DEREKPuedo sentir como la respiración queda atascada en mis pulmones mientras corro con todas mis fuerzas hacia la entrada del campus; no consigo sacar de mi mente la voz asustada de Gabriel al otro lado de la línea, ni mucho menos la rabia que me abarcó cuando descubrí que podía ser él quien posiblemente esté detrás de todo esto. Mis manos golpean las puertas dobles de la entrada con fuerza y sin detenerme un segundo corro hacia los vestidores donde se encuentra el despacho del entrenador Jenkins, donde Gabriel me dijo hace unos minutos que estaba.Me arden los pulmones, todo el cuerpo lo siento en un estado de perturbadora pausa mientras mis ojos escanean con desesperación el lugar en busca de Gabriel.Un jadeo lastimero llega a mis oídos y pone todos mis sentidos en alerta, mis pies aceleran sus pasos sobre el suelo y cuando estoy de frente a la puerta del entrenador, la sangre se me hiela en las venas y una maldición se escapa de mis labios al ver a Luke tendido en el suelo; su c
DEREKEl chirrido de llantas nos hace poner alertas a ambos antes de ver la camioneta de Nate adentrarse con frenesí en el parqueadero, nada más es que se detenga para que una acelerada Mei baje de ella corriendo a toda prisa hacia donde Luke y yo nos encontramos. Por la forma en que trae la ropa y cabello, puedo imaginarme lo que estaban haciendo cuando los llamé.—¿Qué demonios pasó? —pregunta la asiática acercándose a Luke para ver la herida que tiene en la cabeza y continúa sangrando— ¿Dónde está Gaby?—Jenkins se la ha llevado —contesta Luke, su tono es desesperado.Mei Leing frunce el ceño y pasa la mirada de Luke a mí, la duda nubla sus ojos y por la manera en que aprieta los dientes deduzco que ya se puede imaginar hacia dónde va todo esto.—¿Y por qué demonios ha hecho eso? —pregunta con los dientes apretados.—Porque Steven Jenkins es el escritor fantasma.El silencio que le sigue a mis palabras es tirante y puedo notar como las expresiones de todos pasan del asombro al horr
DEREKMirando a ambos lados de la calle, nos apresuramos hasta llegar a la entrada de la casa de Jenkins; nuestras pisadas sobre el suelo de madera y las respiraciones aceleradas es lo único que se escucha mientras registramos todo el lugar: el tapete de la entrada, las poteras, las ventanas… todo en busca de una posible copia de las llaves de la puerta principal, pero no hay nada. La frustración hace acto de presencia en mi cuerpo, así que sin pensarlo demasiado me quito la chaqueta la envuelvo en el puño de mi mano y la estampo contra el vidrio de la ventana rogando al cielo porque el imbécil no tenga un sistema de alarma instalado en la casa.Y no lo tiene.Termino de quitar los vidrios de la ventana y meto mi mano para abrir la puerta para nosotros, al hacerlo me giro hacia los chicos y me topo con cuatro pares de ojos observándome como si me hubiera vuelto loco, lo que hace que me encoja de hombros y ponga mis ojos en blanco.—No tiene alarma, y ya podemos entrar —concluyo hacien
15 horas desde el secuestroSiento mis parpados pesados y el cuerpo rígido mientras hago el intento de abrir los ojos; me toma un esfuerzo sobrenatural conseguir alzar mis pestañas y en cuanto lo hago el miedo atenaza mi sistema cuando la negrura se hace presente. Por un momento llego a pensar que he quedado ciega, pero entonces voy acostumbrando mis ojos a la oscuridad y las sombras de lo que me rodea aparecen. No reconozco el lugar en que me encuentro y mi cabeza palpita con dolor mientras trato de recordar qué ha pasado.Intento llevar mis manos a la zona del dolor y justo cuando muevo las manos escucho el sonido del metal arrastrando en el suelo y es ahí cuando me doy cuenta que estoy encadenada. Una cadena apresa cada una de mis muñecas hasta terminar adherida a la pared detrás de mí impidiendo que mueva los brazos con libertad. El miedo explota en mi interior al mismo tiempo en que los recuerdos de lo ocurrido después del partido impactan tan rápido como una bala a mi mente.Rec
