Camila llevó los platos a lo que supuso Daniel, era la cocina. Después salió con un pocillo de café en sus manos.
—No hay nada mejor que un buen café —soltó la joven mientras desplegaba una sonrisa.
—¿Podrías darme mi cartera? Por favor —pidió Daniel bastante serio al ver que aquella chica era muy parlanchina y no tenía pensado salirse de él tan fácilmente.
—Relájate, lo menos que necesito en esta mañana es que alguien me estrese con su voz mandona —dijo Camila y después tomó un sorbo de café—. Te puedo dar algo de café mientras descansas un raro.
—No soy de los que se toma el día libre por una jaqueca, mi tiempo no me lo permite —explicó Daniel mientras caminaba por la sala del apartamento lentamente—. Solo vine por mi cartera.
—¿Cr
La vida poco a poco nos va quitando lo que no apreciamos y cuando reaccionamos es demasiado tarde. Danna ese día no tenía cabeza para nada ya que se sentía muy mal por lo que estaba haciendo, sabía que era su responsabilidad arreglar el daño que había hecho, pero no tenía ni la más mínima idea de cómo hacerlo.Tenía muy claro que no se trataba de las típicas discusiones que por lo regular solía tener con Daniel. No, esta vez tocaron fondo y parecía que no podrían salir de aquel profundo pozo.Flor dejó salir un bostezo y después se acomodó su cabeza en la almohada, su mirada quedó fija en el perfil de Andrés quien se encontraba muy concentrado viendo la pantalla de su celular.—Andrés —lo llamó.—¿Sí?—¿Qué piensas hacer cuando nos
—Qué mal —soltó Flor, comenzaba a agradarle aquella joven—. ¿Cómo te llamas?—Belinda, ¿y tú?—Flor.Las jóvenes hablaron por unos minutos más y después decidieron salir del baño. Al hacerlo, Flor vio a unos metros de distancia de ellas a Andrés.—Mira, ahí está mi novio —informó mientras desplegaba una sonrisa.Ellas se iban a acercar, pero, de la nada, Belinda se detuvo e intentó no mirar hacia el frente.—¿Qué sucede? —preguntó Flor.—Es que, ahí está el chico que me gusta —respondió Belinda.—¿Dónde? —la joven comenzó a buscar con la mirada.—Se acaba de acercar a tu novio.—¡¿Es ese?! —Flor dejó salir un pequeño grito de em
—No hablemos de eso, es pasado —pidió Danna—. Lo que más deseo ahora es estar a tu lado, ser felices y poder hacer que esto funcione. —Hubo un momento de silencio— lo de ayer fue algo que se me salió de control, tenía mucha rabia y perdí la razón de todo. Me comporté como una completa loca, lo siento mucho Daniel, por favor, perdóname –las manos de Danna jugaban entre sí mientras tenía la mirada clavada en ellas.El reloj suspendido en una pared blanca a unos metros de distancia de Danna hacía un sonido con sus manecillas. Era lo único que comenzaba a escucharse en el cuarto mientras la tensión se paseaba alrededor de la pareja.Daniel apretó sus labios y después mordió su labio inferior, dejó salir un suspiro y volvió a donde estaba Danna. La abrazó fuertemente y besó su frente.—Bi
—Todo está bien, de hecho, se ve demasiado bien para ser verdad —dijo Danna a su amiga Sara—. Daniel está muy callado e intenta esquivarme cada vez que puede.—¿Y no le has preguntado?—¿Preguntarle qué? —Danna dejó salir un suspiro— ahora se fue a un viaje de negocios y no estará para el cumpleaños de su hermana.—¿Y hay problema en eso?Danna rodó la mirada por toda la cafetería de la universidad.—Me da miedo —confesó mientras inclinaba la mirada a su jugo de mandarina—. Siento que lo estoy perdiendo, que hay otra detrás de todo esto.—Danna, ¿en realidad crees que Daniel sería capaz de serte infiel?—No lo sé —Danna se recostó al espaldar de la silla—. Intento pensar que, por más problemas que hemos tenido, Daniel no s
—Bueno ya que este sábado no tenemos nada planeado podemos ver películas —decía Flor a Belinda que estaba con ella para pasarse el día en la casa.—Buenos días —saludó Daniel entrando al patio, Belinda saludó también y quedó boquiabierta al ver lo atractivo que era el hombre— ¿dónde está mi hermano?—Fue a buscar a un amigo que se perdió al tratar de llegar a la casa —respondió Flor de lo más casual.—¿Es que acaso le dio la dirección mal? —preguntó Daniel.—Ni idea.—Me tengo que ir. Por favor, cuando regrese le dices que mamá volvió a llamar y dijo que fuera a la casa, tiene semanas sin verlo y quiere pasarse un sábado con su hijo.—Claro —dijo Flor sonriente.Daniel vio la hora en su reloj de mano, ese acto dej
—Oye no... Ve tras ella —contradijo Belinda.—¿Cómo crees que debe perseguirla? Sería peor, acaban de discutir —dijo Manuel a Belinda.—Pero si deja esto así es peor, deben solucionarlo.—¿Tú qué sabes de relaciones?—No mucho, pero soy mujer y sé que en estos momentos es cuando una mujer desea que su novio vaya a pedirle perdón y aceptar que es un completo idiota, no como otros que prefieren mandar todo al carajo —eso último Manuel sintió que fue como una pulla en su espina dorsal y por más que quisiera contenerse sentía que no era justo que ella criticara cómo eran sus relaciones ¿qué sabía ella de su estado sentimental?—¿Tú qué sabes de mis relaciones niña rara? ¡Si lo único que sabes hacer es comportarte como una retrasada mental! Po
Flor bajó la mirada, se sentía intimidada al estar cerca de Alex, su corazón latía fuertemente con el solo hecho de tenerlo cerca, pudo ver que todavía había algo dentro de ella que seguía esperanzado con el romance que llegaron a tener. Alex se sentó a su lado.—Sé que no soy la persona más indicada para preguntar por qué estás llorando, terminamos muy mal ¿verdad? Me enteré que esa noche tu tía murió, lo siento mucho, de alguna manera siento que tengo algo que ver con su muerte.—No tienes nada que ver con ello, la única responsable fui yo —Flor lo miró fijamente.—Me siento muy arrepentido por haberte hablado de esa manera Flor, no tuve que haberlo hecho, fui un idiota al dejarte ir. Ahora lo sé; después que te fuiste de mi lado entendí que en realidad me gustabas, me gustas aún.
Andrés estaba sentado junto con Manuel en el quiosco, nadie decía nada, Andrés solo pensaba en una forma de disculparse con Flor ¿por qué le había hablado de esa manera? Se sentía la peor persona del mundo.—¿Por qué Belinda se enojó tanto conmigo? —preguntó Manuel muy confundido.—¿No es obvio? —preguntó Andrés— ella gusta de ti y es muy sensible.Manuel estaba muy sorprendido, nunca lo había imaginado, para nada... Ahora sabía que debía disculparse con ella, aunque, él no podía corresponderle, no quería tener nada con nadie, estaba muy concentrado en sus estudios, pronto se graduaría y se iba a mudar de país ya que prácticamente toda su familia estaba por fuera.Daniel llegó al restaurante para verse con Camila, la vio con un vestido negro