Cassandra Morgan
El resto de la tarde se fue en un chasquido, tan pronto como llegue a mi oficina salí siendo llamada por Mylie quien afirma haber encontrado a los culpables del robo, quienes resultaron ser tres empleados del área de producción, en camino hacia allá aunque ya lleve más alcohol que sangre en mi cuerpo no me impide recordar el inconveniente con el sujeto, no tengo idea si lo llamaron pero no quiero saberlo, después de todo no me importa.
Es un cretino de lo peor.
Llegamos a la sala de juntas donde el silencio reina, solo hay tres personas, las responsables de hacerme perder mi tiempo y pasar toda la tarde aquí en vez de en mi cama o la boutique. Cualquiera de las dos me hubiera servido.
—Sabían que la verdad saldría a la luz y aún así me hicieron perder el tiempo—suelto con frialdad.
—Lo siento jefa, no fue lo que...
—No me interesa lo que tengan que decir, están despedidos—los tres me miran con enojo y por consiguiente se levantan para irse pero no se van bien librados—Les daré quince días para hacer una transferencia con el equivalente a la mercancía que robaron y... ¿Mylie?
La rubia levanta la mirada de su laptop y la centra en mi con interés.
—¿Si?
—Trae a Dominic.
Los tres hombres se miran entre sí y yo les señalo las sillas, obedecen sin rechistar sabiendo que puedo hacer sus vidas miserables si siguen jodiendo la mía.
Media hora después Dominic cruza las puertas, no tengo energías para discutir el tiempo que ha tardado pero una vez se sienta me dirijo a los ladrones.
—Le darán una disculpa a Dominic por haberlo inculpado.
—¿Que? Desde luego que no haremos eso.
Alzo mis cejas ante la negativa de uno de ellos y los demás lo apoyan.
—¿Alguno de ustedes sabe la influencia que tengo aquí en Francia?
La sala se sume en un profundo silencio el cual me dedico a romper.
—Si quieren que las cosas sean así pueden irse—se levantan rápidamente pero al escucharme hablar se detienen—Pero si salen sin darle la apropiada disculpa que merece me encargaré de que no pueden trabajar en ningún lugar de este país.
Los segundos pasan y el silencio se hace cada vez más incómodo, uno de los tres se acerca a dominic y extiende su mano.
Este la toma con seriedad y finalmente el hombre habla.
—Siento mucho lo que ha pasado, ha sido nuestro error.
Los demás salen enojados y me sorprende que sea así, no tienen ningún tipo de temor, lo que me hace pensar que tal vez no están aquí por trabajar en realidad.
El sujeto sale con la cabeza agacha y Mylie suspira, hasta ella siente la tensión que hay en el ambiente.
Escucho la silla de Dominic correrse y seguido de eso se acerca, por alguna razón comienzo a sentirme repentinamente nerviosa pero no me muevo, solo desvió la mirada de mi amiga hacia el y ahí es donde noto que me tiende una carpeta.
La confusión me invade al abrirla y encontrar en ella una carta de renuncia.
¿Que diablos?
—¿Renuncia? ¿No necesitas el empleo? —pregunto confusa y el asiente.
—Necesito el empleo, pero no me quedaré soportando injusticias.
Sin dejarme responder sale de la sal dejándome pasmada. Miro a Mylie quien se haya igual de sorprendida que yo.
¿Por qué renunciar a un buen trabajo si necesita el dinero?
No lo entiendo, si de verdad necesitara el empleo me quedaría todo lo que pudiera, tan siquiera hasta conseguir otro pero solo se fue.
—Investigalo, tambien quiero nombres de los dos imbeciles que se fueron sin disculparse.
Mi amiga y asistente asiente antes de comenzar a trabajar en la computadora.
Ese chico es demasiado extraño, además de que es la primera persona que no se derrite ante mi con solo verme, la mayoría de los hombres dejan su baba al pasar por mi lado pero... ¿Por qué el no?
(...)
Habían pasado algunos días desde que Armando se fue y yo ya estaba al borde del colapso, se supone que ya debía tener algunas opciones para mi boda sin embargo a estas alturas faltando menos de un mes no tengo absolutamente nada, mis opciones se reducen a tres personas las cuales dudo mucho que acepten.
