Despedirme de ella por, aunque sea tan solo unos días ha sido lo más difícil que me ha tocado hacer en mucho tiempo. No quería irme de su lado y mucho menos ahora cuando está triste por la pérdida de su padre. No importa cuántas veces me haya dicho la otra noche al oído que todo estaría bien mientras hacíamos el amor; sé muy bien que ella me necesita a su lado.
—Gianluca, bienvenido, me ha contado tu padre todo lo que ocurrió, siento haberte hecho venir a Miami, pero era necesario que alguno de ustedes estuviera aquí. — Me comenta Luciano regresándome a la realidad de esta sala de juntas dentro del hotel.
—Lo sé Luciano, no te preocupes, esto es parte de quien soy... — Digo sin mucho ánimo.
—La
Hoy definitivamente ha sido un día importantísimo. Horas de conversaciones, de propuestas, acuerdos y negociaciones que llevan a los nuevos proyectos de los hoteles para expandirnos a nuevos terrenos. No es fácil lidiar con todo esto, pero finalmente hemos llegado a lo mejor para todos y con eso dio por concluido mi misión aquí. Después de almorzar con Luciano y Roger, los tres vamos a nuestra reunión con el gerente del hotel para ultimar algunos detalles de la expansión del área de convenciones de aquí, y una vez finalizada esa reunión, nos reunimos con otro de los directivos de la empresa de construcción. Escucho a todos hablar y acordar fechas para comenzar la construcción, y yo solo puedo pensar en ella. Claro que quiero todo esto que representa el éxito de los negocios de mi familia, pero también quiero estar con ella. Ya una vez finalizados todos
Dos días después...He planeado durante todo el vuelo lo que hare y le diré para no perderla. No estoy dispuesto a dejarla pasar, a dejar que nuestras responsabilidades se lleven por delante lo que tanto nos ha costado reconocer e iniciar. No quiero despertar un día arrepintiéndome de haberla dejado ir. No quiero que pase el tiempo y me reproche a mí mismo el no despertar a su lado.Al recoger las maletas me encuentro con el chofer que ella ha enviado y el cual me lleva a la casa; mejor dicho, a la mansión. Al palacio donde vive mi princesa encantada; aquella que me ha embrujado con su mirada gris en aquel amanecer que creí que era una pesadilla, pero que a las pocas semanas se convirtió en mi sueño, uno del que no tengo ni la más mínima intención de despertarme. Repaso en mi mente las p
Ambos bailando bajo la luz de la luna; la única testigo de este momento entre los nosotros. Sus manos acariciando mi espalda a la altura de mis hombros y las mías aferradas a su cintura tal como si ella fuera mi balsa y yo un náufrago que busca sobrevivir. Son tantas las cosas que me hace sentir que no sabría describirlas, pero el miedo a ese adiós temporal me acobarda y no quiero que eso me suceda.—Te amo rubia. — Le susurró al oído mientras nos movemos.—Y yo a ti Gianluca. — Responde mientras sigue rozando mi espalda.—¿Te puedo preguntar algo? — Digo tímidamente.—¿Me preguntas si me quiero volver a casar contigo y me preguntas si puedes hacer una pregunta? — Cuestiona de
Estos días que hemos pasado juntos han sido una confirmación de todo lo que le dije la noche que le pedí matrimonio, o mejor dicho en la que le pedí que nos casáramos porque así lo queríamos. Mis brazos se han convertido en su refugio del estrés tan fuerte que está atravesando. Cada noche al llegar a casa de la oficina, eran mis labios quienes la calmaban, eran mis caricias las que la reconfortaban; he sido su apoyo a cada minuto y daría todo por poder quedarme aquí con ella y seguir siéndolo, pero ella desea que yo siga siendo yo y eso es lo que más me enamora de ella. A pesar de que al principio se resistía a quien era yo, ahora es ella quien me apoya a seguir adelante.—No quiero dejarte. — Le digo abrazándola fuertemente sin importarme que estemos en el medio del aeropuerto internacional de Los
Con solo saber que cada día que pasa es uno menos que me falta para verla nuevamente, tomo fuerzas de donde no tengo para terminar este largo día de trabajo. Ya son cinco días lejos de ella y cada minuto que pasa me hace mucha más falta —Solo unos documentos más Gianluca. — Me dice Ignazio, quien es con quien estoy trabajando en todo esto. —Va bene... pero date prisa que ya me quiero ir, es tardísimo— Le pido agotado y él prepara otros documentos. Mientras espero tomo mi móvil y veo la cantidad de mensajes que hay en mis redes sociales a causa de un video que subí ayer a mi Insta Story donde caminaba en albornoz alrededor de la piscina de la casa anoche. 《Esto se ha salido de control...》 Pienso al ver la cantidad de notif
Una semana que se convirtió en dos, y que después se convirtieron en tres. Los días han pasado de reunión en reunión. Se supone que no tendría que haberme demorado tanto, pero todo los cambios y nuevos proyectos que estamos arrancando con los hoteles ha hecho que todo fuera un poco más complejo.Este vuelo se me ha hecho eterno y es que no puedo esperar a verla, a abrazarla, a besarla. Me ha hecho tanta falta... Me ha tenido demasiada paciencia cada vez que le decía que aun no podía regresar; en vez de reprocharme, exigirme, o pedirme que me diera prisa, ella solo me decía que hiciera lo que debía hacer para cumplir con mis obligaciones y hacer lo mejor para la familia. Ha sido mi apoyo en cada día y ame leer sus comentarios en cada una de las fotos que he subido a las redes sociales en estos días, siempre me saco una sonrisa.
Tal como ella me lo ha pedido, le he dicho a Consuelo y Ángel que se tomaran la noche libre y que fueran a sus respectivas casas, o que hiciesen lo que quieran. No sé que se trae entre manos mi queridísima esposa, pero sé que lo más probable es que me encante. Una vez que me aseguro de que todos ya se han ido, regreso al gimnasio tal como me ha dicho, pero para mi sorpresa no está allí. Lo único que me encuentro es una nota que dice "Ve a la piscina".《Dije que me iba a gustar...》Hago todo el recorrido hacia la piscina y al llegar me la encuentro adentro de la misma sin traje de baño, cosa que por un lado me gusta, y por el otro me preocupa 《¿Y si la ven?》
—¿En qué piensas rubia? — Le pregunto mientras seguimos abrazados sobre esta tumbona bajo la luz de la luna.La miro detenidamente y al cruzarse su mirada con la mía, ella me lanza una preciosa sonrisa. —¿Cómo sabes que estaba pensando en algo? — Me cuestiona con asombro.Acaricio su silueta por encima de la toalla que la cubre y me sonrió ante su reacción —Te he aprendido a conocer muy bien guapa. No solo conozco tu cuerpo a la perfección, pero me he aprendido cada uno de tus gestos, de tus miradas, de tus sonrisas; he grabado en mi mente cada uno de tus detalles. — Le confieso.—Mmmm... pero que buena memoria tienes. — Murmura con una picara sonrisa mientras posiciona su cuerpo sobre el mío.