Cassandra Morgan
Todo el mundo cree que la vida de la alta clase es fácil, a decir verdad, no lo es en absoluto, el trabajo y la presión social que debemos cargar sobre nuestros hombros no se compara con nada, sin embargo por llevar una vida cómoda no nos quejamos.
Toda mi vida ha sido un verdadero ajetreo, más aún los últimos años desde que terminé mi carrera de diseño y fundé Cass' boutique, mi propia tienda de ropa la cual ha sido un éxito, aunque tengo muchas empresas más, la que más prestigio me ha dado es está, el orgullo que me genera me confirma que he hecho un buen trabajo.
Pero nada de esto me sirve en este momento en el que al llegar a mi casa me encuentro con que el amor de mi vida se ha ido a quien sabe donde con otra, ¡Y tiene el descaro de irse solo dejándome una nota!
Es un cínico de lo peor, después de meses de planificación me deja tirada como si nada de lo que hemos vivido le importara, teníamos cinco años juntos y al parecer eso no fue suficiente.
Si sospeché que algo pasaba, aunque no le presté tanta atención, porque díganme la verdad ¿Quien en su sano juicio me sería infiel a mi? Soy perfecta en todos los aspectos que busques.
Gruño tomando la nota entre mis manos y la echo a la basura, ¡No puedo creerlo!
Sujeto mi celular y le marco a mi abuela, quien es la única de mi familia en quien puedo confiar y quien además de eso me presiona para que esté siempre al pendiente de todas las empresas de la familia, para ellos el éxito de cada contrato es esencial.
Como si no tuvieran ya suficiente dinero.
—Hola Cassandra, ¿Está todo bien?—interroga sabiendo que nunca la llamo a menos que sea algo realmente importante.
Mis ojos se llenan de lágrimas por fin asimilando lo que ha sucedido y todo cae como agua fría sobre mi, al principio no pude reaccionar, solo sentí enojo, sin embargo minutos después que debo contarlo se me hace un nudo en la garganta que no me deja hablar.
—Hija ¿Estás bien?
Vuelva a preguntar al no recibir respuesta.
—Armando me ha dejado.
Suelto tratando de ocultar lo mal que me encuentro.
—¿Ha roto contigo? ¿Después de todo lo que hemos hecho por ese cretino?
Casi me río si no fuera por la situación.
—Si, así es.
—Llamalo inmediatamente Cassandra, el tiene que responder por esto, no podemos cancelar la boda a estas alturas, toda Francia está esperando el evento—su voz suena autoritaria pero en este momento ya no podemos hacer nada, ya he intentado llamarlo y sale fuera de línea.
—Se ha ido de Francia, con otra mujer. Me ha dejado una nota y me ha bloqueado, creo que su línea ya no funciona...
—¡Ese imbecil! Tienes que resolver esto rápido Cassandra, solo falta un mes para la boda y tiene que llevarse a cabo.
Frunzo las cejas incrédula. ¿Acaso no acaba de oírme? ¡El idiota se fue! ¿Como quiere que me case? ¿Con un holograma?
—¿Me has escuchado? ¡Se fue! ¿Como diablos voy a casarme?
—No me hables así jovencita. No me importa como le harás pero consigue un esposo, tienes un mes, si no lo haces nuestro apellido quedará por el suelo y tu como una cornuda de primera.
Suelto un sollozo al no poder contenerlo ya y cuelgo el teléfono con rabia.
¿Que es lo que voy a hacer ahora? ¿Como voy a conseguir un esposo en un mes?
El tiempo pasa demasiado rápido de por si, aunque es claro que debo hacerlo, si no mi nombre quedará manchado, aquí en París los chismes corren rápido, la fachada y apariencia parece ser lo más importante, es por ello que mi abuela me presionará hasta que encuentre alguien que suplante a Armando, aunque suene cruel.
