Cassandra.

Al día siguiente me levanto muy temprano, por alguna razón no podía dormir, supongo que debe ser por la preocupación, todo ha sido tan rápido que no he podido procesarlo, aún menos el hecho de que Berta no esta conmigo y no me espera en la cocina cuando baje. No quiero afrontar ese hecho, porque ella es como mi madre, le tengo el amor de una y no me imagino que haría si no despertara.

Aún así trato de mantenerme lo más tranquila posible, después de todo, puede afectar a mi salud y es lo que menos necesito en este momento. Salgo de mis pensamientos para meterme a la ducha y minutos después escucho que la puerta se abre, Dominic entra conmigo en la ducha y una sonrisa se cuela en mis labios, poco hemos tenido tiempo para nosotros dadas las circunstancias, por eso en lo que sus manos se cuelan por mi cintura lentamente me giro para unir mis labios con los suyos con desespero.

Extrañe esto, y mucho.

El me corresponde con sorpresa sin embargo con la misma intensidad que yo, sus