Y es que quien aceptaría casarse en menos de un mes, la única forma es ofrecer mucho dinero a alguien codicioso que acepte un contrato de al menos un año, toda Francia sabia que me casaría con Armando, llevar otro hombre al altar hará un gran escándalo, sin embargo cancelar la boda lo hará aún peor.
—¿Ya me dirás que diablos te pasa? Tienes días irritante Cass—escucho la voz de Mylie a mi lado, estamos en la empresa haciendo algunos papeleos, sin contar con que dentro de media hora tenemos una reunión con un nuevo socio, necesitamos firmar contrato con el, hacerlo nos dará múltiples beneficios aún mejores que los que ya tenemos en la industria.
Me enfrento a mi amiga dado que ya no me queda de otra, llevo muchos días ocultándole la verdad.
—Armando se ha ido.
Su boca amenaza con llegar al suelo pero se contiene para empezar con su interrogatorio, la conozco tan bien...
—¿QUÉ? ¿DE QUÉ HABLAS?—le doy una mala mirada al ver que algunas personas que iban pasando por el pasillo se han quedado viendo.
—Baja la voz—observo como se acomoda y continúo—Se fugó con Helen, hace una semana, dejo una nota y se fue del país, ni siquiera contesta las llamadas.
—¡QUEEE! ¿Y cómo es que sigues llevando ese anillo? ¡Yo lo sabía! Esa chica me daba mala espina.
—Tengo que seguir llevando el anillo, no puedo armar un escándalo—explico, niega con la cabeza decepcionada.
—El escándalo es algo seguro cuando se anuncie que se cancela la boda.
—No la cancelaremos—digo con la seguridad que no siento.
—¿Y con quien te casaras? ¿Con su foto o un fantasma?—su sarcasmo me molesta pero al mismo tiempo me divierte.
Eso es lo mejor de Mylie, sus ocurrencias son las mejores.
—Tengo que conseguir un esposo, tan siquiera temporal, no puedo dejar que me tomen de cornuda—mi amiga se me queda viendo durante unos segundos y se que está pensando opciones.
—¿Y si le pides a Jamie que se case contigo? Seguro acepta—niego con la cabeza.
—Me divorciaria a los dos días.
Me quedo pensando las opciones y siento que ninguna encaja, no puede ser alguien que ya hayan visto conmigo, será demasiado obvia la falsedad del asunto, tiene que ser alguien que no todos conozcan, incluso si no lo conozco seria más fácil.
Gruño frustrada después de hablar un buen rato con Mylie y sopesar las opciones es que tenemos, ninguna es lo suficientemente creíble, sin embargo, no son tan malas.
Escucho un ruido extraño y veo como señala su telefono.
—Ya es hora de la reunión, procura aliarte con este sujeto, tiene mucho dinero y sus empresas contrastan perfectos con las tuyas, además que necesitamos recuperar las últimas pérdidas.
Me arreglo con rapidez dejando mi cabello negro suelto y retoco un poco mi maquillaje.
Al terminar salimos de mi oficina caminando en dirección a la sala de juntas, creo que es el único lugar que visito cada vez que vengo, al llegar me extraño al ver a dos guardaespaldas de pie junto a la puerta, ambos me dejan pasar y Mylie les echa un ojo, a decir verdad no están nada mal.
Al entrar hago un escaneo rápido a la oficina, me acerco a la persona sentada en uno de los últimos asientos y cuando voy a extender mi mano me quedo de piedra al reconocerlo, sus ojos grises me escanean de arriba abajo sin disimulo y una sonrisa se forma en sus labios al captar mi sorpresa.
—¿Tu?
—Me presento, mi nombre Dominic Laurent, es un placer conocerla señorita Morgan.
Me siento frente a el invitándolo a sentarse y puedo ver su diversión al verme tan descolocada.
—¿Quieres explicarme quién eres?—espeto sin amabilidad.
—Ya te lo he dicho.
—Tu nombre no responde a mi pregunta, ¿Que haces aquí?—Mylie se encuentra tan sorprendida como yo sin embargo se mantiene en silencio revisando su computador.
—Hace un mes concretamos esta reunión, en el correo especifique el nombre de las empresas que manejo, mi nombre y también que puedo aportar a sus empresas, como sabrás soy figura pública tanto aquí en Francia como en Italia, sin embargo imagino por su sorpresa y su reacción del otro día que no investigo absolutamente nada acerca de mi.