En realidad nadie podrá sustituirlo de mi vida por ahora, pero debe haber alguien que cumpla con los estándares visuales para las cámaras ese día, no puedo dejar que nada malo suceda, ya ha pasado lo suficiente como para añadirle un escándalo como cereza del pastel.
(...)
Me bebo la copa de golpe sintiendo muchas emociones negativas, han pasado tres días desde que Armando se fue y es una pesadilla, mi mente no deja de traicionarme recordando todo lo que pasó.
Quien se imaginaría que yo, Cassandra Morgan se encontraría a plenas dos de la tarde bebiendo en un bar, ¿Hasta dónde pienso dejar que mi dignidad llegue?
Siento una mano arrebatandome la siguiente copa que el bartender me pasaba, le doy una mala mirada al desconocido pero entonces me relajo al ver a Mylie, una de mis amigas y por supuesto, damas de honor de la esperada boda.
Que porquería, todo me recuerda mi desgracia.
—¿Que haces aquí? Sabes que los paparazzis te siguen a todos lados.
—¿Tu que haces aquí?
Le miro mal y ella resopla cansada. Aún no le he contado nada.
—Te he buscado por todos lados, hay un problema muy grave en la empresa y necesitamos que vengas rápido.
—¿En cual de las tres?—pregunto aburrida, siempre hay problemas y nunca necesitan de mi ayuda.
—La de dulces, apresurate. Me parece haber visto una cámara.
Ruedo los ojos levantandome y tomo mi bolso Lady Dior color negro antes de salir, mi amiga paga la cuenta por mi y se apresura a llegar a mi lado, subo al auto sin pensarlo demasiado y en pocos minutos ya nos encontramos en el alto edificio que conforma mi empresa.
Poco vengo aquí, es muy raro que me vean aquí, la única forma de contactarme es a través de Mylie o en la boutique, no me gusta perder el tiempo.
—No me has dicho de que se trata.
Mi amiga gira su cabeza en mi dirección sin dejar de caminar, entro en el ascensor sintiendome un poco mareada sin embargo nada que no pueda manejar.
—Han robado, todos están señalando a una sola persona sin evidencias.
Frunzo el ceño. ¿Por qué harían eso? Sin evidencias nadie les creerá, o eso es lo más lógico, sin embargo tengo que examinar la situación para determinar que hacer.
Salimos del ascensor en dirección a la sala de juntas.
—¿A quien veremos específicamente? Tengo un dolor de cabeza horrible.
—Por estar bebiendo—regaña—Vamos, aquí están los encargados de empaquetar y también algunas personas con acceso al lugar de la mercancía, después hablaremos del motivo de tu mal humor.
Suspiro asintiendo y Mylie me abre la puerta, hago resonar mis tacones haciendo que todas las personas en el lugar detengan sus conversaciones, me dirijo a la silla en el extremo de la sala donde todos puedan verme, mi amiga se sienta a mi lado y le echa una ojeada a una persona detrás de mi, no presto atención a nada mientras espero que ella dé la orden, no quiero ni hablar.
—Tomen asiento señores.
Hay alrededor de veinte personas en la sala, por lo que es difícil decir con exactitud a quien es que señalan.
Finalmente todos se sientan y yo uno mis manos sobre la mesa.
—¿Cual es el problema?—pregunto a Mylie aunque ya lo sepa.
—Se ha perdido mercancía en las últimas semanas, un cuarenta por ciento de que hacemos en el mes.
—¿Se han investigado a las personas encargadas de la producción y exportación?—su rostro me dice un claro "No" aún antes de escucharla.
—No.
—¿Son todos los presentes los encargados?—interrogo y ella asiente—¿Por qué no han sido investigados?
—Pocos son los que se quedan de noche cuando el resto de las oficinas ya están vacías por lo que la probabilidad de que sean varias personas es baja, hay solo cinco sospechosos sin embargo todos señalan a una sola persona.
