Dos semanas han pasado desde el incidente en la escuela y aún no he sabido nada del escritor. El periódico no ha vuelto a aparecer y eso ha sido como un respiro de aire fresco para mí. Al día siguiente del altercado luego que Derek se fuera de casa —se quedó conmigo toda la noche y se fue antes que papá lo viera— mi padre me dio una noticia que puso mi mundo de cabeza: Mi madre ha salido del hospital.Desde la muerte de Davis ella no ha vuelto a ser la misma, por lo que un mes después luego que ella intentara asfixiarme mientras dormía, mi padre la internó en un centro de rehabilitación, ella por su parte se había negado a recibir visitas nuestras; hace poco más de un año que no sé nada de ella, por eso la noticia me ha resultado… impactante. Cuando le hablé a Derek sobre ella, él me dijo que era mejor no tener personas que me lastimaran cerca, que mi padre cumplía las dos caras perfectamente, y no puedo estar más de acuerdo con él mi padre es papá y mamá para mi; pero aún así no deja
Nunca en mi vida pensé que un partido de basquetbol pudiera ser tan emocionante. No recuerdo ya cuantas veces he estrujado sin piedad el brazo de Derek o he aventado el cartel al suelo cuando uno de esos mastodontes ha tirado al suelo a Luke o Nate. Incluso Derek se encuentra ahora de pie y gritando con emoción todas las palabras desagradables aceptadas por la RAE y dirigiéndolas al árbitro. No puedo creer que nunca antes haya disfrutado de algo como esto. Mis ojos se encuentran en la cancha siguiendo los movimientos de los jugadores, cuando de pronto me topo con la figura del entrenador. Se encuentra llevando la sudadera roja del equipo que le queda como un guante y una gorra del mismo color que lo hacen ver mucho más joven de lo que por sí ya es. Podría pasar fácilmente por uno de los estudiantes.El hombre tiene la mirada clavada en el teléfono en sus manos en lugar de estar pendiente de los chicos, sus dedos se mueven con una rapidez impresionante por las teclas y yo estoy a punto
El hombre frente a mí me da una última mirada antes de retirarse a donde el entrenador se encuentra discutiendo con el del equipo rival, puedo ver también que el padre de Mei a bajado hasta la cancha y se acerca al entrenador. Mis ojos viajan a mi alrededor solo para ver cómo los jugadores están golpeados y sudorosos; aunque las cosas se han calmado continúan gritando y amenazándome de lejos entre ellos.Mi ritmo cardiaco se ha acelerado precipitadamente y toda la bulla está haciendo que empiece a sentirme mareada. Mis ojos viajan por todo el lugar en busca de Luke, pero en su lugar conectan con los de un chico del equipo contrario. Su mirada oscura y penetrante parece querer taladrarme y antes de darme cuenta ya se encuentra avanzando a zancadas hacia mí.Mis pies se mueven torpes en reversa y cuando creo que lo tendré encima, el rostro de Luke aparece a mi lado.—Gaby ¿estás bien? Te ves pálida. ¿Dónde está Derek? —Luke deja salir todas las palabras de manera atropellada de sus labi
DEREKPuedo sentir como la respiración queda atascada en mis pulmones mientras corro con todas mis fuerzas hacia la entrada del campus; no consigo sacar de mi mente la voz asustada de Gabriel al otro lado de la línea, ni mucho menos la rabia que me abarcó cuando descubrí que podía ser él quien posiblemente esté detrás de todo esto. Mis manos golpean las puertas dobles de la entrada con fuerza y sin detenerme un segundo corro hacia los vestidores donde se encuentra el despacho del entrenador Jenkins, donde Gabriel me dijo hace unos minutos que estaba.Me arden los pulmones, todo el cuerpo lo siento en un estado de perturbadora pausa mientras mis ojos escanean con desesperación el lugar en busca de Gabriel.Un jadeo lastimero llega a mis oídos y pone todos mis sentidos en alerta, mis pies aceleran sus pasos sobre el suelo y cuando estoy de frente a la puerta del entrenador, la sangre se me hiela en las venas y una maldición se escapa de mis labios al ver a Luke tendido en el suelo; su c