Soy medianamente consciente de las manos acariciando mi cabello, el tacto se siente lento y relajante, quiero abrir los ojos para saludar a papá pero por alguna razón me siento agotada. Las manos siguen sobre mi cabello dejando caricias suaves y perezosas y en cuanto abro la boca para decirle algo, un dolor agudo atraviesa mi garganta y me obliga a cerrarla.Frunzo el ceño porque no recuerdo que estuviera enferma; poco a poco voy saliendo de la bruma del sueño, y los recuerdos van llegando a mí de manera dolorosa. No estoy en casa. Mi cuerpo entero se pone rígido al notar la mano en mi cabeza y solo hasta ahora soy plenamente consciente de la superficie firme a la que estoy recostada. Sin siquiera pensarlo me alejo como si el tacto me quemara y abro mis ojos para encontrar a Steven sentado a mi lado.Eleva ambas manos tratando de tranquilizarme, pero solo puedo pensar en que él estaba tocándome. No puedo sacarme de encima la sensación de sus manos en mi cabello y al mirar a mi alreded
Sus palabras hacen que las alarmas en mi mente se disparen y el miedo que he estado tratando de mantener a raya, se filtra en todo mi cuerpo.—¿De qué estás hablando? No entiendo. —Mi voz se rompe sin poder evitarlo y siento mis mejillas humedecerse sin que pueda controlarlo.—Estaba dispuesto a seguir con el plan, estaba haciendo todo como lo habíamos planeado —dice Steven revolviéndose en su puesto hasta quedar enfrente de mí—. Y todo iba bien, pero empecé a desviarme, a seguirte después de clases. Empecé a verte en realidad y me encontré queriendo ser yo quien estuviera contigo cada día y fue en ese momento cuando entendí lo que Austin vio en ti, y me dije que yo no cometería sus mismos errores. Tú estarías conmigo. Pero tú te encargaste de hacerlo difícil al involucrar más gente en todo esto. Al principio trate de hacer que te alejaras de ellos, pero no dio resultado. Así que tuve que adelantar los planes.Mi cabeza parece estar dando vueltas, mientras observo la mirada extasiada
DEREKPasamos las siguientes tres horas recorriendo el pueblo entero. Luke, Malcom y yo hemos estado buscando en el interior del bosque y el lago, mientras que Nate y Mei, recorren el pueblo entero preguntando sutilmente si han visto a Gabriel, o al profesor Jenkins pero como ya lo sospechaba no hay rastro de ellos. No pensé realmente que Jenkins fuera a estar en los alrededores, este es un pueblo demasiado pequeño para intentar ocultar a alguien, a menos que tenga ayuda de alguien más, pero entonces la pregunta sería ¿de quién? Y de ser así, la podrían estar ocultando en cualquier parte frente a nuestras narices.De regreso a la casa de Nate, ya es pasado el mediodía y Malcom no ha dejado de insistir en que debimos ir inmediatamente a la policía en cuanto Jenkins se llevó a Gabriel. Pero eso es algo que no puedo hacer, no sin antes haberle dicho todo lo que está ocurriendo a su padre, esta debe ser su decisión. Peter Blanchett salió de viaje hacia Manhattan el mismo día del partido p
36 horas desde el secuestroJenkins ingresa al fin en el sótano con ese aire impasible que ha tenido desde que me encuentro aquí. Apenas si he podido dormir algo desde la última vez que lo vi, me da miedo quedarme dormida y vulnerable en un lugar como este. Mis ojos siguen cada uno de sus movimientos, y me repito mentalmente una y otra vez qué debo fingir lo mejor que pueda si quiero salir de este lugar. Necesito conseguir sacarle algo de información. Sus pasos los siento cada vez más cerca y obligo a mi respiración a tranquilizarse, estoy haciendo todo lo posible por verme ligera y no lanzarme encima de él e intentar estrangularlo. Sus pasos se detienen y mi vista esta clavada en sus zapatos de cordones cafés que ahora se encuentran enfrente de mi. Mis ojos hacen el recorrido ascendente por su cuerpo hasta que se encuentran mirando de frente los suyos.La mueca de dolor en mi rostro ni siquiera he tenido que fingirla, tengo las muñecas en carne viva y un dolor punzante se ha instalad