—¿Quién?—hago la primera pregunta de la cual no tengo respuesta, el resto de las cosas eran más que obvias.
Mylie se gira hacia un chico de al menos unos veinticinco años, el sujeto en cuestión tiene el cabello negro, es alto, lo se porque se haya de pie, no habían sillas suficientes y eso me permite verlo con claridad, sus ojos grises observan con disgusto a sus compañeros, eso me hace preguntarme, ¿Por qué todos lo señalan?
—Dominic Cournier , tiene alrededor de tres meses en la empresa.
—¿Que función desempeña Dominic?—pregunto y ella baja un poco la cabeza.
Sin embargo antes que pueda responder el lo hace.
—Soy el conserje, fue el único puesto que pude conseguir en su prestigiosa empresa—su tono es afilado lo que me disgusta en sobremanera.
¿Quien se cree que es para hablarme así?
—Si no tiene nada que ver con la producción y exportación de la mercancía, ¿Por qué se le acusa?
Sus ojos me miran enojados y sus compañeros ni siquiera me miran, se disponen a mantenerse en silencio como si la cosa no fuera con ellos.
Cobardes, hasta borracha los intimido.
—A veces he tenido que hacer horas extras gracias a su gerencia, quienes me hacen estar hasta altas horas de la noche, lo he hecho para que no me despidan dado que necesito el trabajo.
Frunzo el ceño extrañada. ¿Por qué Bastian hace esto con los empleados?
—Eso no responde a mi pregunta—desvío mi mirada hacia los que están sentados en la gran mesa—¿Por qué lo acusan?
—Jefa, es bastante obvio, el es el que más tarde se queda en la empresa además que no debe tener ni que comer, ¿Que nos dice que no fue el?
Observo con disimulo al sujeto el cual se mantiene con seriedad, debo decir que tiene una buena postura a pesar de estar siendo acusado de robo, yo ya le hubiera saltado a la yugular al idiota que habló.
—No porque usted no tenga valores para asumir sus errores no quiere decir que los demás tengamos ese concepto de ganancia, para obtener lo que se quiere no es necesario perjudicar a nadie. Están haciendo a su jefa perder el tiempo y me están acusando para librarse de las consecuencias de sus actos—su mirada se desvía hacia mi—Aunque estoy seguro que no es tan estupida como para creerles sin pruebas.
Me levanto enojada e influenciada por el alcohol y me acerco a el amenazadoramente, ni siquiera da un paso y puedo escuchar los jadeos de sorpresa de todos los presentes.
—¿Acaso quieres ser despedido idiota?
—O tal vez si lo es.
Levanto mi mano dándole una cachetada, sin embargo el no se mueve.
—Lárgate de aquí.
Una sonrisa sarcástica se forma en su rostro y yo espero que se vaya para darme la vuelta y observar a Mylie quien se haya tan sorprendida como los demás.
—Mylie, busca a la seguridad, también a Bastian, nadie sale de aquí hasta que se encuentre la persona responsable del robo, busca las cámaras, mueve toda la m*****a empresa si es necesario pero encuentralo antes que acabe el día.
Mylie al saber lo enojada que estoy solo asiente y habla por el radio llamando a todos los que he ordenado, también tengo que hablar seriamente con Bastian acerca de lo que el idiota me dijo, por más imbecil que sea es injusto lo que hacen.
Esos no son mis valores y definitivamente no será algo que permitiré en mi empresa.
Camino hacia mi oficina y al entrar cierro con pestillo, me sirvo una copa de vino y me siento a seguir emborranchandome.
Dominic Cournier... ¿Quien eres realmente?
