeza recostada en la pared blanca mientras dejaba salir las lágrimas.Danna se sentó a su lado.—Llegué al apartamento y la vi acostada en la cama, intenté despertarla, pero ella no respondía, me asusté mucho, yo no quiero perderla, no sé qué voy a hacer si no la tengo a mi lado —dijo Camilo mientras soltaba el llanto, Danna lo abrazó al darse cuenta que el muchacho estaba destrozado— tengo miedo Danna, no quiero que se vaya, quiero que se quede conmigo —Camilo soltó un grito— la vida es muy injusta.Danna dejó que sus lágrimas corrieran en silencio mien