Su sonrisa de satisfacción quisiera quitársela de un golpe sin embargo me contengo porque quiero hacer negocios con el, a pesar de haberme engañado y haberse hecho pasar por trabajador de aquí.
¿Como lo hizo? No tengo idea, en primer lugar cambio su apellido y se infiltró sabrá Dios para que, no se que imagen tenga de nosotros ahora, aunque poco me importa su opinión, necesito que acepte el negocio que le propondré.
—No hemos investigado acerca de usted, solo de sus empresas, es lo que nos concierne, sin embargo ¿Cual fue su razón al trabajar aquí?
—Solo estuve una semana, quería ver que tal se manejaban, desde luego no me he llevado una buena impresión.
Su tono burlón ya me está cansando por lo que decido confrontarlo.
—No todo lo que brilla es oro, igualmente si se puede dar cuenta yo no soy la que manejo todo por aquí—explico y ni siquiera se porqué lo hago, se supone que debo dejarle en su lugar no darle explicaciones.
¿Que me pasa?
—Hablemos de lo que nos interesa.
Asiento pasándole las carpetas con la información preparada anteriormente y ambos nos enfrascamos en una larga conversación acerca de una nueva empresa que podemos crear, es simplemente perfecto y nuestras ideas contrastan de maravilla.
Al final de la reunión el me mira fijamente sin decir nada, algo que me pone nerviosa sin embargo no lo demuestro, ¿Que se supone que busca?
Primero no entiendo si vino a la empresa la primera vez por diversión o de verdad quería ver que tal era el trabajo por aquí, algo me dice que es la primera opción, no se ve como una persona que le guste trabajar, al principio no pude ver su egocentrismo pero ahora que he hablado con el verdadero Dominic se le nota a leguas que es un narcisista de primera.
—Entonces podemos proceder con los asuntos legales y ponernos a trabajar.
Afirmo acomodando las carpetas frente a mi.
—Tengo una condición, si quieres que este negocio se lleve a cabo—me corta.
Levanto la mirada con seriedad.
—¿Qué quieres?
—He escuchado que tu prometido te ha dejado tirada a solo semanas de la boda—me levanto de golpe al escucharlo, el enojo me nubla la mente y me acerco a el tomando su camisa.
—¿Quién demonios te dijo eso?
—Tranquila fiera, lo escuché al pasar por tu oficina.
Lo suelto de golpe enojada y me apoyo en la pared más cercana.
—¿Y eso a ti que te importa?—toda mi amabilidad se fue por el caño.
—Aceptaré hacer negocios contigo, si tu aceptas esté.
Me pasa una carpeta en sus manos.
Al abrirlo y echarle una ojeada me doy cuenta de que es un contrato de matrimonio.
¡Ni de chiste! No con este idiota. No lo soportaría ni dos días.
Le tiro la carpeta en la cara y me doy la vuelta para salir pero el me sujeta del brazo haciendo que mi enojo crezca.
—Hey, escúchame.
—No me interesa, muchas gracias. Puedes largarte de mi empresa y no volver.
Un jadeo sale de Mylie quien sabe que este negocio era bastante importante y esperado, incluso para mi abuela quien escucho al respecto y desde luego espera noticias mías al salir de aquí.
Me va a matar.
—Tu necesitas casarte para que la gente no te pisotee, he escuchado sobre ti, estas en todas las redes sociales, si cancelas tu boda te van a hacer m****a.
—¿Y eso que te importa a ti?
Su expresión cambia por una más seria pero yo no puedo evitarlo, me tiene hasta la madre, quiero que se vaya.
—Tienes razón, no me interesa—dice ajustándose su saco. El cual le queda muy bien por cierto.
Cassandra concéntrate.
Ya vali madres, mi abuela va a matarme.
—Pero yo necesito casarme, y tu también. ¿Que puedes perder?
—No voy a casarme contigo. Vete.
Sus ojos me observan por unos segundos hasta que sacude su cabeza.
—Tu asistente tiene mi contacto, llámame si cambias de opinión. Te doy tres días, tengo prisa.
Y con toda la elegancia con la que vino se fue dejándome pensativa.