Cassandra MorganEl resto de la tarde se fue en un chasquido, tan pronto como llegue a mi oficina salí siendo llamada por Mylie quien afirma haber encontrado a los culpables del robo, quienes resultaron ser tres empleados del área de producción, en camino hacia allá aunque ya lleve más alcohol que sangre en mi cuerpo no me impide recordar el inconveniente con el sujeto, no tengo idea si lo llamaron pero no quiero saberlo, después de todo no me importa.Es un cretino de lo peor.Llegamos a la sala de juntas donde el silencio reina, solo hay tres personas, las responsables de hacerme perder mi tiempo y pasar toda la tarde aquí en vez de en mi cama o la boutique. Cualquiera de las dos me hubiera servido.—Sabían que la verdad saldría a la luz y aún así me hicieron perder el tiempo—suelto con frialdad.—Lo siento jefa, no fue lo que...—No me interesa lo que tengan que decir, están despedidos—los tres me miran con enojo y por consiguiente se levantan para irse pero no se van bien librados
Cassandra MorganObservo el teléfono fijamente como si el fuera a darme la respuesta, habían pasado los tres días que Dominic me había dado y yo los sentía como una eternidad dada las circunstancias, no he respondido a las llamadas de mi abuela, mandé a Mylie a que le dijera que estaba muy ocupada y que después le devolvía la llamada, no tenía mente para pensar en que no pude cerrar el trato y que tampoco he conseguido un esposo, es tan difícil pensar en casarme con alguien a quien no amo, desde luego que me siento mal porque Armando se haya marchado.Estos días que han pasado me han hecho pensar muchas cosas, una de ellas es que hice mal para que el me dejara, no tengo la respuesta aún, el desánimo ha teñido mis días y aún no se que hacer, además de buscar un buen pretendiente, no puedo casarme con cualquiera, los medios investigarán hasta el color de ropa interior que use la persona que se case conmigo y desde luego que investigarán el porqué no me casé con Armando, cualquiera podrí
Cassandra Morgan Puedo decir con certeza que los treinta segundos que transcurrieron en la llamada fueron los más tensos de toda mi vida, nunca he sido una persona indecisa, mucho menos insegura, pero en este momento no sé que hacer, aún así decido lanzarme al vacío, esta vez sin paracaídas porque no tengo un plan concreto con el cual protegerme. Tengo que pensar en algo rápido, es primera vez que alguien va delante de mi, no puedo permitir que eso pase porque si no terminaré perdiendo en este juego que ni siquiera ha iniciado. Al colgar el teléfono Mylie parece saber que algo pasa, porque me he tardado más de la cuenta, ella aparece con una expresión confusa al verme parada en las escaleras, no obstante, me quedo unos segundos procesando todo y sin decir palabra alguna termino de bajar para salir de la casa. Me subo en el auto y antes de encenderlo mi móvil suena alertandome de un mensaje, al revisarlo no es nada más que la dirección del lugar donde nos reuniremos, siento que el
Cassandra Morgan El tiempo parece pasar en cámara lenta los últimos días, después de la reunión con Dominic en el café me dediqué por completo a mi boutique, siempre me la he pasado trabajando dado que lo que más me apasiona hacer es diseñar, claro que tengo mis momentos de descanso pero antes de que Armando se fuera mis días libres eran para pasarlos con el, por lo que ahora prefiero mantener la mente ocupada para no pensar en ello.Lo que el me ha hecho ha sido un golpe bajo a mi autoestima, también a mi forma de ver el amor, dado que aunque quiera fingir que no pasa nada, me duele en lo más profundo de mi corazón su traición, porque cuando confías en una persona no esperas que de un momento a otro desaparezca sin darte una explicación, aunque dicen que el amor es ciego.Talvez fui lo suficientemente ciega como para creer que todo estaba bien cuando no era así, me dejé llevar por el amor que sentía por el y ese mismo amor termino dándole la vuelta a la tortilla dejándome sola.Porq
