Un mes después
Una nueva inauguración de hotel, un nuevo viaje, una nueva luna de miel… me encanta el sitio donde nos ha tocado viajar, Paris. La veo sentada en el asiento de primera clase de este avión y solo puedo apreciar lo feliz que se ve.
—No tienes idea lo bonito que se siente verte sonreír de esa manera. — Le comento al oído para evitar que la auxiliar de vuelo que está cerca observándonos nos escuche.
Su sonrisa se hace mucho más notoria, y esta vez es ella quien se acerca a mi oído. —Aunque no me creas, tú eres el responsable de esta sonrisa. — Anuncia de una manera bastante provocativa que solo me hace querer besarla.
Vuelvo a su oído —Creo que eso se debe a lo mucho qu
Así como han sucedido todas las cosas entre los dos, pasa también que estamos en el aeropuerto de Paris, esperando un vuelo rumbo a Los Ángeles. Nunca la he visto tan triste como ahora y no tengo ni idea de que hacer, o que decirle para hacerle sentir mejor. Es claro que nada lo hará, su padre y único familiar ha muerto en un accidente de tránsito junto a la que era su esposa. La abrazo fuertemente mientras esperamos para abordar el avión y ella solo puede llorar mientras me aprieta con todas sus fuerzas.—Mi amor, no hay nada que te pueda decir que te haga sentir mejor, pero estoy aquí. — Le dejo saber y ella levanta su rostro para mirarme.Sus ojos están totalmente enrojecidos de tanto llorar —Gracias nene... — Me susurra y vuelve a abrazarme.&md
Una semana despuésDespués del entierro de su padre y de la esposa de él, las cosas no han ido a mejor. Ya no se qué hacer para intentar que sonría. Lo único que hace es encargarse de todos los asuntos legales y de trabajar en su oficina de la casa. Golpeo suavemente la puerta y al escuchar su señal para que entre, lo hago. La veo completamente concentrada mirando la pantalla del ordenador.—Buenos días, cariño, me desperté y no te vi en la cama... — Le digo mientras la abrazo desde atrás de la silla y planto un beso en su cuello.—Perdóname amor, es que debo solucionar algunos asuntos y no quería despertarte... te veías tan guapo. — Me dice colocando sus manos sobre las mías por encima de sus hombros.
Despedirme de ella por, aunque sea tan solo unos días ha sido lo más difícil que me ha tocado hacer en mucho tiempo. No quería irme de su lado y mucho menos ahora cuando está triste por la pérdida de su padre. No importa cuántas veces me haya dicho la otra noche al oído que todo estaría bien mientras hacíamos el amor; sé muy bien que ella me necesita a su lado.—Gianluca, bienvenido, me ha contado tu padre todo lo que ocurrió, siento haberte hecho venir a Miami, pero era necesario que alguno de ustedes estuviera aquí. — Me comenta Luciano regresándome a la realidad de esta sala de juntas dentro del hotel.—Lo sé Luciano, no te preocupes, esto es parte de quien soy... — Digo sin mucho ánimo.—La
Hoy definitivamente ha sido un día importantísimo. Horas de conversaciones, de propuestas, acuerdos y negociaciones que llevan a los nuevos proyectos de los hoteles para expandirnos a nuevos terrenos. No es fácil lidiar con todo esto, pero finalmente hemos llegado a lo mejor para todos y con eso dio por concluido mi misión aquí. Después de almorzar con Luciano y Roger, los tres vamos a nuestra reunión con el gerente del hotel para ultimar algunos detalles de la expansión del área de convenciones de aquí, y una vez finalizada esa reunión, nos reunimos con otro de los directivos de la empresa de construcción. Escucho a todos hablar y acordar fechas para comenzar la construcción, y yo solo puedo pensar en ella. Claro que quiero todo esto que representa el éxito de los negocios de mi familia, pero también quiero estar con ella. Ya una vez finalizados todos
Dos días después...He planeado durante todo el vuelo lo que hare y le diré para no perderla. No estoy dispuesto a dejarla pasar, a dejar que nuestras responsabilidades se lleven por delante lo que tanto nos ha costado reconocer e iniciar. No quiero despertar un día arrepintiéndome de haberla dejado ir. No quiero que pase el tiempo y me reproche a mí mismo el no despertar a su lado.Al recoger las maletas me encuentro con el chofer que ella ha enviado y el cual me lleva a la casa; mejor dicho, a la mansión. Al palacio donde vive mi princesa encantada; aquella que me ha embrujado con su mirada gris en aquel amanecer que creí que era una pesadilla, pero que a las pocas semanas se convirtió en mi sueño, uno del que no tengo ni la más mínima intención de despertarme. Repaso en mi mente las p
Ambos bailando bajo la luz de la luna; la única testigo de este momento entre los nosotros. Sus manos acariciando mi espalda a la altura de mis hombros y las mías aferradas a su cintura tal como si ella fuera mi balsa y yo un náufrago que busca sobrevivir. Son tantas las cosas que me hace sentir que no sabría describirlas, pero el miedo a ese adiós temporal me acobarda y no quiero que eso me suceda.—Te amo rubia. — Le susurró al oído mientras nos movemos.—Y yo a ti Gianluca. — Responde mientras sigue rozando mi espalda.—¿Te puedo preguntar algo? — Digo tímidamente.—¿Me preguntas si me quiero volver a casar contigo y me preguntas si puedes hacer una pregunta? — Cuestiona de
Estos días que hemos pasado juntos han sido una confirmación de todo lo que le dije la noche que le pedí matrimonio, o mejor dicho en la que le pedí que nos casáramos porque así lo queríamos. Mis brazos se han convertido en su refugio del estrés tan fuerte que está atravesando. Cada noche al llegar a casa de la oficina, eran mis labios quienes la calmaban, eran mis caricias las que la reconfortaban; he sido su apoyo a cada minuto y daría todo por poder quedarme aquí con ella y seguir siéndolo, pero ella desea que yo siga siendo yo y eso es lo que más me enamora de ella. A pesar de que al principio se resistía a quien era yo, ahora es ella quien me apoya a seguir adelante.—No quiero dejarte. — Le digo abrazándola fuertemente sin importarme que estemos en el medio del aeropuerto internacional de Los
Con solo saber que cada día que pasa es uno menos que me falta para verla nuevamente, tomo fuerzas de donde no tengo para terminar este largo día de trabajo. Ya son cinco días lejos de ella y cada minuto que pasa me hace mucha más falta —Solo unos documentos más Gianluca. — Me dice Ignazio, quien es con quien estoy trabajando en todo esto. —Va bene... pero date prisa que ya me quiero ir, es tardísimo— Le pido agotado y él prepara otros documentos. Mientras espero tomo mi móvil y veo la cantidad de mensajes que hay en mis redes sociales a causa de un video que subí ayer a mi Insta Story donde caminaba en albornoz alrededor de la piscina de la casa anoche. 《Esto se ha salido de control...》 Pienso al ver la cantidad de notif