Tengo que buscar otras opciones, sin contar con que no se que le voy a decir a mi abuela, no puedo llegar y decir "No logré el acuerdo con los Laurent porque me negué a casarme con el heredero"
Me mataría más de lo que ya lo hará.
—¿Que harás?—Mylie se ve genuinamente preocupada y para que negarlo, yo también lo estoy.
—Tiene que haber una solución.
Porque no, definitivamente no me casaré con ese idiota.
Cassandra MorganObservo el teléfono fijamente como si el fuera a darme la respuesta, habían pasado los tres días que Dominic me había dado y yo los sentía como una eternidad dada las circunstancias, no he respondido a las llamadas de mi abuela, mandé a Mylie a que le dijera que estaba muy ocupada y que después le devolvía la llamada, no tenía mente para pensar en que no pude cerrar el trato y que tampoco he conseguido un esposo, es tan difícil pensar en casarme con alguien a quien no amo, desde luego que me siento mal porque Armando se haya marchado.Estos días que han pasado me han hecho pensar muchas cosas, una de ellas es que hice mal para que el me dejara, no tengo la respuesta aún, el desánimo ha teñido mis días y aún no se que hacer, además de buscar un buen pretendiente, no puedo casarme con cualquiera, los medios investigarán hasta el color de ropa interior que use la persona que se case conmigo y desde luego que investigarán el porqué no me casé con Armando, cualquiera podrí
Cassandra Morgan Puedo decir con certeza que los treinta segundos que transcurrieron en la llamada fueron los más tensos de toda mi vida, nunca he sido una persona indecisa, mucho menos insegura, pero en este momento no sé que hacer, aún así decido lanzarme al vacío, esta vez sin paracaídas porque no tengo un plan concreto con el cual protegerme. Tengo que pensar en algo rápido, es primera vez que alguien va delante de mi, no puedo permitir que eso pase porque si no terminaré perdiendo en este juego que ni siquiera ha iniciado. Al colgar el teléfono Mylie parece saber que algo pasa, porque me he tardado más de la cuenta, ella aparece con una expresión confusa al verme parada en las escaleras, no obstante, me quedo unos segundos procesando todo y sin decir palabra alguna termino de bajar para salir de la casa. Me subo en el auto y antes de encenderlo mi móvil suena alertandome de un mensaje, al revisarlo no es nada más que la dirección del lugar donde nos reuniremos, siento que el
Cassandra Morgan El tiempo parece pasar en cámara lenta los últimos días, después de la reunión con Dominic en el café me dediqué por completo a mi boutique, siempre me la he pasado trabajando dado que lo que más me apasiona hacer es diseñar, claro que tengo mis momentos de descanso pero antes de que Armando se fuera mis días libres eran para pasarlos con el, por lo que ahora prefiero mantener la mente ocupada para no pensar en ello.Lo que el me ha hecho ha sido un golpe bajo a mi autoestima, también a mi forma de ver el amor, dado que aunque quiera fingir que no pasa nada, me duele en lo más profundo de mi corazón su traición, porque cuando confías en una persona no esperas que de un momento a otro desaparezca sin darte una explicación, aunque dicen que el amor es ciego.Talvez fui lo suficientemente ciega como para creer que todo estaba bien cuando no era así, me dejé llevar por el amor que sentía por el y ese mismo amor termino dándole la vuelta a la tortilla dejándome sola.Porq
Cassandra Morgan Al ingresar al comedor los nervios me atacan dado que aunque no sea la primera vez que me pidan matrimonio, a diferencia de la vez pasada, esta vez estoy muy consciente de lo que pasara, el circo que estamos armando no me gusta ni un poco, odio las mentiras y todas estas personas estarán bajo una con la ilusión de que el heredero de todo el imperio Laurent por fin siente cabeza.He investigado muchas cosas sobre el, no puedo decir que es un mujeriego, pero tampoco que no haya tenido unas cuantas relaciones. Me aferro al brazo de Dominic antes de que ambos nos sentemos frente a nuestras familias, mi abuela no me dirigió la palabra desde que llegó, claramente quiere ver con sus propios ojos que he escogido un buen candidato para la boda, aunque su actitud es un poco excesiva.—Familia, primero que nada les doy la bienvenida. —Ha pasado mucho tiempo desde que nos vimos primo—saluda una de las chicas, tiene el cabello castaño claro y unos bonitos ojos café, su afirmaci