Cassandra Morgan Al ingresar al comedor los nervios me atacan dado que aunque no sea la primera vez que me pidan matrimonio, a diferencia de la vez pasada, esta vez estoy muy consciente de lo que pasara, el circo que estamos armando no me gusta ni un poco, odio las mentiras y todas estas personas estarán bajo una con la ilusión de que el heredero de todo el imperio Laurent por fin siente cabeza.He investigado muchas cosas sobre el, no puedo decir que es un mujeriego, pero tampoco que no haya tenido unas cuantas relaciones. Me aferro al brazo de Dominic antes de que ambos nos sentemos frente a nuestras familias, mi abuela no me dirigió la palabra desde que llegó, claramente quiere ver con sus propios ojos que he escogido un buen candidato para la boda, aunque su actitud es un poco excesiva.—Familia, primero que nada les doy la bienvenida. —Ha pasado mucho tiempo desde que nos vimos primo—saluda una de las chicas, tiene el cabello castaño claro y unos bonitos ojos café, su afirmaci
Cassandra Morgan Despierto sintiéndome adolorida, por suerte la habitación está oscura por lo cual no me es difícil abrir los ojos, el dolor de cabeza que me cargo es fenomenal, algo que no me sorprende dada la cantidad de alcohol y de llanto que tuve anoche, sinceramente no esperaba tener que sincerarme con Christian, aunque si planee contarle, no espere que fuera de esa manera tan patética.Sin contar que Dominic me vio llorar.¿Como podré verle la cara ahora? No puedo ni imaginarme que imagen tendrá de mi ahora que ha visto mi lado vulnerable y no el que lo puede insultar si es necesario.—¡Ahhh! ¿Ahora qué voy a hacer?Como si quisiera responderme mi teléfono suena haciendo que gruña, no quiero ir a trabajar, estos días no he hecho nada más que eso y lidiar con todo esto.—¿Quien?—digo bruscamente al tomar la llamada sin siquiera fijarme quien es.—Buenos días para ti también, cielo. La voz de Dominic me hace espabilarme, hago una mueca recordando la vergüenza de anoche.—¿Que s
Cassandra MorganHan pasado solo dos días desde la rueda de prensa, decir que estoy bien sería mentir descaradamente, en estos dos días no he salido de casa, las redes están a explotar con la noticia y por todos lados está el titular "Reconocida diseñadora cambia de marido"Todos lo mencionan. Intente salir a la calle la mañana siguiente y los periodistas estaban fuera de mi casa. Justo en este momento desearía ser una persona invisible para los medios, que a nadie le importara si le pongo los cuernos a alguien o si me los ponen a mi, pero yo, al nacer en la familia Morgan no puedo escapar de la fama, por lo menos no dentro del país. Puede que en otros países no sea tan reconocida, pero por medio de las redes sociales si lo soy.Aun así, sabía que esto pasaría, no tenía dudas de que esto que estaba haciendo era una bomba que en cualquier momento explotaría, sin embargo días antes de mi boda esperaba tener un poco de tranquilidad tan siquiera para poder ir a la boutique y asegurarme qu
Dominic LaurentUna semana. Una semana es lo que falta para la boda, el tiempo ha pasado demasiado rápido, aún más con mil cosas que hacer para que la boda quede perfecta, porque entre los invitados de nuestra boda estarán nada más y nada menos que el presidente de Francia junto a su familia, también vendrán algunos ministros, periodistas, diseñadores, de todo un poco dado que ambos, tanto Cassandra como yo al ser famosos aquí, todos buscan asistir al evento, desde que salió el comunicado de prensa, las redes explotaron, sabia desde el principio que la historia anterior de Cassandra le afectaría en todo sentido.Aún más cuando se supone que el tipo ni siquiera ha dado señales de vida, aunque si lo vemos desde el punto de vista de los periodistas, es mejor que no diga nada, si se atrevió a dejarla estoy seguro que intentaría manchar su nombre para limpiar el suyo, se nota que es una rata.Sin embargo decidí no pensar en lo mucho que le afecta eso a ella, si lo hago se pensará que me gu