Capítulo 43

Estuvieron así por un corto tiempo, solo sintiendo sus cuerpos darse calor. Danna intentó calmarse, le apenaba el que siempre colapsara en llanto en momentos delicados. Se dio cuenta que solo era una niña mimada que no podría solucionar los problemas por sí misma. Sabía que debía arreglar esa parte de su personalidad si deseaba poder hacer avanzar su matrimonio, tenía que ser una mujer fuerte que estuviera a la altura de Daniel.  

Se sentaron en la cama después que la tensión desapareció de la habitación. Daniel en aquel momento era muy tierno con ella, le daba pequeños masajes sobre su espalda mientras intentaba tranquilizarla.

—¿Es cierto que me estabas esperando para salir? —preguntó Danna al ya haber dejado de llorar.

—Humm… —musitó Daniel—, sí, quería que arregláramos las cosas.

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