DEREKEl chirrido de llantas nos hace poner alertas a ambos antes de ver la camioneta de Nate adentrarse con frenesí en el parqueadero, nada más es que se detenga para que una acelerada Mei baje de ella corriendo a toda prisa hacia donde Luke y yo nos encontramos. Por la forma en que trae la ropa y cabello, puedo imaginarme lo que estaban haciendo cuando los llamé.—¿Qué demonios pasó? —pregunta la asiática acercándose a Luke para ver la herida que tiene en la cabeza y continúa sangrando— ¿Dónde está Gaby?—Jenkins se la ha llevado —contesta Luke, su tono es desesperado.Mei Leing frunce el ceño y pasa la mirada de Luke a mí, la duda nubla sus ojos y por la manera en que aprieta los dientes deduzco que ya se puede imaginar hacia dónde va todo esto.—¿Y por qué demonios ha hecho eso? —pregunta con los dientes apretados.—Porque Steven Jenkins es el escritor fantasma.El silencio que le sigue a mis palabras es tirante y puedo notar como las expresiones de todos pasan del asombro al horr
DEREKMirando a ambos lados de la calle, nos apresuramos hasta llegar a la entrada de la casa de Jenkins; nuestras pisadas sobre el suelo de madera y las respiraciones aceleradas es lo único que se escucha mientras registramos todo el lugar: el tapete de la entrada, las poteras, las ventanas… todo en busca de una posible copia de las llaves de la puerta principal, pero no hay nada. La frustración hace acto de presencia en mi cuerpo, así que sin pensarlo demasiado me quito la chaqueta la envuelvo en el puño de mi mano y la estampo contra el vidrio de la ventana rogando al cielo porque el imbécil no tenga un sistema de alarma instalado en la casa.Y no lo tiene.Termino de quitar los vidrios de la ventana y meto mi mano para abrir la puerta para nosotros, al hacerlo me giro hacia los chicos y me topo con cuatro pares de ojos observándome como si me hubiera vuelto loco, lo que hace que me encoja de hombros y ponga mis ojos en blanco.—No tiene alarma, y ya podemos entrar —concluyo hacien
15 horas desde el secuestroSiento mis parpados pesados y el cuerpo rígido mientras hago el intento de abrir los ojos; me toma un esfuerzo sobrenatural conseguir alzar mis pestañas y en cuanto lo hago el miedo atenaza mi sistema cuando la negrura se hace presente. Por un momento llego a pensar que he quedado ciega, pero entonces voy acostumbrando mis ojos a la oscuridad y las sombras de lo que me rodea aparecen. No reconozco el lugar en que me encuentro y mi cabeza palpita con dolor mientras trato de recordar qué ha pasado.Intento llevar mis manos a la zona del dolor y justo cuando muevo las manos escucho el sonido del metal arrastrando en el suelo y es ahí cuando me doy cuenta que estoy encadenada. Una cadena apresa cada una de mis muñecas hasta terminar adherida a la pared detrás de mí impidiendo que mueva los brazos con libertad. El miedo explota en mi interior al mismo tiempo en que los recuerdos de lo ocurrido después del partido impactan tan rápido como una bala a mi mente.Rec
Soy medianamente consciente de las manos acariciando mi cabello, el tacto se siente lento y relajante, quiero abrir los ojos para saludar a papá pero por alguna razón me siento agotada. Las manos siguen sobre mi cabello dejando caricias suaves y perezosas y en cuanto abro la boca para decirle algo, un dolor agudo atraviesa mi garganta y me obliga a cerrarla.Frunzo el ceño porque no recuerdo que estuviera enferma; poco a poco voy saliendo de la bruma del sueño, y los recuerdos van llegando a mí de manera dolorosa. No estoy en casa. Mi cuerpo entero se pone rígido al notar la mano en mi cabeza y solo hasta ahora soy plenamente consciente de la superficie firme a la que estoy recostada. Sin siquiera pensarlo me alejo como si el tacto me quemara y abro mis ojos para encontrar a Steven sentado a mi lado.Eleva ambas manos tratando de tranquilizarme, pero solo puedo pensar en que él estaba tocándome. No puedo sacarme de encima la sensación de sus manos en mi cabello y al mirar a mi alreded