Cassandra Morgan Despierto sintiéndome adolorida, por suerte la habitación está oscura por lo cual no me es difícil abrir los ojos, el dolor de cabeza que me cargo es fenomenal, algo que no me sorprende dada la cantidad de alcohol y de llanto que tuve anoche, sinceramente no esperaba tener que sincerarme con Christian, aunque si planee contarle, no espere que fuera de esa manera tan patética.Sin contar que Dominic me vio llorar.¿Como podré verle la cara ahora? No puedo ni imaginarme que imagen tendrá de mi ahora que ha visto mi lado vulnerable y no el que lo puede insultar si es necesario.—¡Ahhh! ¿Ahora qué voy a hacer?Como si quisiera responderme mi teléfono suena haciendo que gruña, no quiero ir a trabajar, estos días no he hecho nada más que eso y lidiar con todo esto.—¿Quien?—digo bruscamente al tomar la llamada sin siquiera fijarme quien es.—Buenos días para ti también, cielo. La voz de Dominic me hace espabilarme, hago una mueca recordando la vergüenza de anoche.—¿Que s
Cassandra MorganHan pasado solo dos días desde la rueda de prensa, decir que estoy bien sería mentir descaradamente, en estos dos días no he salido de casa, las redes están a explotar con la noticia y por todos lados está el titular "Reconocida diseñadora cambia de marido"Todos lo mencionan. Intente salir a la calle la mañana siguiente y los periodistas estaban fuera de mi casa. Justo en este momento desearía ser una persona invisible para los medios, que a nadie le importara si le pongo los cuernos a alguien o si me los ponen a mi, pero yo, al nacer en la familia Morgan no puedo escapar de la fama, por lo menos no dentro del país. Puede que en otros países no sea tan reconocida, pero por medio de las redes sociales si lo soy.Aun así, sabía que esto pasaría, no tenía dudas de que esto que estaba haciendo era una bomba que en cualquier momento explotaría, sin embargo días antes de mi boda esperaba tener un poco de tranquilidad tan siquiera para poder ir a la boutique y asegurarme qu
Dominic LaurentUna semana. Una semana es lo que falta para la boda, el tiempo ha pasado demasiado rápido, aún más con mil cosas que hacer para que la boda quede perfecta, porque entre los invitados de nuestra boda estarán nada más y nada menos que el presidente de Francia junto a su familia, también vendrán algunos ministros, periodistas, diseñadores, de todo un poco dado que ambos, tanto Cassandra como yo al ser famosos aquí, todos buscan asistir al evento, desde que salió el comunicado de prensa, las redes explotaron, sabia desde el principio que la historia anterior de Cassandra le afectaría en todo sentido.Aún más cuando se supone que el tipo ni siquiera ha dado señales de vida, aunque si lo vemos desde el punto de vista de los periodistas, es mejor que no diga nada, si se atrevió a dejarla estoy seguro que intentaría manchar su nombre para limpiar el suyo, se nota que es una rata.Sin embargo decidí no pensar en lo mucho que le afecta eso a ella, si lo hago se pensará que me gu
Dominic Laurent El reloj parecía ir en cámara lenta mientras muevo mi pie de arriba abajo, estamos en el hospital más caro de toda Francia y del cual mi mejor amigo Simon es dueño, mi grupo de amigos se resume a Simon y Renaud, los tres hemos sido inseparables desde niños y su compañía en este momento me reconforta, sin embargo la culpa me carcome al desviar las llamadas de Cassandra, hoy iríamos a cenar con su abuela. Desde que la conocí me pregunté por sus padres, no he querido preguntar porque sería de mala educación, puede que tal vez no tenga una buena relación con ellos y por ello no me los haya presentado, sin embargo aún así me parece extraño, no pienso tocar el tema, mucho menos ahora, pero no puedo evitar silenciar el teléfono para no sentirme tan mal.No surge efecto claramente, y los chicos lo notan. Avelin fue a buscar a Noah, son las seis de la tarde, gracias a Dios Simon puede mover a su antojo todo en el hospital para que además de que nadie se entere, podamos hacer